Aitor Esteban: “¿Independentista? Sí. Toda mi vida lo he sido”
Aitor Esteban Bravo (Bilbao, 1962) ha cambiado la Semana Santa en el minúsculo Cañamaque de Soria, el pueblo de su madre de apenas 30 habitantes, por una intensa campaña electoral que sólo le ha permitido una escapada a Benidorm para dar un mitin en el batzoki del PNV, ubicado en el ‘Rincón Español’ de uno de los destinos turísticos fetiches de los vascos.
Este diputado desde 2004, premiado como mejor orador por los periodistas parlamentarios y que chapurrea sioux, es el cabeza de cartel del PNV este 28 de abril. Lo es literalmente, porque en el cuartel general de su partido hay una lona de enormes dimensiones pidiendo el voto con el lema 'Zurea, gurea' ('Lo tuyo es lo nuestro'). Esteban recibe a este periódico en Jueves Santo en una Sabin Etxea silenciosa, oscura y vacía salvo por un retén de guardia que ha seguido al pie del cañón en plenas vacaciones.
Con media sonrisa, niega ser “poderoso” en España, aunque en sus respuesta deja clara la influencia de un PNV que, literalmente, ha cambiado presidentes en la última legislatura. Durante la larga conversación, el político toma notas y hace esquemas en un folio para no dejarse nada en sus largas respuestas. Tiene un desliz y escribe y dice “6” cuando hace mención a los escaños 'jeltzales' en el Congreso. Son todavía cinco, porque las últimas elecciones las ganó Podemos. Pero, en efecto, todas las encuestas apuntan a que habrá un sexto representante del PNV y a que ganará las elecciones en votos y escaños en Euskadi.
¿No le abruma el cartel gigante con su cara que hay en la fachada de Sabin Etxea?
[Risas] La primera vez que lo vi sí. Además no me gusta verme. Tampoco en la tele. Pero es la tercera campaña en tres años. Así que, bueno, ya estoy acostumbrado.
Destacan de usted en su partido que ha ganado en popularidad y que proyecta una imagen de seriedad y credibilidad. Las encuestas les dan como ganadores en Euskadi. ¿Cuál es la fórmula del éxito?
Vamos a ver qué ocurre. Yo tengo esperanzas de que la gente vaya a apoyarnos y a reforzar nuestra forma de hacer política. Creo que hemos demostrado que sabemos hacer cosas, en estos últimos años clarísimamente. La fórmula es no prometer cosas que no puedes, ser fiel a lo que has prometido, trabajar sin descanso y tener un discurso coherente. No hay más.
¿Por qué el grupo del PNV en el Congreso se llama “grupo vasco” cuando la mayoría de diputados vascos son de otros partidos?
Pero no hay otro grupo vasco. Hay diputados vascos que son del PSOE y están integrados dentro del PSOE. En el caso del PP, lo mismo. En el caso de Podemos, así como los gallegos y catalanes tenían una portavocía y, de hecho, en el pleno hablaban a continuación de Pablo Iglesias, los vascos nunca han tenido un subgrupo. Y en el caso de la izquierda abertzale, siempre ha estado en el grupo mixto y ahora anuncia que, en el caso de hacer grupo, lo haría con otro [con ERC]. De acuerdo a la ley tenemos los suficientes escaños y presencia para tener grupo y se llama Grupo Vasco desde el inicio, desde la primera legislatura democrática.
¿Qué le lleva a un descendiente de castellanos a afiliarse de adolescente a un partido nacionalista?
Mi madre es soriana, es verdad. ¿Qué me lleva? Soy un vasco como cualquier otro. Como cualquier otro. Me hace gracia: ese tipo de observaciones o de críticas las recibo más de gente que se siente española que aquí en Euskadi. Aquí nunca me han echado en cara…
Ni mucho menos es echarle nada en cara…
No digo que lo haga. Mi padre se afilió años después de que lo hiciera yo con 16 años, pero era nacionalista vasco. En los tiempos de la dictadura tenía los libros escondidos en el hueco de la persiana, como 'El árbol de Gernika' de Steer, que siempre ha sido mi libro de cabecera. Él fue el que me empezó a enseñar los rudimentos del euskara en aquellos tiempos. Creo que es una evolución muy natural. Uno es de donde nace, de donde vive. Y yo quería hacer algo por este país. Evidentemente, no renuncio a mis antepasados y a mi familia, pero ellos se sienten de una manera, lógica, y yo creo que me siento de otra manera, lógica también. Vasco y sólo vasco.
