Una chica transgénero en un escaparate o un chico 'curvy' en un catálogo: los nuevos perfiles no normativos en la industria del modelaje
“Recuerdo que era época de exámenes e iba por la calle con unas pintas horribles. Entré a Tiger a distraerme y conforme salí se me acercó la directora de la agencia. Yo por entonces era muy tímido, no me salía ni la voz del cuerpo. Me dijo que le había gustado un montón y me ofreció una tarjeta. Sin decirle nada, la cogí y me fui”. Así comienza la carrera de cientos de modelos en España, mediante improvisados fichajes callejeros. Ahora, los directores y bookers de las agencias de modelos ponen sus ojos en perfiles cada vez más diversos. En la Región de Murcia, este cambio es una carrera a dos velocidades: “Siempre hemos apostado por todo tipo de cuerpos, géneros o de razas. La mayoría de las agencias tienen una representación de curvys, trans”, enumera la directora de la agencia Ciao Models, Alba Pérez-Cuadrado“. ”Nosotros trabajamos con diseñadores como Pedro del Lobo o Constanza Mas que buscan otros tipos de perfil“, añade Javier Navia, head booker de la agencia Monroe Models, ”pero los clientes más antiguos siguen pidiendo la típica belleza rubia y alta“.
Debido a la falta de demanda, los modelos no normativos encuentran dificultades para encontrar trabajo en la Región: “El mercado que hay en Murcia no es muy amplio y suelen coger el mismo tipo de perfil. No hay trabajo que busquen perfiles como el mío. En ciudades más grandes con mayor catálogo de casting hay más oportunidades para trabajar”, lamenta Ione, modelo no binaria.
“Bajo mi experiencia está muy marcado el estereotipo de modelo masculino y femenino. Y cuando se trata de buscar modelos andróginos, en lugar de buscarlos desde la identidad de género en las personas no binarias, te venden un tío cishetero en tacones. Las personas no binarias que sufrimos discriminación y estamos en riesgo por ser quien somos. Nos ponemos los tacones o lo que sea y se nos critica”, expone la modelo.
La modelo denuncia las contradicciones de la industria que en ocasiones “Quiere vender la diversidad sin tener en cuenta la diversidad”: “Se trata de sacar provecho a nuestra lucha. Ahora que estamos en el orgullo todas las marcas se declaran LGBTI friendly”.
Navia reconoce que la inclusión de modelos no binarios es algo “relativamente nuevo y hay pocos referentes”: “El cliente pide un género u otro, entonces ¿Cómo presentamos a los modelos no binarios?”, se pregunta Navia.
“Por experiencia las pasarelas de moda son más inclusivas con el género no normativo o los modelos que pueden cumplir perfiles tanto masculinos como femeninos. En el tema de editoriales también se solicita mucho ese tipo de perfiles”, asegura la directora de Ciao Models
Como solución a algunos de los retos que el modelaje no normativo conlleva, la agencia del head booker ha apostado por abrir un apartado no binario: “Hay muchas chicas que han participado en Drag Race y luego han sido contratadas por agencias internacionales. Las ponen en el apartado de mujer, siendo no binarias”.
“Una chica trans en un escaparate”
“Durante mi transición me había gustado la idea de hacer algo de modelaje. Siempre lo había visto como algo muy lejano, yo estaba en un momento de mi vida en el que no me veía y mi autoestima era baja. Cuando empecé a verme bien y comencé mi transición me propuse probarlo”, recuerda Denver, una modelo transgénero. Pese a identificarse como mujer, ha observado como su trabajo se ha visto limitado a las editoriales: “En Murcia suelen buscar gente mucho más normativa, para personas como mi perfil no suele haber mucho trabajo. Nunca he sufrido ninguna situación incómoda en el trabajo, pero es un hándicap”, lamenta la modelo.
Para el head booker de Monroe Models, los chicos transgénero son “los grandes olvidados de la moda”: “El mundo es machista, aceptamos a una mujer trans un poco más. Cuando un hombre trans quiere proyectarse a un ámbito laboral le ponen muchas más pegas. Para el mundo es una mujer que quiere ser hombre”.
En el ámbito internacional comienzan a perfilarse iconos trans en la industria: “Hunter Schafer, protagonista de la serie 'Euphoria' está trabajando en marcas. Para mi, junto a Valentina Sampaio, es la primera modelo referente en el mundo trans”, indica Navia.
“Yo nunca había visto ninguna editorial con alguien del colectivo LGBTI en Murcia”, asegura Denver. “A mi me hubiera gustado ver cosas así cuando estaba perdida: una chica trans en un escaparate o en una revista de mi ciudad me habría ayudado mucho y el hecho de poder vivirlo y formar parte de ello me hace ver que la cosa está avanzando”.
“Debe quedar claro que el mundo de la moda es más inclusivo que el mundo real. Pero el consumidor es otra historia, hasta que no acepte otros puntos de vista y cambie y asuma esta igualdad que reivindicamos no van a cambiar las cosas. Que la ley trans no saliera adelante ha sido un batacazo. Al no aceptarlo hemos retrocedido 20 años, es un involución exagerada. Cuanto más visibilidad tenga el colectivo más se aceptarán este tipo de cosas”.
