Protestas contra migrantes llegados en patera en los barrios de Los Nietos y San Antón desatan la crítica contra el racismo
La llegada de pateras desde las costas africanas a las playas murcianas en las últimas semanas se ha convertido en un foco de preocupación para las administraciones y las entidades humanitarias que trabajan en su acogida. Agrupaciones vecinales de los barrios de Los Nietos y San Antón protestaban durante la semana pasada por el traslado de inmigrantes en cuarentena a sus barrios, donde residirían en una serie de pisos tutelados por la Institución humanitaria Cruz Roja.
El colectivo migrante de origen argelino, que arribó las costas de Cartagena en patera el pasado fin de semana, constaba de 108 personas, 8 de las cuales resultaron positivo en coronavirus tras haberles efectuado las pruebas PCR pertinentes, según fuentes del Servicio de Epidemiología de la Consejería de Salud.
Debido a las protestas ejercidas por algunos vecinos del barrio de Los Nietos, estos inmigrantes tuvieron que ser trasladados al barrio de San Antón, Murcia, donde tuvo lugar otra manifestación en rechazo al grupo. Se trata, dicen algunos de los tradicionales del barrio, de una manzana antigua donde residen numerosos ancianos en situación de riesgo, y existe un enorme miedo al contagio por parte de los residentes hacia los recién llegados.
Las manifestaciones del barrio murciano de San Antón tuvieron lugar durante los pasados días 3 y 6 de este mes, y sucedían al coreo vecinal de “No somos racistas”. Así, un coche de control policial se apostaba frente al piso migrante, con el objetivo de garantizar el control de la situación en sendas agrupaciones: los vecinos protestantes y los propios argelinos, que observaban la situación desde el balcón del piso en el que se encontraban.
Fuentes de la Delegación del Gobierno afirman que “nuestras exigencias han sido que no se generase ningún tipo de crispación ni de alarma utilizando a colectivos inmigrantes para ello. Desde la Delegación condenamos todo tipo de actos cometidos en favor de la xenofobia o el racismo”.
“No todos pensamos igual”, apuntaba una vecina del barrio de San Antón entrevistada por eldiario.es. “Creo que sí existe un condicionante racista en todo esto. Veo al día decenas y decenas de personas paseando por el barrio sin mascarilla y sin saber si están contagiados, y se tiene más miedo a aquellos que se sabe que no lo están por ser de otro color”.
Existe, además, otra vivienda tutelada ubicada en el barrio de La Fama, donde las ONGs Cepaim y Cruz roja, entre otras, acobijaron a otra agrupación con el objetivo de garantizar su seguridad, y la de toda la población murciana, a efectos de la situación de pandemia en la que actualmente nos encontramos.
Finalmente, ante la presión ejercida por las agrupaciones vecinales, el consejero de Salud Manuel Villegas García anunciaba el pasado martes 7 de julio que El Albergue del Valle había sido elegido por la Delegación del Gobierno como el lugar de emplazamiento definitivo para el colectivo argelino.
Así, previa desinfección y preparación de las instalaciones, durante la jornada del pasado miércoles 8 de julio ya se acogía en el albergue a la primera quincena de argelinos llegados a las costas de la Región, con el objetivo de que allí puedan, de un modo aislado y seguro, cumplir una cuarentena obligatoria tras haber estado en contacto con casos positivos en coronavirus.
Juan Guirao y Sandra Martínez, coportavoces de la plataforma de apoyo “Convivir Sin Racismo”, explican su desacuerdo hacia la alarma social creada por las protestas. “Siempre se apunta con el dedo a los colectivos más vulnerables, la gente tiene que ser consciente de la otra parte que no se ve. Estas personas son mucho más seguras que las que vienen en avión, están más controladas sanitariamente, y no han venido por placer”. “El trayecto de pateras hacia el levante español, especialmente hacia Murcia, lleva funcionando muchos años, y eso la COVID no lo para, al contrario, lo incrementa”, apuntan los entrevistados. “Si a ciertos discursos ya establecidos en la sociedad sumas el miedo y la inseguridad que ha generado la pandemia, es casi seguro el aumento del rechazo al migrante, pero no a cualquier migrante: a los pobres, miserables, vulnerables y personas en riesgo de exclusión social”.
Recuerdan, así, la campaña 'No soy un virus', en la que se denunciaba la relación entre los brotes de COVID-19 con episodios de racismo contra la población china y de origen asiático en todo el mundo.
Orden de criterios para el seguimiento del inmigrante
La Consejería de Salud emitió el pasado viernes 3 de julio una Orden en la que establecen los criterios específicos para el seguimiento epidemiológico y la atención sanitaria de los inmigrantes llegados de forma irregular a la Región de Murcia y, en especial, en los supuestos de acceso mediante embarcación a las zonas costeras. La Orden, recogida este viernes en el Boletín Oficial de la Región de Murcia (BORM), incluye la aplicación de una serie de medidas de control en el acceso irregular al territorio, así como de carácter sanitario.
El protocolo explica que ante la llegada de una o varias pateras, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o, en su caso, los servicios de Sanidad Exterior en el control de la inmigración irregular, lo pondrán en conocimiento de la autoridad sanitaria regional a través del Centro de Coordinación de Urgencias-061. Este servicio organizará la movilización de los recursos sanitarios precisos para prestar la asistencia pertinente.
Además, se adoptarán las medidas de prevención y distanciamiento entre personas, y se proporcionará mascarillas u otros elementos de protección a quienes carezcan de ellos.
El seguimiento epidemiológico de los casos confirmados de COVID-19 se llevará a cabo por el Servicio de Epidemiología de la Dirección General de Salud Pública y Adicciones. En el caso de menores no acompañados, se notificará su llegada a las autoridades con competencia en la materia de para que asuman las medidas de confinamiento o aislamiento previstas.
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