¿Qué emociones le suscitan España y sus símbolos?
No acabo de entender la forma que tienen algunos de interpretar el orgullo de ser español, el cual yo comprendo y entiendo. Para muchas de esas personas no se trata de sólo lo que ellos sientan, sino que quieren imponer también que sea ésa la visión de los demás. Y el sentimiento nacional es una cosa muy personal. Yo les respeto, les entiendo que puedan estar orgullosos. Pero lo que no entiendo es que para que ellos sean los demás tenemos que quedar excluidos. Debería haber un respeto para quienes somos vasco y punto, como también nosotros, como nacionalistas vascos, lo tenemos que tener para nuestros conciudadanos también vascos que se sienten españoles. Ésa es la clave. Me parece que el sentimiento nacional español es más impositivo que el vasco.
¿Es usted independentista?
Sí. Toda mi vida lo he sido. Y europeísta, que me lo han enseñado en este partido. Creo en una Europa unida con el pueblo vasco en situación de igualdad con el resto. Soy independentista en cuanto que se llame independencia lo que tengan los países en un contexto europeo.
¿Y esa independencia vasca habría que lograrla como se ha intentado la catalana?
El principio de legalidad es importante pero, tal y como se formula desde los partidos del Estado, le falta una pata. Legalidades tienen todos los Estados y el principio democrático también cuenta y tienen que conjugarse. El principio de legalidad tiene que dar salida a expresiones que haya a partir de acuerdos. No tener en cuenta la legalidad, probablemente, tendría una salida bastante complicada, si no imposible, pero al mismo tiempo tampoco creo en que la ley sea una especie de principio impositivo que no tenga en cuenta las demandas de la gente. Hay que dejar que la ciudadanía se exprese.
Siguiendo con Cataluña…
Yo soy vasco, ¿eh? Los catalanes ellos sabrán.
Tendrá una opinión…
Una opinión y también un respeto por lo que decidan.
¿Cuál es esa opinión?
Bueno, ellos han tomado sus decisiones. Me parece que hablar de Golpe de Estado es un sinsentido. Los manuales de Derecho se rebelan contra eso. Le podrás llamar otra cosa, no sé qué pasará con los tribunales. Pero, desde luego, rebelión o golpe de Estado no lo veo por ninguna esquina. En ese sentido ha sido muy limpio y democrático. Pero las cosas se han complicado con el juicio. Mariano Rajoy se equivocó absolutamente judicializando el 'procés', provocando que algunos jueces se quisieran convertir en solucionadores del problema. Por ejemplo, la prisión provisional ha reventado la comunicación que se podía haber dado. Pero -tengo para todos- creo también que la expresión violenta de los CDR, sobre todo la que se ha dado una vez que el 'procés' había finalizado, desde luego no contribuye en nada a buscar una solución. Demuestran una cierta intolerancia. ¿Que qué haríamos nosotros? En términos genéricos, porque es algo que corresponde hacer a los catalanes, me parece que no se puede obviar que hay dos millones de personas independentistas, que son ciudadanos incluso del Estado español que tienen todos los derechos. Como tampoco que las elecciones catalanas las ganó Ciudadanos, que quiere decir que hay una expresión también importante que lo ve de una manera completamente diferente. Primero hay que dialogar y, al final, la solución tiene que ser ratificada por la ciudadanía. Es complejo, pero creo que el principio de legalidad puro y duro no va a llevar a ninguna parte.
¿Es usted el diputado más poderoso de España?
Los diputados no pintan nada, hombre. ¡Qué va! Poderoso nada. Si eres ministro o presidente del Gobierno todavía algo, pero los diputados no…
¿Qué le llevó al PNV a dejar caer a Rajoy apenas unas semanas después de haber pactado los presupuestos del PP?
