La Región no es Villar del Río, ni Ana María Martínez Vidal es Pepe Isbert, pero el gran Berlanga podría hacer una serie sobre lo que está ocurriendo en el juicio sobre las primarias de aquel sueño naranja que hace tiempo se convirtió en pesadilla.
Decía también otro grande de la pantalla, Marx, el bueno, me refiero a Groucho: “A veces es mejor permanecer callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas”.
Después de que la UDEF haya informado/acusado a Ciudadanos de no estar colaborando para esclarecer el ‘pucherazo’ de las primarias que encumbraron a la actual vicepresidenta Isabel Franco a liderar la organización en las últimas elecciones, la actual lideresa naranja, Ana Martínez Vidal, ha declarado públicamente: “Que los primeros interesados en aclarar esta situación es el propio partido”.
Descartado por un lado, que la nueva líder naranja no sepa lo que es la UDEF, como ocurrió con el corrupto Jordi Puyol con aquella famosa frase en 2013 en una entrevista televisiva: “¿Qué coño es esto de la UDEF?”, solo quedan dos explicaciones posibles: una, que no se haya enterado de lo que dice el informe de la Guardia Civil, que lo dudo, o dos, que se esté riendo de un millón y medio de murcianos. En cualquier caso, tendría que hacer lo mismo que el alcalde de Villar del Río: “Como líder de Ciudadanos vuestra que soy os debo una explicación”.
Resulta sorprendente el deterioro democrático al que está llegando una organización que se presentó y convenció a millones de personas en España y varios miles en la Región de que venía a regenerar la vida pública y política de un país y una comunidad murciana que olía a podrido. Solo así se entiende el porqué del proceso autodestructivo en el que ha entrado.
La mejor manera de recuperar la credibilidad, pero sobre todo la autoridad moral que ha perdido, es empezar a tratar a los ciudadanos con respeto y no como si fuéramos niños distraidos en medio del patio del colegio.
Alguien en Ciudadanos debería poner sobre la mesa la palabra perdón. Perdón por engañarnos en las primarias, perdón por la frase de Inés Arrimadas en la Plaza Belluga, perdón por reírse de nosotros cuando pedían austeridad y ejemplariedad, y después de todo esto, asumir responsabilidades políticas, pues resulta grotesco que quien era la máxima responsable de la organización en ese momento siga formando parte de la dirección del partido y se siga mirando para otro lado y no ofrezca la más mínima explicación.
Sólo así, dando ejemplo de limpieza democrática, podrán recuperar la credibilidad. Mientras sigan huyendo hacia adelante, metiendo mierda bajo la alfombra, más rápida será la caída y su desaparición.
Algunos adelantamos que Murcia Suma era el final del Gobierno de coalición. Ahora tengo que reconocer que me equivoqué, el Partido Popular no va a necesitar a Ciudadanos para garantizarse un puñado de votos; al contrario, puede convertirse en una lacra para ellos.
Si aquel sueño naranja quiere volver a ser protagonista de la vida pública y no ir de esquina en esquina haciendo más el ridículo deberían reunirse en algún albergue, perdón, en un hotel de cinco estrellas, y hacer una profunda reflexión mientras ven la película ‘Quo Vadis’.
La Región no es Villar del Río, ni Ana María Martínez Vidal es Pepe Isbert, pero el gran Berlanga podría hacer una serie sobre lo que está ocurriendo en el juicio sobre las primarias de aquel sueño naranja que hace tiempo se convirtió en pesadilla.
Decía también otro grande de la pantalla, Marx, el bueno, me refiero a Groucho: “A veces es mejor permanecer callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas”.