Pasado, presente y futuro. El discurso de Uxue Barkos como candidata a la Presidencia de Navarra ha servido, como no podía ser de otra forma, para conocer cuál es su visión para Navarra. La que será en breve nueva presidenta del Gobierno Foral ha repasado, sin ahondar demasiado, algunas de las críticas principales a la gestión de Yolanda Barcina, ha insistido en la necesidad de cambio que puso en evidencia el resultado en las elecciones forales y ha adelantado los principales compromisos de su gabinete. En este tema, ha habido pocas novedades: la cabeza de lista de Geroa Bai se ha limitado a recordar las principales promesas recogidas en el acuerdo programático, el documento firmado por Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra y que garantiza la mayoría absoluta para que Barkos encabece durante los próximos años el ejecutivo de la Comunidad Foral.
Con todo, Barkos ha vuelto a defender que “el gobierno del cambio no es un cuatripartito”. La candidata ha insistido en su apuesta por un ejecutivo sin cuotas de partido, a pesar de que se han aceptado dos propuestas para el gabinete realizadas por EH Bildu, una de I-E y el resto, de Geroa Bai. Podemos finalmente no entró en esas sugerencias para así ganar, según argumentó, “independencia”. Barkos ha hecho referencia, de esta manera, a la polémica por el nombramiento de Mª José Beaumont, abogada cuyo nombre fue puesto sobre la mesa por EH Bildu, como consejera de Interior. Sobre ella, Barkos ha lamentado que las acusaciones realizadas son “sin fundamento alguno” y que cuestionar la honorabilidad de Beaumont resulta “inadmisible”.
Barkos ha hecho pocas referencias a propuesta de gobierno, pero sí ha recalcado que “roza el ridículo” quien considera que el cambio que ahora afronta Navarra es “inconcreto, difuso o incapaz”. “Creo sinceramente que la lectura sosegada de las trayectorias de quienes serán miembros del próximo Gobierno demuestran, si se quiere tener un mínimo de objetividad, que su aptitud para el cargo es en todos los casos más que notable”, ha afirmado. Y, sin mencionar a UPN, sí ha hecho referencia a unas recientes manifestaciones de su portavoz parlamentario, Carlos García Adanero, cuando ha descartado que este gobierno sea el del rencor o la venganza: “Es integrador para todas y todos, por más que alguien sueñe con que cometamos errores... exactamente los mismos que ellos cometieron”.
Pasado
Con Yolanda Barcina presente en la Cámara foral, podían esperarse más críticas como estas en el discurso de Barkos. Las ha habido, pero tampoco ha centrado su intervención en ellas. Sí ha hecho referencia a la pluralidad del Parlamento foral y la dirigente ha defendido que el resultado en las urnas es un reflejo de la voluntad de cambio, y ha hablado de la necesidad de una regeneración política que va más allá del “cambio de nombres o de siglas”.
En cuanto a las referencias a la gestión de UPN, Barkos se ha comprometido, como ya había anunciado, a retomar la comisión de investigación sobre Caja Navarra, a analizar las deudas de Osasuna, a establecer una moratoria en el Plan de Aprendizaje en Inglés (una cuestión en la que sí ha insistido en que el anterior gobierno ha hecho las cosas “muy mal”) o a intervenir ante las “30.000 personas que sufren pobreza severa en Navarra, un dato inaceptable”.
Presente
Salvo las referencias al nombramiento de Beaumont como consejera de Interior, Barkos no ha dedicado mucho tiempo a defender a su ejecutivo de las críticas. La próxima presidenta de Navarra sí ha pedido a los partidos ahora en la oposición que acepten el puesto en el que les han colocado las urnas y que “en su tiempo libre, traten de ordenar su casa y su proyecto de futuro para Navarra”.
Y futuro
La clave de Barkos ha sido centrarse en describir el acuerdo programático acordado entre cuatro fuerzas. En realidad, no ha habido grandes novedades, pero sí es cierto que la dirigente se ha centrado más en algunas cuestiones que en otras, algo que da pistas sobre cuáles serán sus prioridades. Por ejemplo, se ha referido a la educación como una de las “obsesiones” del futuro Gobierno, así como a la recuperación del euskera, ha reiterado que en seis meses espera reformular la Renta Básica, y que después del verano tendrá lista una reforma fiscal, para que esta entre en vigor en 2016.
Barkos también ha apostado por priorizar la vivienda en alquiler, por asumir las propuestas de la Plataforma Antidesahucios, por eliminar la polémica partida del Consejo de Diálogo Social y centrar las subvenciones a los sindicatos en su representatividad, por dar más peso a los informes realizados por la Cámara de Comptos (que fiscaliza las cuentas públicas de Navarra) y por consolidar el empleo de calidad.
Entre las cuestiones menos abordadas en su discurso, ha llamado la atención el escaso tiempo que ha dedicado a analizar la situación sanitaria (sí ha prometido garantizar la accesibilidad al sistema y ha cargado contra “el deterioro” de los servicios), aÅí como a la paz. En este tema, en cualquier caso, ha reiterado el compromiso de las cuatro fuerzas que han firmado el acuerdo programático por el rechazo de la violencia como fines políticos. Además, también ha mostrado su compromiso con todas las víctimas, sin excepción.