“A nivel comercial lo tengo más difícil que un chico masculino”
“Mi primer trabajo fue en la feria, cambiándome de ropa detrás de un camión. Fue una experiencia que me dio mucha vergüenza de primeras, pero me gustó mucho. Me ponía delante de la cámara y cambiaba”, recuerda el modelo Luis Valero.
El modelo, también miembro del colectivo LGBTI, trabaja tanto para moda femenina como masculina: “Estuve viviendo en Estambul hace año y medio, trabajé allí de modelo dos meses. La fashion week de allí estuvo como en crisis, la temporada estaba siendo mala. Le sugerí a mi director de agencia presentarme también a los castings de chica. Se llevar tacones y desfilar como una chica, así que lo convencí. Me cogieron en varios de ellos”.
“Me identifico como un chico, pero pienso que el género es algo que nos ha impuesto la sociedad para tener que catalogarnos. Al final cada sociedad lo hace a su manera: hay sociedades indígenas con hasta cinco géneros. Es muy difuso. Yo soy maestro de inglés y haciendo prácticas en un colegio los niños siempre me preguntaban si era un chico o una chica, y que si soy un chico por qué llevo el pelo largo”, relata el modelo.
Valero reconoce que ser un modelo andrógino “te abre puertas y te cierra otras”: “A nivel comercial yo lo tengo más difícil que un chico masculino”.
“España no es -o no era- el país adecuado para modelos latinos”
“El tema racial era complicado, sobre todo con los chicos negros, en principio no eran para nada aceptados”, cuenta Navia. “Desde hace 6 o 7 años el cliente murciano está bastante más abierto a cualquier tipo de perfil. Y desde hace un año o dos, en el ámbito internacional podríamos decir que todo lo racial es tendencia. El año pasado el mejor modelo en la web de referencia fueron una chica y un chico negro. Eso jamás había pasado”, asegura el booker.
Navia vivió en sus carnes cómo el racismo en la industria ha ido disminuyendo de forma asimétrica: “Vine hace 16 años de Bolivia donde trabajé de modelo toda mi vida y empecé trabajando en Madrid. No fue del todo bien. Ahora entiendo desde mi experiencia que España no es -o no era- el país adecuado para modelos latinos. El tema de los latinos desde hace un año es cuando está empezando a funcionar”.
“Ahora estamos implantando nuevos perfiles de modelos asiáticos. Tenemos un coreano, una coreana y un chino. Y sí que tienen bastante aceptación ya que en Murcia no hay muchos”, explica Navia.
“El perfil curvy es un engaño”
Pese a que los modelos curvy llevan años afincados en la industria de la moda, para la directora de Ciao Models Alba Pérez-Cuadrado, aun hay modelos que siguen siendo una “demanda muy especial” En Murcia tenemos un cliente que va a apostar por un chico y una chica curvy para un catálogo. Para nosotros es una noticia muy buena porque no es lo común“.
En la Región, los curvys aún deben trabajar para abrirse paso: “Cada vez más las marcas murcianas están abriendo un departamento curvy. Nos parece genial porque tenemos un montón de modelos que quieren trabajar, con muchísimas ganas. Murcia poco a poco se está abriendo, pero Madrid y Barcelona están muy por delante.
Entre la modelo curvy y la tradicional hay lo que Pérez-Cuadrado califica como “un pequeño vacío de cuerpos”: Hay una gran diferencia todavía entre las medidas de una modelo curvy y una modelo más tradicional. Las modelos in between no llegan a ser curvy porque no tienen las medidas y las tallas que las marcas suelen pedir para representar a las modelos curvy y tampoco tienen los requisitos de las medidas encaminadas a la moda y la alta costura. Hay mucho que mejorar en ese sentido“, explica.
“El perfil curvy es un engaño”, denuncia Navia. “No es una representación de una mujer real, a fin de cuentas también tienen que tener sus medidas: tienen que tener unos centímetros de cadera, cintura y pecho”.
Por su parte, Ángela Burillo, modelo curvy, asegura que le gustaría que se empezara a valorar “a todos los modelos que se salen del molde de la talla 34 o 32. La industria se está dando cuenta de que puede haber más de una talla. Esto es algo que me gusta muchísimo, aunque ahora estudio otras cosas yo le digo a mi madre que lo dejaría todo por ser modelo”.
“He de decir que siempre he sido una persona que nunca ha tenido una talla 34. Yo siempre he oscilado entre una 40 y un 44”, ahonda Burillo“. ”Tengo un límite en el que me siento bien. Yo no me voy a obligar a tener una talla en concreto y jamás he tenido un problema con la agencia. Nunca les ha preocupado que yo haya engordado o adelgazado“, asegura.
“En publicidad las tallas dejan de importar”, afirma la directora de Ciao Models, “la publicidad es maravillosa, representa mucho más la realidad. Si es cierto que buscan perfiles muy llamativos: chicas con el pelo rojo o un montón de pecas, algo que llame la atención. Al final lo que quiere la publi es una llamada de atención amistosa al consumidor”.
Navia siempre recuerda a los modelos de nueva generación que “ellos son los nuevos clientes”: El trap, internet, Tik Tok y todas esas cosas que pueden parecer tonterías son punto y aparte a la hora de consumir. Es un nuevo perfil de cliente, por lo que las marcas se han visto obligadas a conectar con esa generación de centennials.
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