Urkullu reconoce en el Parlamento “errores” en la gestión de la crisis de Zaldibar pero defiende la actuación de su Gobierno
“He estado siempre más pendiente de hacer que de decir. No tengo ningún problema en asumir las críticas. Lo he hecho siempre que me ha parecido necesario. Siento mucho los errores que hemos podido cometer en este operativo al responder a una situación inédita y de la máxima complejidad. Comprendo la preocupación de la ciudadanía del entorno y, especialmente, de las familias de los dos trabajadores desaparecidos […]. [Pero] Por mi parte, he actuado siempre con la voluntad y la intención de ayudar a coordinar e impulsar todas las medidas para atender las necesidades que han surgido en esta tremenda desgracia y, ante todo, desde la más sincera empatía con el dolor de las familias de Alberto y Joaquín”.
El lehendakari, Iñigo Urkullu, en un formato prácticamente inédito en la historia del Parlamento Vasco y acompañado de no menos de 15 consejeros, viceconsejeros, directores y otros asesores de su gabinete, de los dos partidos que conforman la coalición de Gobierno, PNV y PSE-EE, ha comparecido ante la diputación permanente en puertas de unas elecciones ya convocadas. Lo ha hecho para valorar la gestión de su Gobierno ante la crisis humana, ecológica y de salud pública generada en Zaldibar.
El 6 de febrero hacia las 16.00 horas se produjo el desprendimiento del vertedero privado de la empresa Verter Recyling en Zaldibar, cerca de las localidades de Eibar y Ermua. Solamente el secretario general de Presidencia, Txus Peña, y el ‘número dos’ de Seguridad, Josu Zubiaga, han permanecido en la zona este martes al frente de la mesa de crisis mientras, en medio de una enorme expectación, se ha celebrado en el Parlamento una sesión en la que, en una mesa de enormes dimensiones, los partidos del Ejecutivo y los de la oposición se han sentado los unos frente a los otros.
Bajo la lengua de 500.000 metros cúbicos de residuos prosiguen doce días después atrapados dos trabajadores, Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán. Las tres formaciones de la oposición, EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PP, han coincidido en convocar al órgano de guardia entre legislaturas de la Cámara ante lo que consideran una “cadena de negligencias” por parte de la Administración y en demanda de mayor “transparencia”. Los portavoces opositores han coincidido en que el Gobierno y, singularmente el lehendakari, han llegado tarde y en que las sucesivas enmiendas generan un problema de “credibilidad”. “Las ventanas están cerradas y los niños sin poder salir a jugar”, ha resumido la líder de la oposición, Maddalen Iriarte (EH Bildu), que ha pedido “toda la verdad” sobre la situación. No es un accidente “inevitable”, sino algo “posible” teniendo en cuenta las irregularidades en Verter Recycling, ha apostillado Lander Martínez (Elkarrekin Podemos). Alfonso Alonso (PP) ha añadido que lo ocurrido ha suscitado “rabia” e “indignación” entre la población.
Urkullu ha preparado una comparecencia de ocho folios, resumidos en un Power Point exhibido en la sala de la diputación permanente. Sus primeras palabras han sido para recordar a las víctimas, a las que ha citado con nombre y apellidos. Las últimas, para explicar a la sociedad vasca que “puede tener la garantía de que nadie está escatimando esfuerzos para revertir esta situación a la mayor brevedad posible”. Entre medias, ha repetido que él mismo lideró las decisiones desde el primer instante aunque no se pronunciara sobre el asunto hasta cuatro días después –en la rueda de prensa de convocatoria electoral y calificando lo ocurrido de “accidente laboral”- ni visitó la zona hasta una semana después. No obstante, ha reconocido que la gestión de la crisis y la comunicación ha ido modulándose, con un liderazgo inicial por parte de Zubiaga y de la ‘número dos’ de Medio Ambiente, Elena Moreno, hasta pasar a la actualidad a una mesa de coordinación dirigida por uno de sus asesores más cercanos, el secretario general de Presidencia, y con él mismo dando las explicaciones en el Parlamento.
