La dimisión de la cúpula de Ciudadanos en Murcia, la “gota que colma el vaso” tras el fracaso de la moción de censura

La fallida moción de censura contra el Gobierno del PP en la Región de Murcia el pasado marzo fue “una estrategia brillante” tras el fracaso de Ciudadanos en las elecciones de Cataluña que se “ejecutó de forma catastrófica en el territorio” en plena OPA hostil del PP a Cs. Ana Martínez Vidal y Juan José Molina, dos de sus impulsores y también los principales valores de Ciudadanos en la comunidad murciana, han abandonado el barco –que a duras penas se mantiene a flote– en las últimas horas. El pasado domingo Ana Martínez Vidal anunciaba su renuncia al cargo de coordinadora autonómica y Juan José Molina lo hacía el lunes como secretario de Comunicación. Ninguno de ellos deja su acta de diputado en la Asamblea Regional –donde comparten el Grupo Mixto con Podemos–.

“Después de muchos meses he sufrido un desgaste personal importante tras la cantidad de ataques indiscriminados procedentes, sobre todo, del PP y de algunos medios de comunicación. He decidido anteponer el deseo de ser madre a mis 42 años y bajar el ritmo”, aseguró Martínez Vidal a este periódico. “En el intento de absorber a Ciudadanos el PP ha querido circunscribir la moción de censura a una cuestión personal que me han atribuido a mí en lugar de reconocer que se trata de un instrumento legítimo de la democracia puesto en marcha por dos partidos”, abundó la antigua coordinadora de Cs en la Región.

Ciudadanos celebrará a mitad de julio en Madrid una convención nacional marcada por el fracaso de la moción de censura en la Región. El proyecto del partido en Murcia queda en manos de María José Ros, secretaria de Organización, y José Gabriel Sánchez Torregrosa, secretario institucional. “He hecho una propuesta y lo que más gustaría sería que continuara el actual equipo que lleva al frente menos de un año, pero finalmente la decisión es de la dirección nacional”, señaló Martínez Vidal.

Otros integrantes del partido, como el senador por la Región Miguel Sánchez o el vicealcalde del Ayuntamiento de la capital, Mario Gómez, rechazaron cualquier pretensión de liderar el partido en la comunidad. “No es posible estar al 100% en la coordinación del partido y en el consistorio”, dijo Gómez a elDiario.es de la Región. En la capital murciana, en cambio, sí prosperó la moción de censura planteada por PSOE, Ciudadanos y Podemos también en marzo y que acabó con 26 años de gobierno del PP.

El último barómetro de primavera del Centro de Estudios Murciano de Opinión Pública (CEMOP) otorgaba a Ciudadanos un solo diputado regional frente a los seis que consiguieron en las últimas elecciones autonómicas. La estimación de voto al partido naranja en este sondeo fue del 3,4% “con una tendencia a la baja”, apuntó Juan José García Escribano, codirector del organismo, quien ve difícil que el partido pueda “remontar” en los próximos dos años y superar el 3% de voto con el que conseguir representación en la Asamblea Regional. “Martínez Vidal ya era más que nada una carga para el partido”, señaló el sociólogo. “A Ciudadanos ya no le queda posibilidad de juego; su espacio se lo ha comido el PP”, añadió.

Tirar de “cantera”

El partido en Madrid ha descartado nombrar una gestora, por lo que seguirán –han dicho– los “mecanismos ordinarios” para designar un nuevo portavoz coordinador en la Región, “tal y como recogen los estatutos”. Para reconstruir la delegación murciana de la formación naranja –una plaza que nunca les resultó fácil de gestionar– tirarán de “una cantera” que cuesta imaginar que exista tras los varapalos que ha sufrido Ciudadanos en esta comunidad y que hirieron de muerte al partido tras la moción de censura que pretendía aupar a Ana Martínez Vidal –ex consejera de Industria y portavoz del Gobierno murciano– a la presidencia de la comunidad de la mano del Partido Socialista.

