El laboratorio de los hospitales sigue haciendo aguas. En la imagen se aprecia el aspecto que presentaba este lunes el almacén situado bajo el laboratorio unificado del Complejo Hospitalario de Navarra, un problema que se mantenía este martes. Con cartones para evitar males mayores por una nueva fuga de agua que se ha debido, según apuntan fuentes de la plantilla, a la acumulación de agua residual del laboratorio (LUNA), situado justo encima. Este tipo de deficiencias ya obligaron recientemente a realizar ajustes, como aumentar la frecuencia con que una empresa retira el agua, pero desde sindicatos como LAB ya han denunciado los fallos constantes en torno al almacén, como los problemas de humedades, los suelos levantados, los malos olores o el frío, que, según apuntaron desde la plantilla, empezaron desde la puesta en marcha del laboratorio unificado.
Desde la propia plantilla del LUNA exigen soluciones definitivas y no más parcheos para una infraestructura nueva, que forma parte del edificio en el que también figura el Centro de Investigación Biomédica del Servicio Navarro de Salud (el llamado Navarrabiomed), que se adjudicó por más de 22 millones de euros (financiados con fondos europeos) pero en la que siguen goteando polémicas. En el caso del laboratorio, en primer lugar, porque no estaba destinado a este recinto. En segundo, por su saturación y los retrasos en las analíticas, su unificación realizada únicamente de forma física y sobre el papel pero no en su funcionamiento, sus averías constantes, extravíos y mantenimiento insuficiente. Así lo denunció en septiembre ante el Parlamento de Navarra una representante de las trabajadores y trabajadores, Rosa Castillo, quien consideró que el proyecto es “una obra faraónica sin cimientos”. Y a este punto estaba previsto que, en marzo, se destinara el 70% de las analíticas que ahora realiza el laboratorio de Tudela, un proyecto ahora frenado (está por ver si temporal o definitivamente), al menos hasta el verano.
A estos problemas se sumaron los registrados en el almacén, situado justo bajo el laboratorio. El sindicato LAB ya se hizo eco en noviembre de las quejas de la plantilla, dado que en el llamado almacén unificado no funciona el agua caliente. Pero no es el único problema vinculado con el agua registrado en este punto. Fuentes de la plantilla del LUNA explican que hay al menos tres puntos conflictivos. El primero está vinculado a las galerías creadas en el edificio y que, al parecer por el tráfico rodado de camiones en la zona, provoca una gotera justo en la entrada al almacén; el segundo son las goteras que aparecen, según la empresa responsable, por la condensación, y a las que se intentó poner remedio recientemente (es habitual ver cubos para recoger el agua y se instalaron canalizaciones); y, por último, y este es el punto de la nueva incidencia, por el paso del agua con residuos del laboratorio que se acumula en un colector de aguas residuales, que, al rebasarse, filtra este contenido al laboratorio.
Sin riesgo biológico
Las mismas fuentes aclaran que, en principio, no se trata de un residuo peligroso (el propio sistema trata esa agua), a pesar de que no se vierte al desagüe y es recogido en un camión que vacía el colector periódicamente. De ahí que la solución por la que se optó fuera aumentar la frecuencia de vaciado de ese depósito. Sin embargo, los nuevos charcos han puesto en evidencia que la medida se queda corta. Preguntados por esta incidencia, desde el Gobierno Foral no han dado explicaciones, mientras el delegado de Prevención de Riesgos Laborales de LAB, Alberto Mendilazo, adelanta que volverá a plantear este tema en la próxima reunión del Comité de Seguridad y Salud del Servicio Navarro de Salud.
Desde la plantilla del LUNA, por su parte, lamentan que esta acumulación de problemas se produzca en un recinto nuevo, que conllevó un coste importante, y que se opte siempre por soluciones para salir del paso y no por un arreglo definitivo.