Del 29 de enero al 5 de febrero he formado parte de un equipo de Amnistía Internacional que ha visitado algunos campamentos de refugiados en la Grecia continental en el marco de la campaña #YoAcojo. Durante las visitas, hemos constatado la falta de esperanza de las miles de personas refugiadas que siguen atrapadas en el país (unas 50.000 en términos globales), la lentitud y el desbordamiento de las instituciones griegas para atender a este número de refugiados, y sobre todo las nefastas consecuencias de la política de la Unión Europea. El cierre de fronteras y el acuerdo alcanzado con Turquía hace un año han agravado la situación y dejan varadas en Grecia a familias desesperadas que huyen del horror, a mujeres que han perdido a sus maridos y viajan con toda su prole a cuestas, bebés incluidos, y a menores que, como las mujeres, viajan solos expuestos a todo tipo de peligros. Esta galería de imágenes es un recordatorio a los gobiernos de los Estados miembros de que no han cumplido sus promesas, que están negando protección internacional a quienes más lo necesitan. También pretende ser un grito desesperado para que no olvidemos a quienes aquí aparecen retratados.