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Lorca se juega el confinamiento: sistema sanitario colapsado, falta de rastreadores e incumplimiento de cuarentenas

Toma de temperatura a las puertas del centro de salud de San Diego

Erena Calvo

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Ginés, a sus casi 70, echa de menos la partida de cartas después de la siesta en el Bar Momo y en La Sociedad de Lorca. “Un buen rato para sentarse a pasar el rato con los amigos”, relata este lorquino a elDiario.es Región de Murcia. Cuando surgió el brote del bar La Plaza, el pasado 25 de julio, se cerraron los centros sociales y hace dos semanas prohibieron también los juegos de mesa en los bares. “Hay mucha gente que está incumpliendo las normas y al final pagamos todos”, reflexiona detrás de su mascarilla. El bar La Sociedad -donde toma un refrigerio mientras ve pasar la mañana- también se ahoga un poco. Lejos quedaron los alborotos del local lleno a la hora del vermú. La facturación se ha reducido a la mitad y las ayudas no llegan con la celeridad que prometieron.

Agosto no ha sido un buen mes para Lorca, la tercera población en importancia de la Comunidad tras Murcia y Cartagena. Este municipio, muy próximo a Águilas y Totana, logró esquivar airoso la primera oleada de la pandemia, pero desde hace unas semanas el virus amenaza con descontrolarse y se ha convertido en el punto más sensible de la Región. En el mapa epidemiológico murciano, Lorca (señalado en rojo) acumula en los últimos 14 días la mayor incidencia de casos de coronavirus y ha hecho saltar todas las alarmas.

La UCI de su hospital de referencia, el Rafael Méndez, ha vuelto a llenarse de enfermos de coronavirus en las últimas semanas. Aunque “todavía hay margen” -según las autoridades sanitarias- la situación comienza a ser preocupante en un centro hospitalario que da cobertura a más de 180.000 personas de cinco municipios con una población muy dispersa.

María Dolores Chirlaque, jefa de Epidemiología de la Región, explica que la movilidad vacacional ha sido -en general- una mala aliada para la expansión del virus, a lo que en Lorca se suman los brotes del ocio nocturno y la entrada de la COVID en las empresas agroalimentarias de la zona. Lorca, al igual que Totana -la única zona murciana que volvió a ser confinada este verano-, vive en gran parte del campo y cuenta con una elevada población extranjera, ocupada mayoritariamente en este sector y expuesta en un elevado porcentaje a la temporalidad y los bajos salarios.

En los últimos 14 días Lorca acumula una tasa de 512 contagios; le siguen Lorquí con 406, Totana (287) y Mula (266). De los 2.876 casos activos en la Región, 372 se encuentran en este municipio, que cuenta ya con tres centros de salud en alerta roja.

Uno de ellos es el de San Diego. A sus puertas una mujer llora desesperada sin poder atender a razones. El guardia de seguridad le pide calma, y la señora, que ronda los 65, se muerde el labio inferior de vez en cuando para reprimir el disgusto, pero las lágrimas no dejan de brotar. Hace 8 días que se hizo la PCR, cuenta a elDiario.es, pero los resultados no llegan y la angustia no le deja pegar ojo. “Por la familia, ¿sabes?”.

PCR que tardan en resolverse

“Es un problema que nos estamos encontrando; las pruebas están tardando mucho en resolverse”, explica a elDiario.es Gloria Martín, del grupo de IU en Lorca. El alcalde, Diego José Mateos, lo achaca a “problemas internos en el Servicio Murciano de Salud”. La saturación en la realización de pruebas de los últimos días obligó a enviar los test a distintos centros hospitalarios diferentes, explican fuentes sanitarias.

La enfermera de triaje en San Diego repite una y otra vez el mismo mantra a los que se acercan hasta allí: La atención es exclusivamente telefónica, salvo urgencias y pediatría, dice señalando el teléfono de contacto. “Insiste, llama y llama sin parar”, le ruega paciente a un usuario indignado porque hace horas que marca el número del consultorio sin obtener respuesta. “Siempre comunica”. A otra mujer la manda a casa después de tomarle la temperatura. “Tiene fiebre, señora, no puede salir de su vivienda, llame a su médico de cabecera para que le dé instrucciones”. La mayoría de los que llega son inmigrantes, casi todos marroquíes. De los casi 95.000 habitantes de Lorca, más de 20.000 son extranjeros de hasta 80 nacionalidades. El mayor porcentaje lo ocupa la comunidad marroquí.

Convertir a los centros de salud en puntos rojos donde solo se realizan PCR y se atienden urgencias “genera mucho desconcierto” en gran parte de la población, denuncian desde IU, “porque se está dejando de atender otras enfermedades importantes”. Por eso, insisten, “hemos pedido que se saquen las PCR a otros espacios del municipio”.

“Si tienes síntomas o has estado en contacto con un positivo por coronavirus debes permanecer en casa y contactar con tu centro de salud; si la prueba da positivo continúa aislado, si el test da negativo tienes la obligación de mantener cuarentena 14 días”, se escucha desde la megafonía de un vehículo del Ayuntamiento.