Pero no pactamos la investidura. Nosotros votamos'no'. Quiero precisar eso. Sobre la caída, teníamos evidentemente muchísimas diferencias políticas, pero había una relación personal con Rajoy y un grado de confianza que habíamos logrado con ministros y secretarios de Estado. Los acuerdos que habíamos conseguido firmar… se hicieron cosas muy interesantes para Euskadi. Por decir dos cositas, una, Cupo y Concierto. Si no está el PNV allí, no hubieran salido. La primera legislatura de Rajoy, con mayoría absoluta, se negaban a reunirse con el Gobierno vasco. Y, dos, luego también para todo el Estado las pensiones. Las conseguimos subir nosotros forzando a Rajoy y a Cristóbal Montoro, que no querían ni hablar. ¿La moción de censura? Mira. Nosotros anunciamos el acuerdo de presupuestos, se votan las enmiendas y, al día siguiente, a las 8.00 horas de la mañana recibo una llamada de la vicepresidenta. ¡Al día siguiente! ‘Te llamo porque va a salir la sentencia de la Gürtel’. Me quedé de piedra. ¿Y cómo va?, pregunté. ‘Bueno… tal…’. ¿Alguien puede pensar que el día anterior, antes de la votación de los presupuestos, que eso iba a ser así? ¿Qué casualidad, no? Si hubiéramos tenido todos los datos, quizás hubiéramos tomado otra decisión con los presupuestos. Lo que está claro es que, una vez que sucede eso, vemos que cae como una bomba. En la sociedad vasca todavía más. Ante eso no podíamos estar impasibles.
Cómo se cocinó esa decisión de apoyar la moción de censura.
Ellos [por el PP] tomaron la decisión de hacerlo rápido y, en cuatro o cinco días, con esa sentencia tan demoledora, todos lo teníamos clarísimo. Les fuimos comunicando día a día cómo veíamos el asunto. Le dimos tiempo de reaccionar, porque el problema era suyo. Ellos tienen que mirarse al espejo, todavía no se han dado cuenta de lo que les pasó. No quisieron hacer nada y nosotros fuimos absolutamente leales. Para nosotros lo más cómodo habría sido que hubieran seguido, la verdad. Me cogían todos los ministros y todos los secretarios de estado me conocían. Pero la responsabilidad del PNV era adoptar la decisión que tomó y, además, intentar hacerlo de manera clara, limpiamente, y dándoles tiempo a que hicieran algo, lo que creyeran oportuno. Creo que actuamos como esperaba la sociedad vasca. No me olvidaré nunca de la llamada aquella a las ocho de la mañana.
Ustedes pactaron con el PP con el 155 catalán en vigor. ¿No ha habido ciertas tensiones internas?
No. De verdad que no. Evidentemente, la situación catalana se vive muy de cerca y el partido, sus afiliados y sus burukides, la siguen con mucho interés. Creo que ahí hemos tenido afortunadamente buena información por vía directa. Teníamos canales evidentemente con el Gobierno español y con todas las representaciones catalanas. No lo limitaría a partidos políticos. Con todo el mundo. Aunque algunos pensaban que no sabíamos, sabíamos lo que estaba pasando. Intentamos dar cobertura para que hubiera una solución. Sabíamos cuando votamos los presupuestos -y lo conocía el Euzkadi Buru Batzar, estaba comprobado- que la decisión de formar el Gobierno catalán estaba tomada, incluso los nombres que iban a ser. Cuando di la rueda de prensa para decir que íbamos a apoyar el presupuesto sabíamos los cuatro nombres. Y sabíamos que automáticamente cuando se nombraba al Gobierno decaía el 155. Sabíamos que se iba producir. Tomamos la decisión sin tensiones internas y con total tranquilidad, unánimemente.
¿Cree que EH Bildu está celoso de la capacidad de influencia del PNV?
No lo sé. Tampoco me importa mucho. Nosotros ya hemos demostrado cómo hacemos política, la capacidad que tenemos de interlocución y punto. Me alegro mucho de que después de 40 años de denostar las instituciones vascas –todavía me acuerdo de las “instituciones vascongadas” y del “conciertillo” que he tenido que aguantar en muchas tertulias- ahora hagan una defensa de ellas. Pues muy bien. Bienvenidos. Ya era hora. La lástima es que hayamos estado como hemos estado en estos 40 años. Todo lo que sea empujar para lo que sea beneficioso para la ciudadanía vasca, encantado. Nosotros ya hemos demostrado lo que sabemos hacer. Punto.
