Que Sánchez no ha sido un dechado de virtudes políticas se sabía desde un principio, y sobre todo desde su propio partido. El líder socialista posee una retahíla de meteduras de pata y ocurrencias que, en ocasiones, diría, han provocado incluso vergüenza ajena.
Actualmente nos encontramos en plena batalla por el relato, con Podemos situado en el centro de la diana de todos los ataques; mediáticos incluidos. Pero, ¿es Iglesias el verdadero responsable de que no haya habido nuevo Gobierno? Hagamos un repaso:
Tras las elecciones del 20 de diciembre, Sánchez viaja raudo a fotografiarse con el presidente de Portugal, el socialista Costa, cuyo partido no ganó las elecciones pero consiguió conformar una alianza de izquierdas.
Posteriormente el PSOE cede en el Senado dos escaños a ERC y otros dos a Convergencia. De este modo se posibilita que ambos partidos dispongan de grupo parlamentario propio.
¡Y ya! Ahí finaliza la política de gestos para conformar un gobierno de coalición progresista. Es ahora el Comité Federal, con un golpe de mando, quien va a determinar cual es la futura política de alianzas.
Susana Díaz lo expresa así: “no nos podemos sentar a pactar con fuerzas que están planteando la ruptura de España”. Cuando tal afirmación es, estrictamente, una manipulación. Podemos ha dicho hasta la saciedad que está rotundamente a favor de la unidad de España, y es el referendum su propuesta para desencallar el grave problema territorial.
Acabamos también de ver estos días como el PSOE ha entrado a formar parte del gobierno de la ciudad de Barcelona, cuya alcaldesa está a favor de la consulta y donde hay socios independentistas como ERC.
¿Qué ocurrió después?
El PSOE, en primer lugar, facilita una mayoría conservadora en la mesa del Congreso, órgano rector de la cámara. Después, elige a Ciudadanos como socio preferente, partido anteriormente calificado de derechas por Sánchez. A continuación, relegan al gallinero del hemiciclo a los diputados y diputadas de Podemos, restándole visibilidad. Y finalmente, excluyen al partido morado de la mesa de la Diputación Permanente, órgano que vela por los poderes de la Cámara.
Parece pues obvio que el PSOE no ha tratado de igual a igual a Podemos cuando los votos recibidos así lo mandataban. Salta a la vista que han intentado soslayarlo.
Pero, ¿Cuáles son las supuestas grandes ofensas que Podemos ha perpetrado contra el PSOE, y que a la postre han servido para apuntalar la censura de éste contra aquel? , Veamos:
1.- Comunicar en primera instancia al Rey el pacto que van a ofrecer al PSOE.
Podemos afirma que lo hizo por lealtad institucional. La primera reacción de Sánchez fue agradecerle la propuesta.
2.-Plantear que este acuerdo de gobierno debe materializarse a través de una representación proporcional de los diferentes partidos.
Algo perfectamente normal cuando se gobierna en coalición.
3.-Decir que: “La posibilidad histórica de que Pedro Sánchez sea presidente es una sonrisa del destino que siempre tendrá que agradecer”.
Recordemos: 90 escaños, peor resultado de la historia del partido, cuarta fuerza en Madrid, ruido de sables en su partido.
Y 4.-En respuesta al ataque que Sánchez dirige contra Iglesias en el Congreso, utilizando el terrorismo como arma arrojadiza y reprendiéndole por denominar preso político a Otegui; es respondido con aquello de: “Felipe González tiene el pasado manchado de cal viva”.
Conviene recordar que el ministro del interior de González, Barrionuevo, fue condenado a 10 años de cárcel por secuestro y malversación. Y conviene recordar, ya recientemente, como la voz tan acreditada de Iñaki Gabilondo expresaba que: “la encarcelación de Otegui es un disparate”.
Nos encontramos ya, como decíamos, en plena batalla por el relato. Desde el equipo de Sánchez se ha reeditado la cantinela de la pinza, focalizando las críticas en Iglesias para demonizarle, y sacando a circular el runrún de la división interna en Podemos.
Y es que el PSOE sigue formando parte del problema. Su parte más progresista se debería refundar y el resto integrarse en Ciudadanos. El pacto Rivera-Sánchez ha sido en el fondo un engaño, una estratagema. A veces pienso que se tendrían bien merecido el tan cacareado sorpasso.
*Francisco Panales es Diplomado en Trabajo social, especializado en igualdad y género y doctorando en estudios feministas. Formador freelance.
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