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Cinco horas con Mario

El gran Miguel Delibes nos legó una de sus mejores obras, 'Cinco horas con Mario', como ejemplo vivo de lo que puede suponer un espíritu azuzado por el maniqueísmo. Con el término maniqueo se suele designar a aquellos que no distinguen matices en las actuaciones y que tienden a ver una drástica separación y oposición radical entre lo bueno y lo malo; nada es para ellos intermedio y nada puede tener aspectos buenos y malos simultáneamente.

No sé cuántas horas precisaron Ballesta y los negociadores del PP para acordar coaligarse con Mario Gómez Figal y Ciudadanos hace ahora un año. Lo que es evidente es que alguien les debió advertir de que podrían sudar tinta durante la legislatura. La gota que parece ha colmado el vaso ha sido un vídeo, filtrado de una reunión telemática entre ediles del gobierno municipal del PP y Ciudadanos, en el que el vicealcalde le espeta al concejal popular Felipe Coello que, si no está de acuerdo, se la envaine. En román paladino, esto es así porque tú sigues sentado ahí por mis votos, chaval.

La semana pasada, Mario Gómez escenificó junto a los portavoces del PSOE y Podemos la presentación de un pacto por la reactivación del municipio, tras la crisis desatada por la pandemia del coronavirus, que puso de los nervios al PP, suspendiendo incluso el alcalde la Junta de Gobierno. Una suerte de presupuesto alternativo al oficial. Mucho pollo para tan poco caldo si tenemos en cuenta que el vicealcalde no contaba con el respaldo de su partido para desmarcarse de las directrices suscritas en su día con el que denominaron “socio preferente”. Dos de los actuales hombres fuertes de Ciudadanos en la Región, Jerónimo Moya y David Sánchez, le conminaron este jueves, tras reunirse con los populares José Miguel Luengo y Enrique Ujaldón, a que sea él quien se la envaine y negocie, además de con socialistas y podemitas, con el PP y con Vox un nuevo pacto consensuado. Veremos cuál es su próximo paso; supongo que pasar por el aro.

Mario Gómez Figal, 44 años, ingeniero técnico industrial, exedil de UPyD en Los Alcázares, candidato a la alcaldía de Murcia por Ciudadanos en 2015 tras unas cuestionadas primarias y portavoz municipal de su partido en la pasada legislatura, siempre ha creído tener la sartén por el mango. En 2019, en vísperas de investir a Ballesta por segunda vez, nos aseguró a dos compañeros de RTVE y a mí, en el edificio de la Glorieta, que tenía un plan que, en caso de salirle bien, dejaría a más de uno boquiabierto. Entonces no nos aclaró nada más y lo cierto es que días después, en el pleno constituyente, se limitó a votar al candidato del PP.

Desde ese momento, instalado en su confortable despacho del megaedificio 'portaviones' de Urbanismo, con amplias competencias en el área de Fomento, Gómez Figal ha actuado en más ocasiones como fiscal que como abogado defensor del equipo de gobierno del que forma parte. Sin embargo, nada apunta a que la sombra de la moción de censura sobrevuele la casa consistorial, fundamentalmente porque el pretendido giro al centro de Ciudadanos no arrastra ni implica, por el momento, como insisten una y otra vez sus dirigentes, deshacer lo pactado en gobiernos autonómicos y ayuntamientos varios. Hay demasiado en juego. Con todo, las encuestas les vaticinan a los naranjas que aprovechen lo que les resta de legislatura porque es muy probable que no se vuelvan a ver en otra como esta. Así las cosas, lo que ha echado el vicealcalde es un pulso para ver qué pasa, hacerse notar, amagar con meter el miedo en el cuerpo a más de uno y provocar que Vox brindara a un Ballesta desolado (“No sé si todo esto merece la pena”, llegó a decir) el apoyo incondicional de sus tres concejales para, llegado el caso, evitar un Gobierno en Murcia de los “socialcomunistas”. Y es que ya lo advirtió Leonard Cohen: “Aunque estoy convencido de que nada cambia, para mí es importante actuar como si no lo supiera”. Pues de eso mismo parece que va todo esto.

El gran Miguel Delibes nos legó una de sus mejores obras, 'Cinco horas con Mario', como ejemplo vivo de lo que puede suponer un espíritu azuzado por el maniqueísmo. Con el término maniqueo se suele designar a aquellos que no distinguen matices en las actuaciones y que tienden a ver una drástica separación y oposición radical entre lo bueno y lo malo; nada es para ellos intermedio y nada puede tener aspectos buenos y malos simultáneamente.

No sé cuántas horas precisaron Ballesta y los negociadores del PP para acordar coaligarse con Mario Gómez Figal y Ciudadanos hace ahora un año. Lo que es evidente es que alguien les debió advertir de que podrían sudar tinta durante la legislatura. La gota que parece ha colmado el vaso ha sido un vídeo, filtrado de una reunión telemática entre ediles del gobierno municipal del PP y Ciudadanos, en el que el vicealcalde le espeta al concejal popular Felipe Coello que, si no está de acuerdo, se la envaine. En román paladino, esto es así porque tú sigues sentado ahí por mis votos, chaval.