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Los ataques de grupos disidentes a la vivienda de Idoia Mendia y sedes de partidos agrietan a la izquierda abertzale

Mendia y Gil, con un ertzaina, observando su portal tras el ataque del martes por la noche

Iker Rioja Andueza / Rubén Pereda / Rodrigo Saiz

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El ataque directo a la vivienda de la secretaria general y candidata del PSE-EE, Idoia Mendia -su marido, Alfonso Gil, es teniente de alcalde de Bilbao- y la sucesión de sabotajes a sedes políticas del PNV (12), de los propios socialistas (9) y de Podemos (2) registradas en los últimos días, han puesto en evidencia las contradicciones internas en la izquierda abertzale. Detrás de los hechos está la disidencia representada por ATA y otros grupos minoritarios que rechazan la línea oficial y la justificación esgrimida para el empleo de esta violencia de baja intensidad es la situación de un preso en Murcia, Patxi Ruiz, que fue expulsado de ETA precisamente por querer continuar con el terrorismo, el que le llevó entre rejas por participar en el asesinato del dirigente de UPN Tomás Caballero. Ruiz está en huelga de hambre para denunciar la situación generada en las cárceles por la pandemia.

Si las fotografías de la pintura y los pasquines arrojados a la casa de Mendia se hicieron públicas hacia las 23.00 horas de la noche del martes al miércoles, la candidata en las elecciones del próximo 12 de julio, Maddalen Iriarte, que mantiene una relación de cercanía con Mendia, expresó rápidamente en Twitter su “solidaridad” y rechazo. Exactamente a las 23.46 horas. “Debemos de dar pasos para avanzar en la construcción de la paz y la convivencia, y actos como el de hoy no contribuyen a ello”, escribió.

Ya por la mañana, en Euskadi Irratia, ha indicado que fue una reacción personal -aunque se ha mostrado convencida de que no se aparta de la línea de la coalición- y ha vuelto a expresarse en términos similares, aunque matizando que su formación no desea que la palabra “condena” se convierta en un tótem que impida los acuerdos. Pero lo ha vuelto a ser. La coalición independentista se ha descolgado de una declaración institucional en el Parlamento Vasco precisamente por el empleo de esa palabra. Y sin apoyo unánime la declaración institucional no ha salido adelante, como marca el reglamento. PNV, PSE-EE, Elkarrekin Podemos y PP han secundado un texto de “absoluta condena y enérgico rechazo a estas agresiones a la intimidad personal” y los sabotajes a las sedes, similar a uno ya aprobado en Bilbao.

La “condena” de EA

Fuentes de EH Bildu han explicado que han ofrecido un documento alternativo pero igual de “claro y contundente y que no deja lugar a dudas”. Su redacción literal aludía a un “enérgico rechazo a la intolerable agresión a la libertad y a la pluralidad de la sociedad vasca”, entre otros puntos. Ha sido la propia Iriarte la que ha negociado con los otros partidos e incluso se ha producido una llamada cordial entre EH Bildu y un dirigente del PSE-EE. Pero la “condena” ha impedido el acuerdo. Sin embargo, uno de los partidos de la coalición EH Bildu, Eusko Alkartasuna (EA), ha enviado un comunicado con el siguiente titular: “Eusko Alkartasuna condena de manera tajante el ataque al domicilio de Idoia Mendia”.

En las filas socialistas han agradecido el gesto de EA, según han indicado a este periódico, pero han echado de menos otras voces como las de Arnaldo Otegi. El líder de la izquierda abertzale se ha limitado a compartir en Twitter un mensaje del secretario general de Sortu, la marca actual de la izquierda abertzale tradicional. “Hay quien está muy interesado en poder hablar de pintadas y ataques para tratar de tapar su nefasta gestión de la crisis de la COVID-19 así como su inacción en materia de presos. Nadie que desee un cambio en el país, también en esta última cuestión, debería darles facilidades”, ha dejado por escrito Arkaitz Rodríguez.

Sortu también ha enviado un largo comunicado “ante la situación del preso político vasco Patxi Ruiz”. En él no hay menciones a lo ocurrido en el domicilio de Mendia y al resto de sabotajes a PNV, PSE-EE o Podemos. Sólo reivindicaciones en materia penitenciaria y un mensaje críptico a la disidencia. “Sortu insta al entorno político de Patxi a hacer una lectura sincera de la situación y a actuar con responsabilidad. Con esos parámetros, Sortu le ofrece de nuevo todos los recursos de la izquierda abertzale para ayudar a Patxi y tratar de canalizar su situación. En cualquier caso, el responsable de la situación de Patxi Ruiz es el Gobierno español”, señala el partido de Rodríguez. Ello sigue a una oferta de la diputada Bel Pozueta para visitar en la cárcel murciana al reo.