Un imán que llama a cumplir cuarentenas

Najat es marroquí y habla español perfectamente. Pero no todos sus compatriotas tienen el mismo dominio del castellano. “Por eso el imán de Lorca -explica el alcalde- se ha prestado a grabar el mensaje para esta campaña municipal y dirigirse a su comunidad, algo que nos ha ayudado mucho porque él es una autoridad y todos le respetan”. A Najat nos la encontramos en las inmediaciones del Ayuntamiento y cuando le interpelamos al respecto asiente convencida: “¿Cómo no vamos a cumplir las normas? Salir de esta situación depende de todos”.

Mohamed, un compatriota que lleva 20 años en Lorca, regenta un bazar donde se puede encontrar desde mantequilla ‘beldi’ (del país vecino) y otros comestibles hasta chilabas o alfombras. “Lo importante es la salud, el flush (el dinero) viene y va”. La comunidad marroquí, dice, está poniendo todo de su parte. Y la mezquita, que los viernes congrega hasta a 3.000 fieles, ha limitado el aforo a 150.

El alcalde de Lorca, Diego José Mateos, habla “sin paños calientes” con este periódico: “La situación es preocupante porque el número de detectados es el más alto de la Región, pero según la Dirección General de Salud no se dan todavía los criterios para adoptar medidas más restrictivas como confinar”. Mateos insiste en la “ambiciosa” campaña de concienciación que se ha lanzado desde el Consistorio para pedir el cumplimiento de la normativa sanitaria a todos sus ciudadanos.

Este martes se valora de nuevo la eficacia de las medidas específicas que se aprobaron el pasado 19 de agosto para Lorca: el cierre a las 22h de los salones de juegos y apuestas y de las tiendas de venta al por menor, la prohibición de los juegos de mesa en cantinas, bares y restaurantes, el nombramiento de una persona responsable del cumplimiento de las normas en cada celebración o reunión con obligatoriedad de registrar datos de los trabajadores y de los invitados. Y la limitación del aforo al 40% dentro de los locales.

En las últimas semanas se han disparado también las multas. Por incumplir la obligatoriedad de portar la mascarilla, saltarse las limitaciones de aforo en los establecimientos comerciales y de restauración y no acatar la cuarentena. “Diariamente el SMS pasa un listado a la policía para hacer los controles y personarse en los domicilios de los que se sospecha que no están cumpliendo”, resalta el alcalde.

El alcalde Diego José Mateos reclama más rastreadores para mantener la situación bajo control, y más personal sanitario para descargar la presión de los centros de salud para hacer funciones de rastreadores.

En Lorca la transmisión ya es comunitaria, los contagios están muy dispersos. Comenzaron con los positivos en el sector del ocio nocturno y de allí pasaron a los peones agrícolas, “un sector muy difícil de controlar por las condiciones en que trabajan -señala el alcalde-, y porque la mayoría de los casos se dan en el transporte”, la Comunidad ha limitado al 50% la ocupación de vehículos de no convivientes. Y este lunes la Región de Murcia rebajaba a 6 personas las reuniones tanto en lugares públicos como privados.

Otra cuestión pendiente es la de los jóvenes: “No tienen conciencia de la enfermedad y estamos teniendo problemas con los botellones, son muy difíciles de controlar, Lorca es muy grande y tiene muchos sitios para esconderse”.

Pedro Sosa, portavoz municipal de IU, coincide en el problema de los botellones y piden “más vigilancia”. Hace 15 días, relata, se limpió debajo del puente en el cauce del río “y esta semana hemos vuelto a encontrar cientos de botellas; creemos que se ha bajado la guardia”.  

Sosa alude también al discurso que vincula gran parte de los contagios con un sector determinado de la población extranjera: “Se habla de personas inmigrantes como transmisores del virus y se destaca que viven hacinados en viviendas, y en malas condiciones, pero hay que preguntarse quién ha provocado esto”, y apunta a la economía sumergida, los bajos salarios, el abuso de los temporeros o las contrataciones a través de las ETT. La inspección de trabajo, reflexiona, tiene que profundizar más en toda esta problemática.

Walter (nombre ficticio) reconoce que la situación “está mal”. Y que también hay muchos contagios entre su comunidad. “Es verdad que mucha gente no cumple la cuarentena, es complicado a veces, hay quién no sabe que tiene el virus, y quien lo sabe pero no puede dejar de llevar comida a la mesa; no somos todos tampoco los que incumplimos”. Los mensajes que piden responsabilidad en el cumplimiento de las cuarentenas también se han colado en una emisora latina “ilegal”.

La jefa de epidemiología de la Región, María Dolores Chirlaque, lo tiene claro: “Si siguen produciéndose casos y más casos se implementarán medidas más drásticas” y no se descarta pasar a la fase 1 como ya sucedió en Totana. “Estamos muy atentos”. Y explica que además del número de contagios hay otros condicionamientos. Uno de ellos, la situación de los hospitales de la zona. El Rafael Méndez, que atiende a la población de Lorca, Aledo, Totana, Puerto Lumbreras y Águilas, “todavía tiene capacidad, pero la situación se está complicando porque hemos pasado de no tener ningún hospitalizado COVID a tener más de 20 en una semana”. Las primeras ocho camas de UCI para enfermos de coronavirus ya se han cubierto y está previsto ir adaptando más espacios. Como dice el alcalde del municipio, “todavía hay margen pero hay que seguir insistiendo para no llegar al colapso”.

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