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El Grinch de las Navidades en Murcia

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He de reconocer que estoy disfrutando de la época más feliz de mi vida con mi recién estrenada paternidad, es increíble observar cómo el personajillo va descubriendo poco a poco el mundo en el que vive y situaciones que te habías habituado a vivir con monotonía, ahora las experimentas con renovada ilusión al observar cómo la niña disfruta de ellas. Pues bien, una de las experiencias que tenía ganas de vivir en familia  eran las Navidades en la capital, con las luces en las calles, el árbol en la Redonda y la cabalgata de los Reyes Magos, todas ellas frustradas por la actuación de la Concejalía de Fomento, cuyo máximo responsable ha asumido estas navidades el papel del Grinch.

Empecemos con las luces de Navidad, resulta que llega el puente de la Constitución y los murcianos observamos con extrañeza que no se han puesto todavía. Al final parece que el motivo del retraso fue que se empezó a tramitar tarde la contratación, y el resultado de este retraso  conllevó  que los murcianos fuimos de los últimos españoles en empezar a disfrutar de la iluminación navideña. Evidentemente había un mal de fondo político, el contrato de las luces de las pasadas navidades era uno de lo que  estaba en los contratos incluidos en el famoso pen de la Gigas entregados a la UDEF como prueba irrefutable de la corrupción municipal del PP. El problema es que la dirección nacional de Cs se tragó este engaño, con el resultado que todos sabemos. En relación a los famosos gigas, pasó lo inevitable, que la Fiscalía de Murcia al conocer del asunto indicó que no existía ningún tipo de delito.

La segunda sorpresa que nos llevamos los murcianos fue la ausencia del árbol de Navidad en la Plaza Circular. Fui el año pasado con mi familia, y  pude observar cómo los niños disfrutaban del ambiente, el árbol daba vida a la zona con el consiguiente beneficio para los comerciantes. Pues bien, el Ayuntamiento decidió este año no ponerlo, pero lo peor fueron las justificaciones. Desde la Concejalía de Fomento filtraron a la prensa que otros años lo habían financiado empresas privadas, creando de nuevo la duda de la corrupción, sin prueba alguna. Ante esto habría que decir que el hecho de que no le cueste nada al Ayuntamiento no es de por sí delito, salvo que se pruebe que dichas empresas fueron favorecidas por ello. Por suerte, vivimos en un Estado de Derecho y prevalece la presunción de inocencia. Además, si tanto problema ético o jurídico es que lo pague el sector privado, se  podría haber sacado a licitación pública. El segundo argumento que dieron era que era un foco de contagio, lo que tampoco se entiende, ya que como alternativa se llevaron atracciones a la Fica, como si esa zona estuviera libre de infecciones. Y, por último, esgrimieron  el demagógico argumento de que hay que atender mejor a las pedanías, abandonadas, según ellos, por el anterior Alcalde. Pues esto último tampoco supera un análisis serio de racionabilidad ya que no es incompatible la existencia de un árbol en la Redonda con los adornos y los entretenimientos navideños en las pedanías.

Y ya para rematar el sinsentido, convierten la Cabalgata de Reyes en estática, de nuevo con la excusa de la Covid. Ante esta situación, respiré hondo, me inspiré en el espíritu navideño y pensé darle una nueva oportunidad al Consistorio murciano. Acudí con mi familia y con las mejores intenciones a la Cabalgata estática, y al final me volví cabreado por la interminable cola que existía para entrar. De nuevo no son creíbles los argumentos de la Concejalía ya que no hace falta ser un experto epidemiológico para saber que en un Cabalgata dinámica  tiene más espacio que en la estática, por lo tanto menos aglomeraciones, y como consecuencia, menos peligro de contagio. De nuevo parece que el motivo real era que no se gestionó a tiempo el contrato de las sillas. Y ante esto, hace que muchos murcianos nos preguntamos a qué dedican su tiempo en la Concejalía de Fomento.

Todo este desastre ha llevado a que muchos padres y madres estemos cabreado por la gestión navideña del órgano de gobierno del  Ayuntamiento de Murcia, el cual, parece que está empeñado en perder las siguientes elecciones, y dejarle en bandeja una mayoría cómoda a la derecha.

Esta situación es absurda para el PSOE, el cual tras veintiséis años ha vuelto a gobernar el municipio y tiene una oportunidad de oro para demostrar que su partido es capaz de asumir responsabilidades de gobierno en la Región, y además agravado por el hecho de que gestionar la Navidad en Murcia de forma razonable es una tarea relativamente fácil. Al final, el Alcalde Serrano no tendrá más remedio que hacer lo que hacía Ballesta con el Vicealcalde, gestionar directamente las cuestiones importantes de la Concejalía de Fomento para evitar que le salpiquen las incompetencias de otros en su gestión. 

Y a todo esto, los órganos de gobierno de muchas de las pedanías sin renovar nueve meses después de la moción de censura, y con el rumor que corre en los círculos políticos municipales de que el Alcalde prefiere ir al dentista a seguir negociando con su socio de gobierno los cambios en las pedanías, en especial, el de Puente Tocinos, patria chica del actual Alcalde, y en dónde todo apunta a que su socio de gobierno no quiere que dirija la Junta Municipal un Pedáneo socialista.

He de reconocer que estoy disfrutando de la época más feliz de mi vida con mi recién estrenada paternidad, es increíble observar cómo el personajillo va descubriendo poco a poco el mundo en el que vive y situaciones que te habías habituado a vivir con monotonía, ahora las experimentas con renovada ilusión al observar cómo la niña disfruta de ellas. Pues bien, una de las experiencias que tenía ganas de vivir en familia  eran las Navidades en la capital, con las luces en las calles, el árbol en la Redonda y la cabalgata de los Reyes Magos, todas ellas frustradas por la actuación de la Concejalía de Fomento, cuyo máximo responsable ha asumido estas navidades el papel del Grinch.

Empecemos con las luces de Navidad, resulta que llega el puente de la Constitución y los murcianos observamos con extrañeza que no se han puesto todavía. Al final parece que el motivo del retraso fue que se empezó a tramitar tarde la contratación, y el resultado de este retraso  conllevó  que los murcianos fuimos de los últimos españoles en empezar a disfrutar de la iluminación navideña. Evidentemente había un mal de fondo político, el contrato de las luces de las pasadas navidades era uno de lo que  estaba en los contratos incluidos en el famoso pen de la Gigas entregados a la UDEF como prueba irrefutable de la corrupción municipal del PP. El problema es que la dirección nacional de Cs se tragó este engaño, con el resultado que todos sabemos. En relación a los famosos gigas, pasó lo inevitable, que la Fiscalía de Murcia al conocer del asunto indicó que no existía ningún tipo de delito.