La portada de mañana
Acceder
España tiene más de un millón de viviendas en manos de grandes propietarios
La Confederación lanzó un ultimátum para aprobar parte del proyecto del Poyo
OPINIÓN | Aldama, bomba de racimo, por Antón Losada

Carlos Pérez-Nievas, candidato de Ciudadanos: “Esparza sólo será presidente si Pedro Sánchez lo autoriza”

Rodrigo Saiz

24 de mayo de 2023 22:34 h

0

Carlos Pérez-Nievas (Tudela, 1966) sabe que va a tener difícil mantener su escaño en el Parlamento de Navarra. Las encuestas pronostican una gran caída de Ciudadanos a nivel nacional, que también se refleja en Navarra. Con todo, se muestra confiado en que la barrera del 3%, la más baja de España, le pueda ayudar a lograr representación en la Cámara foral en solitario una vez que se ha disuelto la coalición que compartía con UPN y PP, Navarra Suma. Acusa a estas dos formaciones de ser “cortoplacistas” y haber antepuesto “sus intereses personales” y de “dar espectáculo fichando tránsfugas” de otros partidos, entre el que se incluye Ciudadanos. Asegura que será Ferraz donde se decida el próximo Gobierno de Navarra y tiende la mano a UPN y PSN para formar el nuevo Ejecutivo.

Las encuestas muestran que la ruptura de Navarra Suma podría facilitar que Chivite pueda reeditar su gobierno. ¿Qué valoración hace?

Era algo que ya se sabía, no es ninguna novedad. La ruptura Navarra Suma debilita las posiciones del centro y de la derecha que estaban unidos en una opción que era más amable de votar, más fácil. La ruptura va a generar una posición de fortaleza en el Partido Socialista, no por sus méritos, sino por un desencanto del potencial votante de Navarra Suma, que ahora no va a votar ni a UPN, ni al PP, ni a Ciudadanos. La abstención es el gran enemigo al que nos enfrentamos y beneficia al PSOE.

¿A quién responsabiliza de la ruptura de Navarra Suma?

Hay dos responsables claros: UPN y PP. El PP pretendía recuperar sus siglas sin romper la coalición y UPN ha querido romper la coalición y recuperar sus siglas. Es una visión cortoplacista, exclusivamente centrada en las posibilidades de gobernar Navarra, dejando sin trascendencia a todo el poder municipal, que es inmenso y que está ahora en manos de EH Bildu. La ruptura va a ser dramática para la situación de Navarra y, desde luego se ha hecho con un egoísmo y un sentido absolutamente cortoplacista de la política que dice poco de los que lo han liderado.

¿Ciudadanos tuvo voz en la toma de la decisión?

No. UPN ha tratado de buscar esta línea de ruptura que ellos entienden que facilita que el PSOE les dé la presidencia de Navarra. Pero llama la atención que un partido como UPN, que dice que es el único partido que toma sus decisiones en Navarra, deje la decisión más importante de todas, que es quién va a presidir en Gobierno de Navarra, en manos de Madrid, del PSOE. UPN no puede presidir Navarra sin una decisión de Ferraz, es completa, total y absolutamente imposible, que lo tengamos todos claro. La única opción para que no fuera así sería sacar mayoría absoluta, y eso no va a ser así. Para que Javier Esparza sea presidente necesita que Pedro Sánchez desde Ferraz lo autorice. UPN ha fiado todo a eso, a que una posición del PSOE por una táctica con respecto a las generales lo ponga de presidente. Y tiene la desfachatez de decir que quiere gobernar en solitario, lo de UPN esta campaña clama al cielo.

¿Ciudadanos no apoyaría un gobierno de UPN?

Para que gobierne solo, no. UPN si quiere tener el apoyo de Ciudadanos tendrá que establecer pactos de gobierno. Uno no puede pretender arrogarse con 13 o 14 diputados la posibilidad de gobernar solo y que los demás le estemos haciendo de palmeros.

¿Cómo se vivió desde Ciudadanos la crisis de votación de la reforma laboral que se ha terminado llevando por delante Navarra Suma?