Una operación que no pudo fraguarse después de que tres de sus compañeros –los tránsfugas Isabel Franco, Valle Miguélez y Francisco Álvarez– y la abstención del también ex de Ciudadanos Alberto Castillo, presidente de la Asamblea Regional, se desmarcasen a última hora para apoyar a Fernando López Miras y al PP.

Los dos siguientes puestos de la lista del grupo parlamentario de Ciudadanos en el Parlamento murciano, en el caso de que Martínez Vidal y Molina hubieran dimitido de sus escaños, los ocupan el el actual consejero murciano de Transparencia, Antonio Sánchez Lorente, y Elena García Quiñones, ambos cercanos a los tránsfugas del partido. “El ambiente en la Asamblea es totalmente irrespirable”, apuntó la antigua coordinadora de Ciudadanos en la Región en referencia a la mayoría rodillo obtenida por el PP en el Parlamento regional al sumar los apoyos de los tránsfugas de Ciudadanos y los de Vox.

“Motivos estrictamente personales”

Vidal argumentó “motivos estrictamente personales” para tomar su decisión, y hacía pública esta decisión un día después de haber reunido a 120 afiliados en una convivencia en San Pedro del Pinatar. “Mi proyecto de familia es mi mayor prioridad”, señaló en el comunicado de su renuncia, en el que se reafirmó en la moción de censura fallida contra e PP que orquestó junto al PSOE: “La moción era más necesaria que nunca, tras 26 años de inmovilismo, de ausencia de gestión (...) de compra de voluntades y blanqueo de transfuguismo”. 

“No tiene ningún sentido organizar una convivencia para dar ánimo al partido y al día siguiente dimitir”, señalaron fuentes cercanas a Ciudadanos. Martínez Vidal, por su parte, aseguró que “quería pasar un día tranquilo con todos los afiliados después de todo lo que había ocurrido”.

Esas mismas fuentes creen que Ciudadanos en la Región “está muerto” y que “se va ahondar más la crisis; no hay posibilidades de resurgir en estos dos años”. Apuntan también a que el fracaso de la moción de censura se “veía venir” puesto que “no tiene sentido esperar que después de firmar la moción tu enemigo esté dispuesto a hacerse el harakiri”, en referencia a la enemistad profesada entre Ana Martínez Vidal y la vicepresidenta Isabel Franco. “Esto es la gota que colma el vaso para el fin del partido en Murcia”, añaden.

La excoordinadora, por su parte, calificó de “error” pactar con el Partido Popular en el año 2019: “Prueba de ello es que apenas se cumplieron 9 de los 72 puntos del acuerdo de gobernabilidad”, expuso Vidal. La antigua líder de Ciudadanos se mostró muy crítica al conocerse la vacunación fuera de protocolo de 400 miembros del Servicio Murciano de Salud el pasado enero y pidió la dimisión del consejero de Salud, Manuel Villegas, que, finalmente, se produjo a los pocos días.

El vicesecretario general de Ciudadanos, Daniel Pérez, salió al paso de las dimisiones asegurando que “lo importante es que en el menor plazo posible tengamos rearmado un equipo de dirección” y destacó que la Región “es de las comunidades autónomas donde más peso tiene el músculo de Cs en cuanto a militantes y afiliados; vamos a iniciar una nueva etapa convencidos de que tenemos dos años por delante para en 2023 revertir el Gobierno actual y poder volver a ser el referente y la solución para muchos de los temas que de verdad preocupan a los murcianos”.

Vidal fue concejala de Infraestructuras con el PP en el Ayuntamiento de Murcia entre 2011 y 2015, momento en el que se dio de baja del partido. Un año más tarde se afiliaría a Ciudadanos, en 2019 entró en las listas como diputada regional para convertirse en coordinadora regional de Ciudadanos en septiembre de 2020. “De aquí a 2023 pueden pasar muchísimas cosas. Voy a compaginar mi actividad parlamentaria con la preparación de oposiciones. También me gustaría escribir un libro desde que entré en 2011 como concejala del Ayuntamiento de Murcia hasta el final de la legislatura”, señaló.