La hostelería de Navarra afronta una cascada de cancelaciones ante la inminencia del cierre
El jueves a las 0:00 todos los bares y restaurantes de Navarra deberán tener las mesas y sillas recogidas y la persiana bajada. A partir de ese día y hasta al menos el 4 de noviembre no podrán abrir salvo para entregar comida y bebida a domicilio, tal y como anunció el lunes la presidenta de Navarra, María Chivite. Una vez más, el sector de la hostelería vuelve a ser el más castigado por la COVID-19 al ser el sector en el que más restricciones se aplican. En el casos de Navarra porque los datos revelan que más de un 60% de los contagios se producen en las reuniones sociales, ya sean familiares o de amigos. En un solo día desde que se anunciaran las nuevas restricciones para intentar frenar la curva de positivos, hoteles, salones y restaurantes ya han recibido una auténtica cascada de cancelaciones y aplazamientos de eventos como bodas o bautizos con los que esperaban salvar un año especialmente duro en el que han visto como sus ingresos de han desplomado por la pandemia.
“Nos han cancelado ya 30 eventos que se iban a celebrar desde este fin de semana en adelante”, lamenta Sara, del Hotel Toro de Pamplona en una conversación telefónica con elDiario.es. “De ellas solo hemos podido aplazar por el momento 12 y estamos a la espera de intentar recolocar en nuevas fechas el resto, pero la gente está con mucha incertidumbre”, añade. Este hotel, uno de los que más eventos familiares acoge durante el año en Navarra no ha sido el único damnificado, como él otros tantos en toda la comunidad. “Cuando declararon el estado de alarma ya optamos por no organizar bodas, bautizos y comuniones este año, sabíamos que iba a ser muy complicado”, explican desde el Palacio de Zuasti.
Las obligación de tener que cerrar el negocio durante dos semanas “ha sido la puntilla” para muchos hosteleros que aseguran que hasta el momento estaban “sobreviviendo gracias al fin de semana”. Es el caso de Santi, que regenta el Basoko Taberna de la Calle San Nicolás, en pleno centro de Pamplona, que explica que ya fue “un palo muy gordo” el tener que reducir el aforo al 30% en el interior teniendo en cuanta que los locales del Casco Viejo de la capital de Navarra no pueden disponer de terraza por la estrechez de las calles. “Los fines de semana nos salvaban un poco, pero ahora ya ni eso. Tenía ya todo reservado para este sábado, que coincide el centenario de Osasuna a las 13:00 y después el Barça - Real Madrid y he tenido que cancelar todo. Una ruina”, lamenta.
También tenían cerradas varias comidas para este fin de semana en el Bar Catachu. “Todo cancelado, incluso una comida grande de 30 personas que íbamos a dividir en varias mesas para el 2 de noviembre ya nos la han anulado porque las restricciones son hasta el 4”, lamentan. “Tocará volver al ERTE, pero con mucho miedo de que después de esto ya no abra el negocio”, explican dos empleadas del local.
Y es que esta ha sido la última de una larga lista de restricciones que han ido sufriendo la hostelería y los grandes eventos desde la entrada en la denominada 'nueva normalidad' a raíz de los brotes que se empezaron a registrar en verano tras las fiesta patronales en barrios como el de Mendillorri de Pamplona o en localidades como Tudela. “En su día cuando se limitaron las celebraciones de bodas a 50 personas nos costó mucho conseguir que las que ya estaban reservadas redujeran su lista de invitados, pero lo logramos en casi todas, cuando las redujeron a 12 muchos ya cancelaron directamente y ahora que no se puede nada ya es horrible”, explica Sara del Hotel Toro. Se da además en muchos casos la circunstancia de que se tenía reservado un evento para abril o mayo, pero con el estado de alarma los aplazaron para final de año, y ahora de nuevo vuelven a estar restringidas las celebraciones.
En este hotel también han notado mucho la bajada de las reservas en pernoctaciones. “Al no haber casi nada de turismo y que las empresas ahora hacen todo por videoconferencia, se ha notado mucho que ya no viene gente en viajes de empresa”, señala. Temen también que la imagen que se está mostrando de Navarra en las últimas semanas, siendo la comunidad con mayor incidencia acumulada de España pueda afectar a futuras campañas de verano y turismo.
“No se puede seguir criminalizando a la hostelería”
Desde el sector consideran que se les ha “criminalizado” en exceso cuando, aseguran, “no es un sector peligroso ni foco de contagios”. Este martes se han concentrado frente al Gobierno de Navarra varias asociaciones de la hostelería para pedir un plan de rescate y viabilidad a medio plazo “como los que hay en otros países europeos donde también se han adoptado restricciones” para tener “un mínimo de seguridad”.
El Ejecutivo de María Chivite ya anunció un fondo de ayudas de 10 millones de euros para la hostelería, que desde estas asociaciones consideran insuficiente. “Con los 10 millones no hacemos nada, si se nos va a seguir cerrando por decisión política y por dar ejemplo a la sociedad necesitamos ya un plan de viabilidad. Si los 10 millones se dividen entre 4.800 empresas son 2.000 euros para cada una, algo ridículo”, han apuntado.
En su opinión, se está utilizando a la hostelería como “cabeza de turco para dar ejemplo” y han censurado que “se siga dando vueltas de tuerca a la hostelería y el turismo” a pesar de que los datos muestran que “el esfuerzo y el trabajo” que se realiza en la hostelería “ha dado sus frutos y no son foco de contagios”. Por este motivo, han criticado que el Gobierno foral anunciara este lunes el cierre del sector, sin comunicárselo previamente
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