Ese no fue el origen de la ruptura para nada, la reforma laboral no tuvo nada que ver con la ruptura de Navarra Suma. Fue una deslealtad total y absoluta de los dos diputados de Navarra Suma, que no son de UPN. Las campañas por las que son elegidos Sergio Sayas y Carlos García Adanero fueron pagadas, cuando menos al 50% por Ciudadanos. Fue una deslealtad, pero no producto de una estrategia o de un convencimiento personal, fue el voto del miedo de las redes sociales. Lo que marcó la postura de su voto fue lo que ellos crearon con sus redes sociales, crearon un monstruo que no han sabido parar y que se los ha comido, actuaron en función de las presiones que tuvieron en redes. Al final han acabado en el PP y ellos sabrán, pero me parece que aquello UPN tampoco lo supo manejar, faltó liderazgo claro de Javier Esparza para imponer su criterio. No puedes mandar a la secretaria general a que comunique a los diputados lo que tienen que votar, tiene que ser una cosa del presidente, que marque el criterio. En todo caso, supuso una gestión desastrosa de todos y nadie quedó bien.

¿No cree que el PP estuviera detrás de esa maniobra?

Estoy convencido de que no.

Antes del episodio de Sayas y Adanero se había vivido otro momento de tensión con la senadora de Ciudadanos Ruth Goñi, que se dio de baja del partido, pero que se negó a entregar el acta a Navarra Suma. ¿No cree que todo esto fue rompiendo la confianza entre socios?

Ruth Goñi es intrascendente absolutamente para todos, sus acciones políticas carecieron de trascendencia política en Ciudadanos y en la coalición. El único punto previo de inflexión fue el congreso que celebró UPN en 2020, donde uno de los candidatos, Sergio Sayas, ya planteaba para presionar a Javier Esparza que se estaba perdiendo la marca de UPN en la coalición. Ese fue un momento crítico que me obligó a mí a expresar claramente que por esa línea no se podía ir o no debería ir. Eso paró, pero a partir de aquel congreso, que acabó con una victoria pírrica de Esparza, ya se quedó la cantinela de que la marca UPN había desaparecido y tenía que recuperarse. Eso y el miedo y la inseguridad de la actual dirección de UPN es la que ha generado la ruptura.

¿Usted habría apostado por mantener la coalición?

Si me preguntas a mí personalmente, yo prefiero ser líder de un único partido, la coalición es complicada y difícil. Ahora, como Ciudadanos y como responsable del partido, claramente la coalición es la mejor opción para Navarra, la única opción real que aglutina voto y que es fácil de votar. Es una marca que había sido un éxito rotundo en 2019, en el Parlamento, pero fundamentalmente en los ayuntamientos. Y, por tanto, aunque yo tengo muy claro mi liderazgo y el de Ciudadanos quedaban disminuidos, era la mejor marca política que se había generado Navarra en los últimos años.

Varios miembros del UPN han dado salto al PP. ¿A usted se lo ofrecieron?

A mí me ofreció UPN ir el número tres en la lista, pero con el PP yo no he tenido un ofrecimiento claro de ir a ninguna lista. El espectáculo de los fichajes y el transfuguismo que se ha dado en estos últimos tiempos es una vergüenza y es una imagen que también va a dañar el voto a los partidos que están dando ese ejemplo a la sociedad. En Ciudadanos también lo hemos vivido, cargos que han dado el salto a UPN para mantener su acta. Los dos partidos tenían que haberlo impedido, pero no lo han hecho por interés.

¿Cree que Ciudadanos logrará tener representación en el Parlamento la próxima legislatura?

Estoy seguro de que sí. En el año 2019 las encuestas así nos lo decían y en 2023, veníamos en una posición peor, pero estamos recuperando, estamos lanzando propuestas claras y tenemos claro hacia quien dirigirnos. Nuestro objetivo está claro que es la clase media, aquellos que se quedan fuera de todo tipo de ayudas y que están luchando por criar a sus hijos y por tener unos mejores servicios de educación y salud. La barrera para entrar en Navarra es del 3%, la más barata de España, solo hay otras tres comunidades como nosotros y, por lo tanto, tenemos posibilidades. Somos la única opción de centro que queda y la única capaz de aunar sensibilidades y de pactar con el PSOE y UPN para consensuar un gobierno que dé estabilidad a esta comunidad.

