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OPINIÓN | Aldama, bomba de racimo, por Antón Losada

También tenemos a 'Mo'

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A días de conmemorar el Día Internacional de las Personas Migrantes, el 18 de diciembre, se reavivan en agenda los debates y reflexiones sobre cómo promover una mayor integración, combatir el latente racismo estructural, la xenofobia y recordar que la historia de las migraciones es la historia de la humanidad.

El primer paso es comprender cómo funciona el marco discursivo racista, que activa el miedo al estigmatizar a la otredad, vinculando falazmente la inmigración con el aumento de los índices de delincuencia y el enojo al atribuirle relación directa con el desempleo, utilizando metáforas bélicas que deshumanizan: 'invasión', 'oleadas' y 'defensa' de fronteras y de una idea muy maniquea de 'la nación amenazada', ya que dichas expresiones se ha probado tienen efectos concretos en las sociedades, atentando contra la dignidad de las personas y la cohesión social. Según datos del Ministerio del Interior, en 2021 los delitos de odio aumentaron un 19,2% en la Región de Murcia con un total de 31 infracciones penales, ocho de ellas relacionadas con el racismo o la xenofobia.

En este sentido, la obra del neerlandés Teun van Dijk desde un análisis crítico del discurso desde las élites, quienes tienen mayor acceso a los altavoces públicos, y del sociólogo estadounidense Joe R. Feagin que describe cómo se ha constituido por centurias el marco racial blanco resulta esclarecedor y en diversos puntos trasladables al contexto español.

Sin embargo, en el cotidiano de la lucha antirracista se suele cometer un error común que la lingüística cognitiva nos ha mostrado: cuando se niega el marco, se evoca el marco. Es decir, para lograr contranarrativas efectivas que promuevan un cambio de imaginarios resulta poco eficaz, o por lo menos incompleto, centrar los esfuerzos solo en pronunciarse en contra del racismo y la exclusión; se requiere un mayor enfoque en la construcción e impulso de marcos alternativos, en positivo, desde una narrativa aspiracional en la que el orgullo sea el centro: antes de ser 'anti', somos pro qué, lo que se traduce en cambiar la cancha de juego a una más favorable para la reconfiguración de identidades colectivas que abracen la diversidad al concebirla como fortaleza.

En nuestra comunidad autónoma —que para el cierre de 2021 contaba con 253.411 personas residentes de origen extranjero— tenemos ahora mismo una oportunidad en este sentido que ilustraría un cambio de estrategia, susceptible de ser aprovechada desde los esfuerzos gubernamentales actuales para construir y reforzar la marca Región de Murcia:

Carlos Alcaraz, el joven oriundo de la pedanía murciana de El Palmar, que con 19 años “la está rompiendo” en el tenis a nivel mundial, en un acierto en toda regla de la Consejería de Presidencia, Turismo, Cultura y Deportes encabezada por el yeclano Marcos Ortuño, fue fichado como protagonista de la campaña del verano de 2022 Costa Cálida para promover a la Región como destino turístico, con una inversión récord de 1,5 millones de euros, poniendo toda “la carne en el asador” para explotar el posicionamiento internacional de la naciente estrella deportiva.

Cuando, a inicios de junio, Ortuño presentó la campaña, declaró que el fichaje de Alcaraz como su embajador respondía a “asociar a la campaña con valores como esfuerzo, el éxito y la vitalidad”, pues bien… ¿y si para la continuación de 2023 de dicha campaña pagada con recursos públicos (impuestos aportados por la comunidad migrante incluidos) se suma a Mohamed Katir en equilibrada dupla?

'Mo' Katir, atleta olímpico que nos permitió soñar en 2021, tiene una historia personal que encaja perfecto en la misma sensibilidad: después de llegar con cinco años desde Marruecos y ya nacionalizado, ha abrazado la rojigualda para ser el primer español no nacido dentro de sus fronteras en ganar una medalla en un Mundial de Atletismo, siendo bronce en Eugene 2022 (EUA) en la prueba de 1500 metros. Hijo de la cultura del esfuerzo, su padre y madre apoyaron su carrera desde que en Mula, pueblo al que pertenece y de donde se reivindica, fue descubierto por su primer entrenador.

Si bien en Tokio no logró un lugar en el podio, a sus escasos 24 años credenciales deportivas para activar admiración e ilusión no le faltan —sumó una medalla de plata en 5 mil metros en el Campeonato de Europa de Múnich el pasado agosto—e incluso el propio Fernando López Miras lo ha nombrado como parte de la actual y pujante 'generación de oro' de atletas de la Región.

Acciones comunicacionales en esta dirección responderían a la anterior necesidad descrita de dar un giro que acelere el tránsito del miedo, la exclusión y estigma hacia el orgullo y empatía por todo lo que la comunidad migrante sustancialmente aporta.

Por otro lado, sería ingenuo no señalar también lo poco previsible de esta apuesta o similares por parte del actual gobierno regional ante el contexto político y el timing electoral: a menos de un año de las elecciones autonómicas, el panorama prevé una altamente probable necesidad de coalición de gobierno entre el Partido Popular (PP) y Vox para alcanzar la mayoría absoluta en la Asamblea Regional (23 escaños), ya que, según el último barómetro de otoño del CEMOP, el partido de ultraderecha doblaría de cuatro a ocho escaños, mientras que los populares alcanzarían 20.

José Ángel Antelo (por cierto, también ex deportista profesional), quien será la cabeza de lista de los de Abascal, no ha sido parco en dejar en claro su postura sobre inmigración, plagado de tópicos racistas, repitiendo como mantra la idea de “fronteras seguras, barrios seguros”, a la par de que presume que en esta provincia su formación es la número uno en España con el mayor número de afiliados por habitante.

Así, los tiempos parecieran no incentivar la voluntad política por tomar acciones decididas para impulsar desde el poder narrativas hacia una mayor cohesión en el sentimiento identitario de esta Región, más acorde con la diversidad poblacional de quienes la habitamos, lo cual no solo resulta triste, sino preocupante. Pero, bueno, siempre nos queda la sociedad civil como legítimo lugar de enunciación y en estas líneas dicho queda con mucho orgullo: aquí también tenemos a Mo.

A días de conmemorar el Día Internacional de las Personas Migrantes, el 18 de diciembre, se reavivan en agenda los debates y reflexiones sobre cómo promover una mayor integración, combatir el latente racismo estructural, la xenofobia y recordar que la historia de las migraciones es la historia de la humanidad.

El primer paso es comprender cómo funciona el marco discursivo racista, que activa el miedo al estigmatizar a la otredad, vinculando falazmente la inmigración con el aumento de los índices de delincuencia y el enojo al atribuirle relación directa con el desempleo, utilizando metáforas bélicas que deshumanizan: 'invasión', 'oleadas' y 'defensa' de fronteras y de una idea muy maniquea de 'la nación amenazada', ya que dichas expresiones se ha probado tienen efectos concretos en las sociedades, atentando contra la dignidad de las personas y la cohesión social. Según datos del Ministerio del Interior, en 2021 los delitos de odio aumentaron un 19,2% en la Región de Murcia con un total de 31 infracciones penales, ocho de ellas relacionadas con el racismo o la xenofobia.