Cuarto ataque racista en la Región de Murcia en menos de un mes. Esta vez ha sido en la mezquita de la localidad de Cabezo de Torres. Los fieles que han acudido a la llamada al primer rezo de la mañana, a las cinco de la madrugada, se han encontrado con una cabeza de cochino atravesada por un cuchillo, pintadas en las paredes en las que se puede leer “Stop invasión” y “No al Islam”, y una bandera de España en la que han escrito “La soberanía de España no se negocia”. La presidenta de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes (ATIM), Sabah Yacoubi, ha dado la voz de alarma este miércoles tras este nuevo ataque: “Menos mal que a esas horas los niños no van a la plegaria, fíjate el panorama que se habrían encontrado”.
Yacoubi se muestra “asombrada” por la creciente escalada de episodios racistas desde la muerte a quemarropa el pasado 13 de junio de Yunes Bilal en Mazarrón al grito de “moros de mierda” tras una discusión en una cafetería de la localidad costera. “Cuando me preguntan si Murcia es racista, y cada vez me lo preguntan más, tengo que contestar que no; se trata de grupos aislados los que están propiciando estos episodios”. Grupos que la presidenta de ATIM no duda en vincular con la ultraderecha y los discursos de Vox.
Al asesinato del joven Yunes, le siguió solo cinco días después una agresión por apuñalamiento a una mujer ecuatoriana que se dirigía a la cola del economato de Cáritas en Cartagena. '¡Sudaca! ¡Nos quitan la comida!' fueron las palabras con la que la agresora acompañó el ataque, según testigos, del que la mujer ha conseguido recuperarse.
“Este último episodio llega con Mimun todavía recuperándose en el hospital de La Arrixaca”, explica Yacubi. Mimun -según el testimonio de la presidenta de ATIM- fue agredido hace unos días en la fábrica donde trabajaba. “El jefe despidió a un español porque -según dijo el patrón- el 'moro' trabaja mejor; y el empleado despedido reaccionó golpeando a Mimun en la cabeza y la espalda con una herramienta”. Tuvieron que ingresarle en la UCI, “y empieza a abrir los ojos ahora, pero todavía no puede casi ni hablar”.
Una comunidad pacífica
Yahya Zarhouni es profesor de árabe en la mezquita de Cabezo de Torres, donde también ejerce algunas tareas administrativas. Al otro lado del teléfono se muestra “preocupado” por el cariz que están tomando los acontecimientos en la Región de Murcia. Explica que en esta localidad murciana hay una comunidad amplia de musulmanes, la mayoría procedentes de Marruecos, “y son gente muy pacífica, casi todos trabajadores del campo, en fábricas y almacenes, que solo se preocupan por trabajar y sacar adelante a su familia temerosos de perder su empleo o sus papeles”.
“Ha venido la Guardia Civil esta mañana y ya se ha interpuesto una denuncia”, relata el marroquí, quien descarta que sus compatriotas respondan con violencia al ataque. “Estos actos generan incertidumbre, pero son gente tranquila”.