¿Cree que el PSN podría pactar con un gobierno con UPN?

María Chivite y la dirección del Partido Socialista de Navarra quieren mantener el gobierno actual, no tengo ninguna duda. No solo eso, están dispuestos a aceptar los votos de EH Bildu, un partido que ha incluido a asesinos de ETA en sus listas. La respuesta de María Chivite ha sido vergonzosa, ha sido más tibia incluso que la de EH Bildu, que los ha retirado, cuando el PSN aceptaba perfectamente que tuvieran a asesinos en sus listas. Si los números le dan, que le van a dar, María Chivite va a querer reeditar el gobierno actual con el apoyo, no la abstención, de EH Bildu.

¿Y cree que Ferraz podría frenar ese acuerdo?

En el Partido no hay ningún principio más que el interés de mantener el poder. Si Ferraz cree que pactar con EH Bildu en Navarra le va a restar en las generales, no habrá gobierno de María Chivite con EH Bildu. Si por el contrario cree que lo tiene amortizado, habrá gobierno otra vez.

¿Ciudadanos apoyaría un gobierno del PSN con UPN?

Por supuesto. Yo creo que ese es el gobierno que se tendría que dar. Ahora se van a luchar el liderazgo, van a luchar por ganar las elecciones porque UPN va a tener su peor resultado de la historia, todas las encuestas lo vaticinan. A partir de ahí, un gobierno de UPN con el PSN con nuestro apoyo desde el Parlamento, me parecería la mejor opción para Navarra.

¿La gobernabilidad de Navarra dependerá de lo que pase en el Ayuntamiento de Pamplona?

No exactamente. Me parece que el Ayuntamiento de Pamplona y el Gobierno de Navarra se van a dilucidar en planos distintos. En el Ayuntamiento Ferraz decide menos, yo creo que Elma Saiz votará a su candidatura y pueden pasar dos cosas: que gane la lista más votada, la de UPN; o que se vuelva al año 79, cuando Herri Batasuna, teniendo más concejales que el PSN votó al PSN y gobernó Julián Balduz. Siempre hay que pensar que es posible, que Asiron en un momento determinado, antes de que UPN mantenga la Alcaldía, vote a favor de la candidata socialista.

¿Cómo valora estos cuatro años de gobierno de María Chivite?

No ha sido un gobierno, ha sido una coalición extraña formada por el PSN, Geroa Bai y Podemos, con Izquierda-Ezkerra apoyándola desde fuera y con el partido más importante del gobierno esta legislatura, EH Bildu, aparentemente fuera del gobierno, pero condicionando todas las decisiones, todas las leyes y todos los presupuestos. Dos de los socios no han participado nada y el gobierno ha sido del PSOE con EH Bildu. No ha habido un plan de gobierno, no se ha seguido una línea.

¿Considera el Convenio Económico un privilegio para Navarra? Ciudadanos lo criticó en el pasado antes de integrarse en Navarra Suma.

No, es una singularidad. El ejercicio que hacen el País Vasco y Navarra de una cuestión que puede tener similitudes, es completamente distinto. Navarra no tiene ningún privilegio, tiene una singularidad producto del devenir histórico. A partir de ahí, el uso que ha hecho Navarra de esa singularidad ha sido absolutamente de solidaridad y de transparencia. No podemos decir lo mismo del PNV, que lo utiliza permanentemente, año tras año, para negociar condiciones ventajosas con respecto a cualquier ley o a cualquier pacto presupuestario. Siempre lo utiliza en beneficio propio y llega a ser escandaloso. Ahí sí que es, como hemos dicho mil veces, el ejercicio de un cuponazo. Navarra no hace de eso una utilización como un privilegio.