El Gobierno de Murcia expuso hace escasos días un plan de movilidad regional que, en palabras del consejero de Fomento, José Díez Revenga, busca introducir medidas como “reducir el tiempo de desplazamientos, las emisiones, crear un nuevo mapa de movilidad, una red de intercambiadores de transporte”. Un proyecto que no ha estado exento de críticas desde plataformas sociales y sindicales que aseguran la “ineficiencia” de las ideas que se quieren llevar a cabo: “Siempre son las mismas estrategias innecesarias y vacías”.
La plataforma del transporte público surgió debido al “mal funcionamiento por parte de las administraciones implicadas y los daños que suponían a los trabajadores”. Sus miembros decidieron dar un paso adelante a principios de 2021 con la aparición de la pandemia que supuso la reducción de servicios de transporte. Uno de los portavoces, Paco Ruipérez señala como una “falsedad” el nuevo plan del transporte público que ha llevado a cabo la Consejería que preside Revenga. Los datos con los que ha contado dicho plan son “erróneos; cuenta con estaciones de ferrocarril inexistentes y no incluye otras de autobuses que sí o el uso de servicio de autobuses urbanos en ciudades donde nunca lo han tenido”.
Datos de la compañía Orange
El proyecto del Gobierno regional cuenta con un muestreo sobre la movilidad de la región en base a los datos recogidos de los clientes murcianos de la compañía telefónica Orange. Ruipérez alega “la incoherencia de dicho muestreo, ya que solo un 25 por ciento de la población es cliente de esa compañía”.
Respecto a la estrategia medioambiental expuesta por Revenga, el portavoz critica que se lleve a cabo “mucho antes de saber cuáles son los transportes de los que van a disponer; el plan cuenta con lagunas que demuestran el mínimo conocimiento sobre las prioridades para un proyecto de transporte”.
Alcantarilla, con un 50% menos de actividad
Revenga, asegura Ruipérez, estudia las diez concesiones de líneas de autobuses dentro de la Región y esto “supone un descenso de los servicios en muchas ciudades, sobre todo en Alcantarilla, con un 50 por ciento menos de actividad aparte de las paradas en la ruta, que pasan antes por el recorrido universitario que por el propio centro de la ciudad”.
José Enrique Ruiz, abogado y miembro de la plataforma del transporte público, intervino en la recuperación de la línea 61, a día de hoy con el número 26, que conectaba San José de Montaña y diversas pedanías con el centro de Murcia. Su labor se encaminó a “recordar el olvido constante de los pueblos murcianos que necesitaban, de una vez por todas, encontrar la forma de trasladarse al centro de la ciudad de la manera más cómoda posible”. Las plataformas ciudadanas luchan por ampliar el transporte público en los lugares más alejados de la ciudad, ya que aún hay muchas pedanías que se tienen que adaptar a unos horarios específicos debido al lugar donde se encuentran.
“Simple fachada”
Ruiz asegura que el nuevo plan de movilidad para el transporte público es “una simple fachada que esconde las verdaderas necesidades de los ciudadanos, como la mejora en los horarios, unos precios inadecuados que no presentan ayudas con aquellos que necesitan usar dicho transporte con más frecuencia”. El abogado asegura la necesidad de escuchar al ciudadano y “dejar a un lado los planes defectuosos”.
A pesar de que el Ayuntamiento de la Región de Murcia no presentará los análisis sobre la movilidad en el tráfico murciano hasta el mes de noviembre, sí aboga por el incremento de las líneas en el transporte público y por tanto, la necesidad de contar con 339 trabajadores más que dispondrán de 135 vehículos ecológicos para fomentar un uso adecuado y responsable. Este nuevo plan, llevado a cabo por la Junta de Gobierno, busca una mejora en la conexión del municipio incluyendo las distintas pedanías. A pesar de esto, Paco Ruipérez encuentra “un vacío en dicho plan; los autobuses se van a reducir a un máximo de ocho plazas con el fin de poder acceder al entramado de calles estrechas a costa de suprimir las plazas que podrían aprovecharse”.
Otro de los sectores que se ven afectados por este proyecto son los trabajadores de las compañías del transporte público. Francisco Tomás Muñoz, empleado de la compañía LAT, comienza su jornada laboral a la espera de un plan que “no tiene en cuenta las necesidades ni de los trabajadores ni de los viajeros; los horarios planteados no prestan un servicio al ciudadano, ya que representan muchas horas de espera y supone la opción de otro medio de transporte más rápido”.
A la hora de crear un proyecto de movilidad, es imprescindible contar con aquellos que se vean involucrados en él, asegura Francisco. “No se han sentado con nosotros para deliberar asuntos importantes en los que nos vemos implicados y sobre los que deberíamos opinar”.
Pedanías, sin transporte los domingos
Contando con más trabajadores del sector, Tomás Verdu Bernal, operario de la compañía de autobuses 'Los Coloraos', asegura que “es un plan sin fundamento”. A día de hoy no sabemos las distintas afluencias entre los autobuses con respecto a las paradas“. Reafirma la idea de sus compañeros en ”la falta de consideración hacia ellos tanto las medidas como en las decisiones que se han tomado“. Bernal critica que ”muchas paradas que se encuentran en las pedanías no pueden disponer del transporte público los domingos“. El operario asegura que ”son claros signos de una falta de estudio en las necesidades de los ciudadanos y en la justa movilidad“
Tomás y sus compañeros han tenido que “aguantar durante la pandemia” la falta de aseos ya que “casi todos ellos” se encontraban averiados, una situación que les afectaba a su comodidad ya que “en tiempos de pandemia no se podían entrar a otros lugares para usar los aseos”.