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La resiliencia libanesa

Imad Boussif

29 de agosto de 2020 22:20 h

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El Líbano es un país idéntico a la Región de Murcia, tanto en clima, superficie, así como en las peculiaridades sociales y gastronómicas que caracterizan los países que se asoman al bello Mar Mediterráneo. No obstante, es un país acostumbrado al derrame, al sufrimiento, mucho ha sido lo que ha soportado este país, pero sigue, y seguirá en pie.

A nivel político, cuenta con un sistema cuanto menos llamativo. Pues ahí, el presidente, tiene que ser siempre, y así lo indica la constitución del país, un cristiano maronita; el primer ministro un musulmán suní; y el portavoz de la cámara, musulmán Chií. Esta organización política confesional tiene raíces coloniales, gracias al interés geoestratégico que ha hecho del Líbano un país atractivo para las potencias mundiales.

Un sistema político cada vez más obsoleto que, sin lugar a duda, algún día tendrá que sufrir cambios profundos para que los gobiernos puedan gestionar los problemas de los libaneses de forma más eficaz. Problemas que se hacen notar cada vez más. En efecto, el suceso que tuvo lugar en la capital libanesa (Beirut) no ha dejado a nadie indiferente. Los vídeos que hemos visto todos de la explosión han conmocionado el mundo. Una explosión que ha sacudido el país, y ha sido una tragedia, tanto en pérdidas humanas, como a nivel económico y político.

Para acercarnos a la situación que vive el Líbano, vamos a hacerle unas preguntas a Salam Zahran, una libanesa que era, hace tres años, vecina de la ciudad de Murcia. Salam es especialista en el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Árabe de Beirut, que vivió de primera mano los sucesos y que estuvo, tras la explosión, trabajando con las víctimas en el terreno.

Todos hemos visto los vídeos de la explosión, pero ¿Cómo es vivirlo desde dentro?

La explosión, tal y como se hizo eco en los medios de comunicación y en los informes internacionales, fue considerada como una de las más potentes del mundo. Yo estaba en Beirut durante la explosión, a unos cinco km del puerto, y se notó como un fuerte terremoto. Luego, cuando la explosión tuvo lugar, sentí como si nos tiraban cohetes (los sonidos todavía están en mi cabeza hasta el día de hoy). No olvidaré esos pocos minutos en toda mi vida. Después de la explosión, la gente en Beirut enloqueció, todos los vidrios estaban rotos y los edificios destrozados.

¿Cómo definirías la emoción que domina ahora en el Líbano?

Todo el mundo ha perdido algún amigo o pariente, o todavía están desaparecidos en el puerto o en las carreteras de la ciudad. Estamos de luto. En duelo por las víctimas y los jóvenes que perdimos, pero también estamos de luto por nuestro gobierno que no nos protegió, y sentimos una profunda decepción por ello.

¿Qué es lo más chocante que viste esos días?

Lo que más me chocó fue el humo en el cielo. Nunca vi una escena semejante con tanto humo (lleno de colores: marrón, blanco, negro, gris, rosa claro). Pensé que íbamos a asfixiarnos y morir enseguida. También, la escena de la gente corriendo sin dirección en las calles, y gritando sin saber lo que estaba pasando…

¿Beirut es irreconocible para ti ahora?

Beirut es mi ciudad natal, y el lugar donde estudié y en el que trabajo ahora, así que puedes hacerte una idea del valor que tiene esta ciudad para mi. Conozco cada calle, cada tienda. Ahora, Beirut me hace llorar cada vez que miro a mi alrededor, como si alguien la hubiera destrozado sin piedad. Sin embargo, sé que Beirut, mi bella, se levantará de nuevo, lo hace siempre, por eso la llaman “Fénix” el ave mitológica que resurge de entre las cenizas.

¿Cómo libanesa, de lo que ha pasado, qué es lo que más te duele?

Lo que más me duele es nuestro gobierno, nuestro sistema corrupto al que todos culpamos por lo que pasó. Son responsables de nuestras víctimas mortales y de cada herida de los cientos de inocentes. 

Tu que has vivido en Murcia, ¿has recibido apoyo de tus amigos murcianos?

Me ha hecho muy feliz ver todo el apoyo que tenía en las redes sociales, donde mis amigos españoles compartían en sus plataformas lo que había sucedido en el Líbano, y mostraban su apoyo a las víctimas y a las familias libanesas. Me sentí muy arropada, y ese apoyo no tiene precio.

¿Sabemos ya la verdad sobre la explosión?

Desafortunadamente, todavía no.

Se sabe que la gestión que se hizo tras el suceso no fue ideal en el Líbano ¿Qué crees que hubiese sido diferente si esto hubiese pasado en una ciudad europea?

Para ser honesta, no quiero imaginar que esto pasara en cualquier parte del mundo. Pero creo que, si esto sucediera en cualquier otro lugar, sabríamos inmediatamente el por qué y el cómo, y lo más importante, los responsables serían condenados.

¿Qué está pasando ahora Beirut?  

Antes de la explosión y desde noviembre de 2019, ya habíamos iniciado una revolución en contra de la corrupción y la crisis financiera y económica que estamos atravesando. Después de lo sucedido, hay más rabia aún contra del gobierno. 2.750 toneladas de nitrato de amonio fueron almacenadas de forma insegura en el puerto desde 2013. Todos los políticos son responsables de esto y la negligencia del gobierno causó más de 150 muertes, y provocó más de 6.000 heridos. La única respuesta que hay ahora es la rebelión en las calles de Beirut.

Para terminar, sabemos que el pueblo libanés es conocido por su resiliencia, ¿crees que la gente se ha cansado ya?

En mi familia siempre me han contado que pasaron por diferentes tipos de desastres: la guerra civil, las invasiones de Israel y muchos otros incidentes. Pero esto fue distinto, distinto a todos los niveles, dañó Beirut como nadie lo había hecho antes. No obstante, Beirut y los libaneses nos levantaremos de nuevo, y superaremos este desastre. Así somos, fuimos y seguiremos siendo fuertes y resistentes.

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