Todo apunta a un auge de Vox. ¿Cómo diagnostica la situación política en España?
Ha habido dos focos que le han dado aire. Es evidente que el 'procés' y la interpretación que se le ha dado han incendiado un poquito y han hecho un caldo de cultivo para Vox. Pero es evidente también que el discurso que desde el primer día hace Pablo Casado, me imagino que inspirado por José María Aznar, legitima muchas de las propuestas de Vox. En vez de decir que eso se sale del guion, incluso le compra el discurso. Al final, legitiman y abren el cauce. Y Albert Rivera lleva tiempo también con sus tonterías. No le quito ni la 't' del inicio a la palabra. Están creando un caldo de cultivo en que la sociedad va creyendo determinadas cosas. Lamentablemente, en España algunos políticos, unos cuantos, piensan más en la política en términos de teatro y poder que en términos de responsabilidad y de buscar soluciones y acuerdos. Desde el 'procés', pasando por Casado y todo el discurso unitarista y antinacionalismo vasco y catalán de Ciudadanos, ahí surge esto.
¿Vamos hacia un Gobierno del PP, con Ciudadanos y con Vox?
Espero que no tengan mayoría, pero si les dan los números lo harán. Ya lo han hecho en Andalucía. ¿Cómo no lo van a hacer a nivel de España? Espero que no sea así y espero que tampoco le den al PSOE y Ciudadanos. Si esto sucediera, ya hemos vivido esta experiencia en la legislatura corta. Hubo un documento que para nosotros era absolutamente inasumible porque había invasión competencial tras invasión competencial. Tampoco eso me hace ninguna gracia.
A veces el PNV habla de las tres derechas como si el PNV fuera un partido de izquierda.
No sé qué somos. Somos nacionalistas vascos del Partido Nacionalista Vasco. Jelkides, jeltzales. No me rompo la cabeza. Yo sinceramente creo que somos bastante difíciles de clasificar como derecha. Evidentemente no somos izquierda, no. Pero creo que seremos el partido más centrado de todo el panorama político que hay en España. Seguramente sea así. Nuestras políticas, donde podemos ejercer poder, también con nuestros votos en el Congreso y en el Senado, se sitúan en un ámbito social y progresista. Incluso somos pioneros a nivel de todo el Estado en políticas sociales que se han hecho en Euskadi. Por otra parte, tenemos una idea clara de que la economía tiene que funcionar y no todo es subidas o bajadas de impuestos generalizadas. Tiene que haber un cierto orden pero regulación para una distribución de la riqueza. Veo al partido, como siempre, muy centrado y en línea con una mayoría de la sociedad vasca.
¿Volverán a apoyar un Gobierno de Pedro Sánchez?
Hay que hablarlo. Lo que no vamos a hacer es como otros partidos, como la izquierda abertzale o Podemos, que dan el voto es gratis y ya está. Nosotros tenemos un programa y una serie de compromisos. Tendremos que ver cómo está el arco parlamentario y habrá que preguntarle a Sánchez qué es lo que quiere hacer. En el ámbito económico tendremos que hablar de reforma laboral –nosotros estamos de acuerdo en afrontarla- o si vamos a afrontar de una vez por todas el tema de las pensiones -en el Pacto de Toledo hay que llegar a un acuerdo-. Tendremos que hablar de las propuestas para solucionar el problema territorial, con respecto a Cataluña pero también con respecto a Euskadi. O la 'ley mordaza', que lo tuvimos ahí, al alcance de la mano, y se podía haber hecho. Sí creo que tenemos que intentar una estabilidad institucional. Si hay una mayoría que apoya a un Gobierno, que no estemos continuamente 'p’alante' y 'p’atrás'. Habrá que ver si podemos construir algo que dé estabilidad institucional. Tendremos que colaborar todos para bajar la inflamación y para empezar a hacer pedagogía a la sociedad.
¿No hacerlo pondría en riesgo los apoyos del PSE-EE al PNV en Euskadi?
No lo sé.
El PNV también depende de los socialistas en muchas instituciones...
