La Región de Murcia está de luto. De luto riguroso; del de mantilla de chantillí y un largo que debe cubrir siempre por debajo de la rodilla; del que huele a incienso rancio que lo impregna todo de oscuridad, censura y el más falso patriotismo; del que vestía la cupletista cuando se le moría el torero; de aquel que ya creíamos olvidado y ha vuelto a resurgir de entre los muertos.
La llegada del toro más bravo de la ultraderecha es ya una realidad. No hay marcha atrás. Mostremos sin pudor nuestro duelo, porque a partir de ahora la Cultura y la Educación han muerto en la Región de Murcia.
Vistámonos de negro porque la diputada expulsada de Vox, Isabel Campuzano, ha sido nombrada Consejera de Educación y Cultura, mientras el presidente López Miras -quien no dudó en comprar con altos cargos públicos a tres tránsfugas para poder asegurar la continuidad de su corrupto gobierno-, culmina así el mayor ejemplo de indecencia política vivido en esta Región y regala la joya más valiosa a una mujer que ha hecho múltiples manifestaciones en contra de los valores de la escuela pública o a favor de propuestas tan antisistema como el cheque escolar o el pin parental.
Vistámonos de negro porque de nada han servido las miles de firmas anónimas y de personajes muy respetados del mundo de la cultura apoyando un manifiesto en contra de esta decisión, ni tampoco las múltiples concentraciones ciudadanas clamando coherencia y sentido común. Porque para la nueva consejera y este Gobierno solo son “los cuatro de los chiringuitos progres” y con ello se comprueba que la derecha no respeta ni escucha a “titiriteros” y, menos aún, una derecha corrupta como la que gobierna esta Región.
Vistámonos de negro porque el programa electoral para la cultura y las tradiciones con el que se presentó Isabel Campuzano a las elecciones autonómicas de 2019 solo contaba con tres míseros puntos y dos de ellos eran para proteger la caza e impulsar la Ley Autonómica de la Tauromaquia. Hasta ahí llega su compromiso.
Vistámonos de negro, dejemos para ellos la oscuridad y lo pacato. Defendamos en voz alta y clara la libertad y la pluralidad: cantemos a Serrat, Aute, Víctor Manuel, Sabina o Rozalén, recitemos los versos de Lorca, Miguel Hernández o Alberti, volvamos a ver Los Santos Inocentes o El Perro Andaluz y pintemos en las calles enormes murales con arcoíris que envuelvan a Blancas Palomas de Picasso. Y sí, estaremos de luto, del más riguroso, pero seguiremos creando, protegiendo y divulgando la educación y la cultura porque solo así conseguiremos que nuestro duelo se convierta en símbolo de inconformismo y también de esperanza.
#somosmásdecuatro
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