Julio Anguita en algunas cuestiones era meridianamente claro, la claridad que da el diálogo reposado. Esto le llevaba a conclusiones que ahora parecen clarividentes y que otros se negaban a escuchar, -como lo hizo el PSOE respecto el informe Petras y que Anguita sí leyó con atención-.
Ahora vemos lo obvio de su discurso respecto a Maastricht, las acciones del Banco Central Europeo y la indignidad patria del rescate a la banca. Si el reconocimiento de su figura fuese tratado con una enjundia mínima podríamos aprender de su ejemplo, deberíamos tener la exigencia de reclamar transparencia al plan de recuperación de la Región de Murcia y una fiscalización ciudadana más allá de los partidos políticos y sindicatos. Así, las pregunta que nos deben guiar son: ¿a quién salva este plan? ¿Rescataremos a los que recortan o a los recortados?
La ceremonia de la confusión en estos tiempos posCOVID19 tiende a disfrazar lo que debe ser el sustento digno de las personas con el impulso al consumismo. La confianza del consumidor es el motor clave y en ese mantra todo vale, la orden es clara, aunque las formas de consumo son diferentes no se debe bajar el ritmo. Es en ese ritmo de vida que no da pie al pensamiento crítico que los dominadores se hacen fuertes, así, comprendemos fácilmente cómo el Gobierno regional estudia dar nuevas licencias a las casas de apuesta a pesar de tener una media de locales muchísimo mayor a la media española. Es indigno el acoso a los murcianos por parte de los carroñeros.
La crisis capitalista desencadenada por la COVID-19 solo puede ser salvada por un consumismo masivo fundado e inspirado por el Gobierno y conjurado de la nada. Esto requerirá socializar toda la economía para no experimentar hábitos diferentes con ritmos de vida diferente. La jugada del poder no pasa solo por la socialización económica para desatar nuevos estímulos para el consumo -estímulos que el Gobierno regional evitará a toda costa llamarlo socialismo-, sino ocultar otras posibilidades para construir un nuevo sentido común.
Si la recuperación tiene como trasfondo recuperar las cadenas de dominio deberíamos plantearnos muy seriamente, con la firmeza que siempre mostró Julio Anguita, que esto no debe ser una recuperación de un sistema indigno, sostenido por aquellos que se han postrado tan dolorosamente a las exigencias de las élites extranjeras y proponer un nuevo día para ideas como la de economía sostenible, no deberíamos recuperar aquello que nos ha martirizado.
Para que la inversión firmada por López Miras no acabe en manos de los de siempre, un poder popular organizado más allá de los partidos - ya que es obvio que Podemos está por intentar parecer benévolo al capitalismo y no por enfrentarlo-, deberíamos exigir:
-Progresividad fiscal en la inversión y mecanismos para no beneficiar fórmulas que reviertan en el fraude fiscal, la economía sumergida y los paraísos fiscales.
- Revisión por parte de la asamblea regional sobre las competencias respecto las sociedades de inversión de capital variable (SICAV).
-Dotar de infraestructuras de todo tipo a la inspección fiscal de la Hacienda Pública e Inspección de Trabajo en la Región para asegurar que la inversión aliviará a los que más lo necesitan.
-Implantación de empresas públicas en sectores estratégicos en la economía de la Región.
-Un plan de reconversión industrial que haga más sostenible a la Región. Debemos diversificar nuestra inversión, debemos cambiar el horizonte turístico por otros muchos.
-Y a nivel estatal, aprovechar la coyuntura para la implantación de la jornada laboral de 35 horas, tal y como hizo Mitterrand en Francia en los años 80.
Ya no nos vale el pan para hoy. Es hora de mirar a largo plazo. El mejor homenaje pasa por la acción.
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