¿Aquí? Evidentemente. Estamos en coalición yo diría que en casi todas partes. La colaboración aquí se ha desarrollado correctamente. Va a haber siempre diálogo y todavía va a durar. Allí lo que tengo claro es que si no está el PNV recordando los compromisos y los temas que afectan directamente a la ciudadanía vasca, el PSOE no va a estar pensando en eso. Lo tengo muy claro. No me lo invento. Es lo que he vivido y llevo ya unas cuantas legislaturas en Madrid.
El PSE-EE tiene como diputado vasco a un lehendakari. ¿No se preocupa Patxi López por Euskadi?
No, no. No digo que él no se preocupe. Pero él se preocupa de entrar en la dinámica de su grupo parlamentario y él no lo dirige. Y además su grupo está supeditado a los intereses del Gobierno. Un ejemplo: el blindaje del Concierto. Pues tres veces, como San Pedro, nos lo negó el PSOE. Yo era el ponente, con Ramón Jáuregui, diputado vasco que había sido vicelehendakari, no sé si le vale. No, no y no. Nos sacaban a diputados vascos a decir que no. Y al final entraron porque necesitaban nuestros votos. Y se aprobó. Entonces, ¿son diputados vascos? Claro que son diputados vascos. Si pueden hacer alguna cosa que ¡uy! pasa por ahí, pues sí. Pero sacar los temas, intentar forzar cambios que afectan directamente a Euskadi, sinceramente no. Lo hemos hecho nosotros. No es por ponerme una medalla. Es la realidad. Ojalá tuviéramos más ayuda. Nosotros no somos muchos diputados. En la comunidad autónoma vasca se eligen 18, un tercio de los que elige Cataluña, por ejemplo. Entonces, tenemos la importancia que tenemos. Nosotros aquí somos seis, somos pocos…
Cinco, son cinco en esta legislatura.
Bien. Pero vamos a poner seis, como tuvimos en la legislatura corta. Eso equivale en Cataluña a 18. Con 18 créame que podríamos hacer maravillas. Con seis lo intentaremos. Y si tenemos cinco también.
Ciudadanos habla de “cuponazo”. ¿Está Euskadi sobrefinanciada?
¡Por favor, no me pregunten de nuevo por esto! No. No. Euskadi para empezar no recibe dinero de Madrid. Es la idea que no entra en la cabeza. Si aquí se gestiona mal, si aquí se recauda mal, si aquí se despilfarra el dinero, esto sería un desastre porque no va a venir papá Estado a solucionar las cosas. Funcionamos como un país diferenciado en el tema fiscal. La presión fiscal, por Concierto, tiene que ser igual o superior a la española. De hecho, las rentas altas pagan mucho menos en el régimen común que aquí. A partir de ahí contribuimos. Mira, lo que está tardando el tren de alta velocidad pero todas estas estructuras que se han hecho en otros lugares del Estado nosotros hemos estado contibuyendo con el 6,24%. A algún embajador ya le he dicho también que el 6,24% de su embajada es nuestro. También colaboramos con el fondo de solidaridad interterritorial.. El sistema es arriesgado. Nadie lo quería. Lo cogimos con un 28% de paro, con la industria caída a pedazos, la siderurgia y los astilleros. Había que tener mucho valor. Asumimos un riesgo y contribuimos a lo que legalmente tenemos que contribuir. A partir de ahí, si generamos un plus de recaudación porque nuestros impuestos son más altos o porque generamos mayor movimiento económico, pues habrá que respetar eso. No nos parecen justas las críticas.
¿Por qué cree que Ciudadanos buscaba una fotografía en Rentería, que era una estrategia? Se ha dicho incluso que fue una provocación.
Creo que la foto sí la buscaron. Después de incendiar, de hacer determinados discursos, elige Rentería. No podemos decir que no van a buscarlo. ¿Por qué? Su campaña se ha basado siempre en la irracionalidad del nacionalismo vasco y catalán. El tema catalán ya se les estaba empezando a agotar y buscan otro pequeño foco. Lo intentó también en Alsasua y ahora en Rentería. Lo que me parece impresentable es que haya gente que vaya violentamente a impedirles que hablen allí. No puede ser, tienen todo el derecho a hablar. De aquellos vientos estos huracanes: hay un mundo alimentado durante décadas por la izquierda abertzale que tiene vida propia y que está ahí y da un espectáculo lamentable. Condeno absolutamente los ataques, pero que vinieron a buscar la foto no me lo voy a callar. Es lo que pienso.