Algunas voces no comprenden estos guiños hacia un sector muy crítico con la línea política e institucional de la coalición e incluso hacia el propio Ruiz, que fue expulsado del colectivo oficial de presos de ETA, el EPPK, tras reivindicar abiertamente la vía “político-militar”, es decir, la violencia, y criticar el viraje institucional de la izquierda abertzale. Ha sido muy significativo el mensaje del exlíder de Sortu, Hasier Arraiz. “No estuvo bien antes y tampoco ahora. No queremos repetir el pasado y aprender de los errores es imprescindible. En eso consiste la verdadera autocrítica. Mi solidaridad, Idoia Mendia”, ha dejado en Twitter. Iriarte, en Euskadi Irratia, ha dejado caer también que se encuentra entre dos fuegos, aunque no ha ahondado en esa idea. EH Bildu se había marcado como objetivo en esta campaña postularse como alternativa de Gobierno al PNV y presentar una oferta más transversal.

Ruiz es navarro y allí se perpetró el asesinato del concejal de UPN Tomás Caballero en 1998. Y allí se han sucedido algunas movilizaciones para denunciar su situación. La última tuvo lugar este martes por la tarde. Había sido prohibida por la Delegación del Gobierno, pero ello no impidió que varias decenas de personas se congregaran en una plaza del barrio pamplonés de la Chantrea. Ante la presencia de la Policía desplegada en el barrio, varios de estos manifestantes volcaron tres contenedores a los que posteriormente prendieron fuego. Finalmente, la Policía identificó a varios de los autores.

Pese a las restricciones de movimientos, la primera de estas movilizaciones, y la más numerosa, se produjo el jueves en el mismo barrio. Centenares de manifestantes se concentraron en la plaza Ezkaba donde leyeron un manifiesto pidiendo la libertad del preso de ETA y corearon consignas en contra del PSOE. El domingo la movilización se trasladó al centro de Pamplona, donde los manifestantes recorrieron varias calles del Casco Viejo de la capital navarra con la presencia de un fuerte dispositivo policial.

En el Parlamento de Navarra, Navarra Suma -la coalición del partido de Caballero, UPN-, PSN y Geroa Bai -la marca del PNV- aprobaron un texto, a uno de cuyos puntos se adhirieron también Podemos e Izquierda-Ezkerra (IU). Tuvo el voto en contra de EH Bildu. A diferencia de en otros lugares, en Navarra no se han registrado pintadas en las sedes de los partidos políticos o en las viviendas particulares de alguno de ellos.

Fuentes policiales indican a este periódico que el peso de la disidencia en el mundo abertzale es realmente minoritario. Se alude a reuniones de “20 ó 30 personas” antes de la pandemia. En las cárceles, además de Ruiz, son Daniel Pastor o Jon Kepa Preciado algunos de los referentes. Se articulan en torno a las siglas ATA (que cambia 'Euskadi' por 'Amnistía' del original de ETA) y pretendió reflotar las históricas siglas HB ('herritar batasuna' en vez de 'herri batasuna'), pero nunca ha dado el salto a confrontar políticamente contra Sortu o EH Bildu en las urnas. Su presencia en redes sociales y 'webs' no se corresponde con su influencia real, pero las fuerzas de seguridad les atribuyen cierta capacidad de organización y la colaboración de otros grupos juveniles del perímetro abertzale. Ello explicaría que en una misma noche se atacara la vivienda de Mendia (en Bilbao) y un 'batzoki' del PNV en Lakua (Vitoria). La Ertzaintza tiene abierta una investigación.

El PNV ve “fascistas” y “falsos abertzales”

Para el presidente del PNV, con una docena de locales con pintadas durante esta campaña, los responsables de los ataques son “fascistas” y “falsos abertzales”. Andoni Ortuzar ha reclamado también que no se banalicen las pintadas porque “detrás hay totalitarismo, ganas de amedrentar y falta de respeto al adversario político”. El lehendakari, Iñigo Urkullu, también ha considerado “inadmisibles” tanto los sabotajes como algunos “silencios”.

Mendia, en una tribuna para este periódico, habla de “emergencia ética”. “No es que sobren. No es que estorben. Es que no tienen ninguna justificación. Ni antes, ni ahora ni después. Perseguir a alguien hasta la puerta de casa, perseguir a los militantes de los partidos hasta los lugares donde comparten una forma de entender su país, ha sido, es y será algo inadmisible e injustificable en una sociedad tan intensamente plural, tan ricamente plural, como es la vasca”, reflexiona. Y añade sobre su situación personal: “Claro que afecta. Nunca te acostumbras. Es imposible acostumbrarse. Te afecta a ti, a tu familia, a tus vecinos”.

Desde el PP, su presidenta, Amaya Fernández, ha pedido “no pasar por alto” estos hechos. “Los violentos, los nostálgicos del señalamiento y la persecución a quienes no piensan como ellos, vuelven a salir a la calle. Vuelven a querer ser protagonistas en una sociedad vasca que les rechaza. Y los responsables políticos, los representantes de esos ciudadanos, tenemos la obligación de defender la democracia y demostrar unidad y compromiso”, ha reclamado. Los líderes de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi, y de Equo-Berdeak, José Ramón Becerra, también han enviado su apoyo al PSE-EE y a Mendia.

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