Ya es oficial, no ha terminado la Navidad, todavía no han llegado los Reyes Magos y se puede decir que al final lo que nos ha vendido Ballesta es humo, contaminación que no ha sabido atajar por miedo, por cobardía e incapacidad.
Hemos batido récord de contaminación estas fiestas; otro más que nos apuntamos. Este hombre tenía ganas de figurar y así lo ha dicho: “Queréis fiesta, pues toma fiesta”, gritaba micrófono en mano, en uno más de sus recientes desbarres, en la puerta del Ayuntamiento. Un desastre, las pedanías yacen abandonadas, mientras la capital se llena de actuaciones, de coches, y de quemas de podas que no cesan. La inacción del gobierno municipal a esta situación y la inversión térmica ha provocado el cóctel perfecto, unas navidades apestando a mierda. Nada nuevo en esta Región, donde unas ciudades huelen a cebadero y otras, a contaminación.
Las medidas, pobres, como siempre. La idea de subvencionar en navidades el transporte público para que resulte gratis es maravillosa sí, por un lado, se prevé la demanda de tarjetas, con la intención de mejorar la fidelización – se quedaron sin ellas – y por el otro, se acompaña de otras que son igualmente importantes: mejorar las líneas, aumentar las frecuencias de paso para que los autobuses no pasen llenos de gente saltándose paradas, haciendo que el ciudadano medio diga: ¡para esto pillo mi coche! Si a esto le añadimos que la policía local que han puesto en las redondas pasa de multar a quienes usan el carril bus como si fuera de coches, pues lo propuesto no sirve para nada.
La actual situación de las cuentas municipales impide la reversión del Plan de Movilidad; las chapuzas como la apertura del Puente Viejo, si alguien las denuncia, llevarán a un apercibimiento que significará, a poco que Óscar Puente coja el mando, que tengan que adoptarlo completo, mientras lo boicotean, una y otra vez, impidiendo desarrollar la Murcia moderna que nos merecemos.
Sin embargo, en un juego de magia, su ausencia de proyecto para la ciudad de Murcia se transforma en decir que tienen un proyecto que coincide con lo diseñado por la corporación anterior. A veces pienso, que esto lo están haciendo a conciencia, que hay un plan prefijado para que todo el mundo coja el coche y hacer fracasar el plan de movilidad. Si este era el plan, lo ha bordado. Esta Navidad no va a ser recordada por el árbol, lo será por la contaminación. El río Segura ya no huele, ahora lo hace la ciudad entera. El aire es irrespirable y ni se puede hacer deporte a las orillas del 'Murcia Río'. Al final alguien va a recuperar la pintada aquella en las paredes del cauce que decía 'Murcia huele a mierda pura. A contaminación'.
Algunos estamos esperando el proyecto de verdad, el de llevar el tranvía al sur, a la estación, apostar de verdad por el transporte público; crear una entidad de transporte regional que logre integrar Alcantarilla y Molina, desarrollar la Zona de Bajas Emisiones. Pero esto no vende. Se está más pendiente de las fotos, de las cursiladas, las frases cuquis, y las payasadas, en vez de dar solución al problema que tiene esta ciudad, solucionar el caos del tráfico y el del humo espuertas que se nos ha colado en lo que era la huerta de Europa.
Está claro que en esta Región y en esta ciudad se apuesta por la contaminación. Es lo que hay, es lo que tenemos.
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