¿No teme que alguien pueda pensar lo mismo de su mitin en Benidorm?
¡No, hombre! ¡Si tenemos un batzoki allí! ¿El batzoki también es una provocación? Voy a ser muy sincero: el que haya convocado Sánchez en plena Semana Santa nos ha vuelto locos a todos. En las calles no hay nadie. Es complicado, la gente está a lo que está. Hay mucha gente fuera. ¿Y dónde hay mucha gente vasca en estos momentos? En Benidorm. No es la primera vez que hemos hecho mitines en Benidorm. Y parece que la izquierda abertzale nos ha copiado, por cierto.
Hablemos de propuestas. Ustedes insisten en que sea traspasada a Euskadi la gestión del régimen económico de la Seguridad Social. ¿Lo ven realmente posible?
Lo veo complicado. El PSOE se opone porque tiene muchas presiones internas, también de los sindicatos. Mire, ahí nos tiene que ayudar el PSE-EE. El Estatuto dice que a través de un convenio se gestionará el régimen económico de la Seguridad Social. Siempre hemos dicho que tenemos que darnos la oportunidad de hablar, de saber qué significa eso. ¡Vamos a explorarlo! Pero nunca han querido sentarse. Si el Estatuto lo dice, será por algo. No le veo al PSOE en esa tesitura en estos momentos, pero vamos a seguir pidiendo que se cumpla el Estatuto. Tengo que añadir que intentaremos también un acuerdo en el Pacto de Toledo para que se modifique la ley con respecto a las pensiones, que se asegure por ley el IPC. Vamos a participar, pero creemos que la manera de asegurar una continuidad y una existencia real de las pensiones públicas sería con el traspaso a Euskadi. Ya se que es deficitario, pero en Andalucía y en Madrid también es deficitario. En todas partes es deficitario. Es como el ejemplo que he puesto del Concierto: a pesar de los augurios, si somos capaces de gestionarlo nosotros, de retocarlo, vamos a poder asegurarlo mucho más que estando pendientes de un acuerdo en Madrid. Al final el tema de las pensiones se utiliza entre los partidos políticos como arma arrojadiza y me parece deplorable. Así no vamos a llegar a una solución en la vida. Si siguen con esa actitud, va a quedar más reforzada la idea de que o traemos las pensiones aquí o así no.
¿Aitor Esteban tiene un plan de pensiones privado?
Tengo EPSV, sí, y desde hace muchísimos años. Algo que he podido ahorrar. Pero no va a ser, desde luego, lo que asegure mi futuro. Le digo más: tiene que haber un sistema de pensiones público, somos nosotros los primeros que lo decimos. Pero creemos que tenemos que desarrollar más la idea de los acuerdos entre sindicatos y empresas para que haya aportaciones a esos planes como complemento. Habrá que explorar todos esos sistemas como complemento. Igual resulta que en el sistema público determinadas pensiones tienen que verse más reforzadas y otras igual ya con una serie de complementos pueden tener menos importancia. Habría que estudiarlo. El sistema público tiene que ser la base pero sí tenemos que intentar aportar incluso más.
Un clásico de su programa: cambiar la Ley de Secretos Oficiales. ¿Por qué España se resiste a desclasificar sus secretos?
No lo entiendo, de verdad. Si se compara la ley con las del entorno, todas son de plazos. En España no es sólo que no estén desclasificados documentos del franquismo, de la Transición o incluso de siglos anteriores, sino que el Consejo de Ministros puede clasificar una documentación como secreta y el acuerdo, a su vez, es secreto. ¡No hay manera de saber lo que es secreto! Es un caos. Es una vergüenza. Es uno de mis objetivos cambiar eso. Imagínate que consigues la sentencia por la que tu abuelo fue condenado a muerte por el franquismo. Si la consigues, te la van a dar con los nombres tachados, hasta el de tu abuelo. ¿No tengo derecho a saber qué le pasó a mi abuelo?