El PP se ha jugado la Consejería de Educación en una timba y se la ha llevado la extrema derecha, o alguien así. Un escándalo. Mientras los medios se parapetan en guerras culturales y discuten disparates como la censura parental, todo lo demás, que es la ruina, sigue sucediendo lejos del ruido. Por ejemplo, la patronal de la construcción está en tratos con lo que queda de EDUCARM para llevarse fondos UE y montarse su propia FP privada, que no funcionará si no se suprimen líneas de la pública, a la que sí debería poder acceder todo el mundo. ¡Venga! Más miseria y condiciones laborales a la baja para la juventud que quisiera ser trabajadora.
El pasado día 9 hubo una reunión de seguimiento del Pacto Regional del Diálogo Social para la Reactivación Económica y Social de la Región de Murcia. Esta “cosa” la firmaron el año pasado el Gobierno del PP, CCOO, UGT y CROEM (la patronal) con el objeto de hacer una “bolsa de dinero público” para contrarrestar las consecuencias económicas de la pandemia. Se firmó a puerta cerrada en San Esteban y no hubo ningún diálogo previo ni con la sociedad civil ni con los funcionarios, que somos los que tenemos que gestionarlo todo. ¿Para qué, si ya tienen asesores, primos y amiguetes?
Se olvidaron de la educación pública, claro. Nadie puso sobre la mesa la quiebra del modelo privatizado. Para Educación lo único que se pactó fue apoyar la digitalización, cosa que se ha quedado en nada porque se ha hecho realmente mal y porque si no hay suficientes docentes para atender a la gente da igual cuántas tabletas compres. Todo el mundo sabe ya, porque es un clamor social, que la necesidad número uno del sistema educativo es bajar ratios. También ha quedado patente que los docentes son trabajadores esenciales y que si se deja caer la red pública la actividad laboral y las familias lo pagan muy caro. Todo el mundo ha visto el fracaso que ha supuesto sacar a los alumnos de las aulas.
En esta ocasión fueron a la reunión Celdrán, pata negra de los negocios con sillones, y la tránsfuga Valle Miguélez. Menudo equipo. ¿Qué podría salir mal? Sigue sin haber dinero para los servicios públicos, parece ser, a pesar de que ese pacto ha movilizado ya, dicen, más de 410,4 millones de euros. Tuvimos aquello de los aplausos en los balcones para los compañeros de sanidad y ya. Miras se ha negado a que los fondos COVID para educación se utilicen para bajar las ratios profesor/alumno, tal y como pedimos docentes, alumnos, familias, sindicatos, partidos, movimientos sociales y, en general, cualquier persona con sentido común.
Tampoco nos sorprende, visto lo que le importa la educación, que la haya vendido a una señora ultra, incapacitada, sin partido ni dignidad. Un personaje grotesco, la tal “Mabel”, como a ella le gusta firmar sus disparates en Twitter. Los funcionarios de educación vamos a tener que ponerle un PIN al dinero, a la espera de una consejería legítima. Ahora toca negociar los “cupos” de docentes para el curso próximo y ahí es donde podremos detectar si se eliminan aulas o líneas. Estamos ya en un escenario de recortes encubiertos y de supresión de la FP pública, justo cuando más la necesitamos. Los docentes vamos a tener que organizarnos con los sindicatos y con la Asociación de Directivos de Educación Secundaria (ADES), a la que apelamos para que se traslade al público, de manera legal, la información pertinente sobre cupos, líneas, ratios, recortes etc., tal y como se ha hecho en la comunidad de Madrid centro por centro. Tendremos que hacer comunicación de servicio público sobre cómo se gasta.
España es un país deficiente en auditoría de políticas públicas y el que más denuncias acumula por irregularidades en el uso de fondos estructurales UE. Pero es que en Murcia jugamos en otra liga. Nos llevamos la palma con una democracia degenerada, las instituciones descomponiéndose y todo convertido en un bazar de la corrupción. No hay un gobierno capaz de gestionar los fondos UE, ni los estatales, para reconstruir esta tierra en beneficio de la ciudadanía; solo un gobierno tragaperras. Lo de Europa no es dinero para dar a los negocios de los amigos, no va a colar: no llega si no se presentan proyectos que tienen estrictas condiciones y se retira si no se gestiona con transparencia.
Tampoco es para juegos de corleones con los dueños del casino Orenes. Lo vamos a perder los murcianos y las murcianas, que somos los únicos soberanos de esos fondos. Por este camino se nos escapa el tren de las nuevas políticas, que priman el mercado interno de la eurozona con gasto público y el de la reconversión verde. Debemos prepararnos para construir alternativas ante la incapacidad manifiesta de la trama que ocupa San Esteban. Tenemos que construir la Región de Murcia que nos merecemos desde la base: la democracia y las urnas. La gente tiene que votar para que tengamos algún gobierno que sea decente y operativo.
Pero, también, la sociedad civil, los colectivos, los sindicatos y los servicios públicos deben ofrecer políticas alternativas, democráticamente constituidas, para inscribirlas en las agendas de los partidos que puedan formar nuevo gobierno. No basta con cambiar cromos, hay que revolucionar las administraciones, reconstruir la sanidad y la educación públicas y movilizar todo tipo de organizaciones y entidades, incluidas las del tercer sector, para que el dinero llegue a proyectos de colaboración público-comunitaria. Hay que dejarles claro a los partidos que puedan formar nuevo gobierno cómo gestionar y hacia dónde mirar. La formación profesional accesible a todos y la escuela pública son imprescindibles para la nueva era. Debemos mirar hacia la soberanía de los murcianos y las murcianas sobre sus instituciones, su territorio y sus recursos. Es hora de que en esta tierra nos miremos al espejo y decidamos si merecemos la pena. Los docentes aún pensamos que sí.
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