Hechos y extrañezas del ‘caso Cervera’: cuando la clave es quién envió un e-mail
El 9 de diciembre de 2012, el ahora exdiputado del Partido Popular Santiago Cervera recogió un sobre en las murallas de Pamplona. Él asegura que creyó que era “una información muy potente” sobre la gestión de Caja Navarra; en realidad, era un señuelo, supuestamente con dinero, orquestado por la Guardia Civil (puso ese sobre 36 horas antes) para identificar quién había intentado chantajear al expresidente de la caja, José Antonio Asiáin, pidiéndole que depositara 25.000 euros para evitar que salieran a la luz supuestas facturas fraudulentas a cargo de la entidad financiera. Cervera acabó en el suelo, con grilletes y rodeado de agentes. Sabía, ha reconocido, que su carrera política, encabezada hasta entonces por su persecución sobre qué había ocurrido en la CAN, se acababa. “Era un follón evidente”, ha reconocido ahora durante el juicio oral, que entre este lunes y el miércoles se desarrolla por fin, dos año y medio después de aquella detención.
Hasta aquí, lo que ya se conoce. Ahora, tocará a la Justicia decidir si Cervera es culpable, si intentó chantajear a Asiáin y si el exdiputado es creíble cuando asegura que todo este caso es una “trampa” orquestada contra él, porque el 29 de noviembre había recibido un e-mail (de una cuenta identificada como anonymous) diciéndole que acudiera a ese lugar para acceder a información sobre la CAN. Asiáin, por su parte, ha defendido este martes que este caso no está motivado por su supuesta animadversión contra Cervera, sino por los “serios indicios” contra el exdiputado por esas amenazas. Pero, ¿cuáles son las claves de un caso que, por sus extrañezas, parece sacado de una película? Aquí van algunas de ellas.
¿Quién envió el correo?
Es la pregunta principal, y la que puede decidir la culpabilidad o absolución de Cervera, según apuntan fuentes jurídicas. El responsable de la operación en la Guardia Civil ya ha asegurado, en el primer día del juicio, que no está acreditado quién escribió el correo electrónico de amenaza a Asiáin, que, según este, lo recibió el 4 de diciembre de 2012, lo leyó un día después y, entonces, lo trasladó a la Guardia Civil. Asiáin también ha negado que acudiera a la Guardia Civil porque hubiera gestionado la operación antes con altos cargos, y ha defendido que recurrió al cuerpo por una mera cuestión de “proximidad física”.
Otra de las claves es cómo se ha podido borrar la autoría del e-mail (la cuenta desde la que se envió, con el nombre casocaja@gmail.com, se creó el 3 de diciembre), porque hacerlo no es algo sencillo tecnológicamente hablando. De ahí que durante el juicio ahora en marcha se destacaran las palabras de Cervera, alegando que tiene conocimientos informáticos “nivel usuario”. Por ejemplo, trascendió que el exdiputado manejaba un programa (Parallels) sospechoso, pero la defensa de Cervera alegó que no lo empleaba para enmascarar direcciones de acceso, ya que su principal uso es para simular un PC en un Mac. Eso sí, entre las actuaciones sospechosas, se ha apuntado al hecho de que el diputado formateara los dispositivos iPhone y iPad que el Congreso le había facilitado. Él ha alegado, según ha publicado Diario de Noticias, que “los tenía que devolver en su estado original”.
La Fiscalía no figura en la acusación
En sus conclusiones provisionales, la Defensa y la Fiscalía han solicitado la absolución, mientras que la acusación particular pide 14 meses por un supuesto delito de amenazas. Sobre el papel, la Fiscalía no tiene que seguir adelante con una acusación en el caso de que haya dudas, y el organismo defendió que “no existen pruebas para acusar formalmente al imputado Santiago Cervera” como el autor del correo de las amenazas; ahora está por ver si un caso tan mediático le pasa factura por no haber seguido adelante. El tema ya ha generado suspicacias (y las críticas del propio Cervera), además, porque desde la detención hasta el inicio del juicio han pasado dos años y medio.
Por otro lado, también se ha puesto el foco en los abogados que se enfrentan en el juicio: de un lado, Javier Asiáin, uno de los mejores penalistas de Navarra, encabeza la acusación; en el otro, en la defensa, Sergio Gómez Salvador, que encara su primer gran caso mediático.
Un solo indicio no vale
Un indicio único no sirve para condenar al acusado. Un conjunto, sí. En este caso, no vale solo con el hecho, de gran potencial incriminatorio, eso sí, de que Cervera acudiera a recoger el sobre a la muralla, aunque sí hay varias extrañezas que han complicado el caso (por ejemplo, las dudas sobre la situación financiera de Cervera, cuya exmujer, Mónica Ridruejo, ha alegado desconocer, al haber firmado al casarse la separación de bienes), pero la clave al final es si la jueza tiene una duda razonable sobre la autoría del correo enviado a Asiáin. La pregunta es si, además de Ezparza, un tercero no podría haber enviado ese e-mail, de ahí que fuentes consultadas consideren vital que el exdiputado pueda acreditar su coartada, su explicación de por qué acudió a la muralla, ataviado para no ser reconocido y se dirigió directamente a la rendija que contenía el sobre, aquel día en el que arrancó el ahora llamado caso Cervera.
El director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, que este martes ha testificado por videoconferencia, ha negado que la Guardia Civil tendiera una trampa al acusado, y ha revelado que este, tras su puesta en libertad, insistió en que había sido “una mentira urdida por el Partido Socialista”. Asiáin, por su parte, ha criticado que la versión de Cervera es “inverosímil y fantasmagórica”. Y la tercera parte, el exdiputado, se reafirmó este lunes en esa versión.
La investigación hasta ahora
Uno de los principales de argumentos de Asiáin para seguir adelante con la acusación es que, hasta el momento, “un juez instructor y tres magistrados entienden que existían indicios contra él”. El expresidente de Caja Navarra ha querido desmentir así que siga adelante por su “animadversión” contra el exdiputado, y eso a pesar de que Cervera siempre fue crítico públicamente con lo ocurrido en la entidad financiera.
De esta forma, Asiáin ha recordado que el juez de instrucción Fermín Otamendi (ahora conocido por encabezar también el caso Osasuna) decidió el pasado 11 de abril de 2014 abrir el juicio oral contra Cervera por un presunto delito de amenazas. Después, el 30 de mayo del año pasado, la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra apostó por seguir adelante con el caso, pese a que los informes periciales no habían confirmado que Cervera fuera el autor de los e-mails y pese a recoger otras pegas ya mencionadas. No obstante, en el auto, los magistrados consideraron que los indicios incriminatorios no podían ser contrarrestados por las explicaciones de Cervera; en concreto, se preguntaron por qué no había acudido antes a la muralla si el correo de Anonymous lo recibió el 29 de noviembre, mientras que, cabe recordar, la amenaza a Asiáin se produjo el 4 de noviembre. Pero la clave sigue siendo, hasta el momento, que no se ha demostrado ni que el autor del correo mencionado fuera Cervera, ni, en palabras de los responsables de la Guardia Civil, “ninguna otra persona”.