La falta de material en Urgencias: abrigos como mantas y toallas por almohada
Faltan almohadas y mantas, se necesitan camillas porque las que se usan “son tan viejas como un Cadillac”; el mantenimiento por ejemplo de las puertas automáticas no es lo suficientemente rápido; e, incluso, los lava-bacinillas no son adecuados para el material del que se dispone y que, por tanto, no encaja. Estas son algunas de las carencias que ha recogido la plantilla de las nuevas Urgencias del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN). Porque los trabajadores y trabajadoras de esta área ya han denunciado con insistencia que falta equipamiento básico, dado que el esfuerzo inversor estuvo mal distribuido y se dedicó más a “pantallas de alta calidad e impresoras”, por poner dos ejemplos, y menos a cuestiones del día a día.
La plantilla hizo un balance de la situación en Urgencias el pasado 23 de enero cuando, a través de una carta, y tras 100 días desde la puesta en marcha del nuevo servicio unificado para todo el CHN, habló de saturación, falta de personal, una plantilla rebasada, más tiempos de espera… Una situación que ya denunciaron desde la Comisión de Personal (el órgano que agrupa a los sindicatos) y que, sin embargo, contrasta con el punto de vista de la administración. Desde la dirección del CHN, en una reciente visita de los grupos parlamentarios al nuevo edificio, se defendió que, a pesar de las carencias, “el servicio está funcionando razonablemente bien”.
Para evidenciar que no es así, los y las profesionales sanitarios han denunciado que faltan camillas, mantas o almohadas. Cuestiones muy básicas que, en ocasiones, según exponen fuentes de la plantilla, se han tenido que solucionar recurriendo a toallas como almohada, utilizando dos sábanas para arropar a los pacientes o, incluso, empleando para ello los abrigos de los usuarios y usuarias. Sí es cierto que, después de denunciarlo ante los medios de comunicación, se amplió tanto las almohadas como la ropa para los pacientes, pero desde la plantilla insisten en que no basta con más parches y que este tipo de recursos se siguen utilizando.
Para ello, han elaborado un listado, al que ha tenido acceso eldiarionorte Navarra, en el que enumeran qué falta en general, en todo el complejo, pero en particular en las Urgencias. Por ejemplo, hablan de la mencionada falta de ropa, pero también de que las camillas empleadas “están muy dañadas y son insuficientes”; también hay puertas ciegas, y que por tanto se dejan habitualmente abiertas, y afirman que las puertas automáticas a menudo fallan (y el servicio de mantenimiento, explican, viene desde Irún). Algo similar ocurre con el servicio de Radiología, con sede en Barcelona, y cuyas averías se han convertido en “habituales”; es habitual que alguno de los electrocardiogramas esté estropeado; se necesitan libros de listados para poder evaluar qué material falta; también hay fallos en la localización de los pacientes; no se ha dado, aseguran, la suficiente formación al personal sobre el nuevo equipamiento; los paneles de las paredes en zonas donde se realizan los escáner (TAC) o las ecografías se caen…
Un servicio de picos y valles
Este rosario de fallos, según defienden estas fuentes, se deben en parte a que no se consultó a la plantilla y a que el esfuerzo de equipamiento se centró en cuestiones informáticas pero no en las más básicas. Es habitual, reconocen, que estas carencias se den en un servicio de Urgencias, caracterizado por sus picos de atención (sobre todo los lunes, martes y viernes, y especialmente entre las 11:00 y las 18:00 horas) y los valles, que dificultan la previsión, pero también creen que la dotación se ha hecho “al límite” de lo necesario, de ahí que a menudo se registren carencias. Preguntados por estas carencias, desde el Departamento navarro de Salud no se han pronunciado.
Uno de los argumentos que se ha utilizado en este debate es si estos fallos se deben a que el nuevo recinto, en principio previsto únicamente para el Hospital de Navarra, al final haya servido para todo el complejo. El arquitecto del proyecto, Carmelo Fernández, ya defendió recientemente que el plan funcional de este recinto se había trabajado “con mucho detalle”. Desde la plantilla, por su parte, creen que, por ejemplo, dos baños asistidos son insuficientes, hay falta de intimidad al realizar el triaje (la primera valoración de la urgencia del paciente) en algunos puntos, y otros resultan demasiado pequeños. También lamentan que la zona de paso de pacientes a las camillas esté “a la vista de todo el mundo” y, por último, aseguran que hace frío en las zonas de espera y calor en las de trabajo.