Sánchez advierte de que los socialistas navarros no pactarán una alternativa de Gobierno con UPN
El debate de la moción de censura ha permitido mostrar una derivada política de interés para Navarra: el apoyo decidido del PSOE de Pedro Sánchez al proyecto de su candidata local, María Chivite, de no pactar con UPN un hipotético gobierno alternativo al de Uxue Barkos. Durante un rifirrafe dialéctico entre el candidato socialista a la presidencia del Gobierno y el portavoz de UPN en el Congreso, Iñigo Alli, Sánchez le ha espetado que los socialistas “siempre apoyarán gobiernos de progreso” y no “conservadores” como los que encabeza UPN.
El asunto cobra más relevancia por la crisis política interna que vive Podemos en Navarra, que con un sector oficial y otro crítico mayoritario que no se entienden ni en el nombre del Grupo Parlamentario hace tambalearse la mayoría que sustenta al gobierno de Uxue Barkos. Con Podemos partido en dos, la suma de parlamentarios de Geroa Bai, Bildu e Izquierda-Ezkerra no asegura la continuidad del cuatripartito, al menos de un gobierno con capacidad ejecutiva.
Por eso, un acercamiento de los socialistas daría margen de maniobra tanto para terminar el año que resta de legislatura como para reconfigurar sus apoyos de cara a las elecciones de 2019. Pese a sus resultados electorales mediocres en 2015 -fue quinta fuerza y logró 7 escaños- la particular distribución del arco político navarro hace de los socialistas un partido bisagra muy codiciado por sus rivales.
Así las cosas, Alli ha intentado rebajar inmediatamente el enfrentamiento explicando que si no va a apoyar la moción de censura es porque UPN ha pactado con el PP los Presupuestos, y UPN “cumple lo acordado”. Pero no ha convencido a Sánchez, que le ha recordado que el último pacto de gobierno de socialistas y regionalistas en Navarra “lo rompieron a los 11 meses”. Se refería a la decisión de la entonces presidenta de Navarra, la regionalista Yolanda Barcina, de cesar a su vicepresidente, el secretario general del PSN, Roberto Jiménez, el 15 de junio de 2012, por su “comportamiento desleal”.
Entonces el Gobierno de UPN quedó en minoría, y facilitó el entendimiento de toda la oposición, que le arrebató el Gobierno de Navarra tras las elecciones de 2015 con los votos del cuatripartito. Así las cosas, granjearse el apoyo de los socialistas resulta fundamental para que los regionalistas puedan plantearse volver al Gobierno de Navarra tras las elecciones del año que viene. Por eso ha recordado Alli el “acuerdo estable” que durante más de 20 años propició el “progreso social” de Navarra.
Pero no parece que Sánchez vaya a censurar la autonomía del PSN, como ocurrió en el célebre agostazo de 2007, cuando los socialistas llegaron a firmar un preacuerdo con Nafarroa Bai (hoy Geroa Bai) para formar un gobierno de coalición con el candidato socialista Fernando Puras como presidente. A última hora, la intervención del secretario de Organización del PSOE, José Blanco, censuró el acuerdo por razones de Estado -evitar el auge del nacionalismo vasco en Navarra- y pese a la voluntad firme de los socialistas navarros de formar Gobierno, no salió y Miguel Sanz volvió a ser elegido. La fractura interna y el coste electoral fueron enormes para los socialistas. Y no parece que Pedro Sánchez esté por la labor de repetir esa jugada.
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