Urkullu ha enumerado una larga lista de medidas puestas en marcha en Zaldibar. La primera y prioritaria es el rescate de los dos operarios atrapados. No ha ocultado el sobresalto que supuso la aparición de amianto entre la lengua de residuos producida por la avalancha. Esa alerta llegó horas después de iniciado el operativo de emergencias y hubo que suspenderlo por ser una sustancia tóxica. La respuesta fue “inmediata” y se redobló la “protección” a los miembros del rescate a conocer el riesgo, si bien no ha aclarado una pregunta de la oposición: ¿por qué nadie avisó en el inicio que había esa sustancia en el vertedero? La segunda expuesta por el Gobierno es la atención a sus allegados, que ha sido “permanente” y “desde el primer momento”, según el lehendakari.
A partir de ahí, el lehendakari ha hablado de los incendios sobrevenidos por la avalancha, para lo cual ha dicho haberse puesto en contacto con el Gobierno central aunque hay informaciones que aseguran que se rechazó la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Esos fuegos -que podrían ser apagados al fin en las próximas horas- y el propio vertido han generado un cuarto frente: la calidad del agua y del aire en la zona. Son “205” los indicadores que se miden. Fue el viernes 14 cuando se alertó a la población que extremara las precauciones en la zona, si bien el examen se realizó el día 9 y hasta entonces se había insistido en que todo iba bien aunque el Gobierno conocía que faltaban los datos que analizaba el CSIC sobre furanos y dioxinas. “En el mismo momento en que se ha dispuesto de una información que –aun cuando el resto de los indicadores ofrecieran resultados normales- alertaba sobre un parámetro de riesgo, se ha activado un protocolo de información pública”, ha indicado Urkullu. Sí ha indicado que hay limitaciones del consumo de agua y venta de productos agrícolas en algunos caseríos de la zona.
El propio vertedero –según ha reconocido el Gobierno- sigue siendo inestable. Urkullu ha citado algunos trabajos urgentes acometidos o en vías de ejecución para evitar nuevos riesgos, tales como la canalización de aguas para evitar movimientos o deslizamientos o un muro de contención más potente en la autopista bajo la montaña en que se hallaba Verter Recycling. Aunque no ha incidido en ello y delega las explicaciones en el consejero de Medio Ambiente, Iñaki Arriola, queda pendiente determinar también qué hacer con los materiales esparcidos en el futuro. Ocuparían más de 23.000 camiones, una fila equivalente a la distancia entre Vitoria y Madrid.
Urkullu ha prometido también que “se van a investigar a fondo las causas y los antecedentes” de este vertedero de Zaldibar. Hay un proceso judicial en marcha, la Ertzaintza también ha elaborado un atestado, Osalan (Instituto de Salud Laboral) analiza también las derivadas laterales y Medio Ambiente tiene en marcha una “auditoría” sobre Verter Recycling. Pero “la prioridad sigue” siendo el rescate de los desaparecidos. “Esto es lo prioritario”, ha repetido en no menos de una docena de ocasiones el lehendakari.
Ante la tormenta política desatada, Urkullu sutilmente ha parecido criticar a la oposición. El PNV, en otros foros, no ha dudado en acusarles de electoralismo. “Ante una tragedia como la que hemos sufrido caben dos alternativas: división o unión. Se pueden agitar los miedos, los deseos vindicativos o la prisa por debilitar al adversario político si es que ésta es una cuestión entendida como de utilización política. Se puede, claro que se puede. Lo estamos comprobando. En todo caso, a mí me corresponde favorece la colaboración y la unidad ante la adversidad y la fatalidad. […] Hago un llamamiento a la sociedad y a las fuerzas políticas a responder desde la unidad ante esta grave situación. Cada vez que se produce una tragedia aparece lo mejor y lo peor de la condición humana. Aparecen las personas que están dispuestas a ayudar, a colaborar e incluso a arriesgarse”.
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