La central nuclear de Garoña será historia en 2026
La sombra de la central nuclear de Garoña sigue siendo alargada. El Gobierno central anunció en agosto del año pasado que Garoña cerraba para siempre. La vida del reactor nuclear del valle de Tobalina, el más antiguo del actual parque nuclear español, había llegado a su fin. Sin marcha atrás posible. Pero han pasado los meses sin saber los plazos para acometer el desmantelamiento. Ahora se acaba de conocer la primera información oficial, mediante una respuesta parlamentaria a Unidos Podemos: el Gobierno augura que el proceso de desmantelamiento tardará “unos 8 o 10 años”. Es decir, que el desmantelamiento arrancará en 2019 y se podría prolongar hasta 2026, año en el definitivamente la central pasaría a la historia.
El coportavoz de Equo y diputado de Unidos Podemos, Juantxo López de Uralde, ha reprochado la lentitud con la que se desarrolla el desmantelamiento de la planta, la improvisación en la toma de decisiones y la posible permanencia en Garoña de los residuos radiactivos durante los ocho a diez años que se alargue el proceso. Y es que según la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), el Almacén de Residuos ATI de Garoña ha obtenido la licencia pertinente para albergar el combustible gastado durante los años de operación de la central.
Una vez activado el ATI, las barras de combustible que actualmente continúan en la piscina de la central pasarán al almacén, que alojará el combustible en contenedores especiales a cielo abierto.
López de Uralde ha mostrado su preocupación por el hecho de que residuos radiactivos de elevada peligrosidad se acumulen en la planta burgalesa de forma indefinida, “con grave peligro para la salud de la población y el medio ambiente”.
“Garoña ha cesado su actividad nuclear, pero los residuos siguen y seguirán allí ni se sabe hasta cuándo, así que el riesgo continúa”, ha señalado, lo que “evidencia de nuevo el gravísimo problema de unos residuos que no sabemos qué hacer con ellos”.
Para el diputado, la falta de fondos para emprender los cierres de las nucleares es uno de los principales problemas que debe abordar el Gobierno una vez que se ha asegurado que no se alargará su vida útil.