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Abordar los desiertos médicos: una urgencia para garantizar la equidad sanitaria

Manifestación del sindicato de médicos en Madrid en apoyo a la huelga de médicos de familia y pediatras de Atención Primaria. EFE/Rodrigo Jiménez

Domingo Antonio Sánchez / Representante Nacional de la Sección de Médicos Jóvenes de la Organización Médica Colegial y residente de Oncología Médica en el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia

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En nuestro país, los desiertos médicos se han convertido en un desafío creciente que amenaza la equidad en el acceso a la atención sanitaria. Estos desiertos, resultado de la desertificación médica, privan a ciertas poblaciones de la posibilidad de acceder a servicios de salud de calidad de manera oportuna. Esta problemática no solo afecta a las zonas rurales, sino que se extiende a diversas regiones, generando inequidades basadas en el código postal.

En un informe reciente elaborado por la Organización Médica Colegial, se pone de manifiesto la necesidad imperante de abordar esta situación desde distintas perspectivas. La falta de profesionales en zonas rurales no es simplemente una cuestión de elección, sino que implica retos logísticos y organizativos que desincentivan a los médicos a establecerse en estas áreas.

Es preocupante constatar que España se encuentra rezagada en comparación con otros países europeos en cuanto a la desertificación médica. La falta de atractivo para los profesionales de la salud, sumada a la libre circulación de estos en Europa, ha llevado a una mayor capacidad de países del norte para atraer a médicos competentes, agravando la situación en el sur.

Es evidente que la inequidad en la atención sanitaria por razón de código postal ya existe en nuestro país. No se trata de garantizar centros sanitarios de alto nivel en cada localidad, sino de optimizar los recursos disponibles y trabajar en conjunto para ofrecer la mejor atención posible a todos los ciudadanos. La Organización Médica Colegial ha asumido el compromiso de liderar esta lucha, actuando como intermediario entre la sociedad y las autoridades, con el objetivo de ofrecer soluciones tangibles y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Entre las medidas que proponemos se encuentra la mejora de la formación médica, las condiciones laborales más favorables, los incentivos adecuados y la promoción de la conciliación laboral y familiar. Además, es fundamental invertir en zonas rurales y ofrecer oportunidades de formación continua para atraer y retener a los médicos especialistas en estas áreas.

Si algo no funciona, debemos cambiarlo. Por eso hay que eliminar ciertas políticas, como dificultar la oferta de plazas en áreas sin dificultades o contratar médicos sin especialidad para cubrir áreas de difícil cobertura, porque no son soluciones sostenibles a largo plazo y solo agravan el problema. Estas medidas generan precariedad laboral y afectan negativamente la calidad de la atención médica que se brinda a la población. Es necesario adoptar un enfoque integral que aborde tanto las necesidades de los médicos jóvenes como las demandas de las áreas rurales que sufren la falta de profesionales de la salud.

Sin embargo, abordar este problema de manera efectiva requiere de un pacto de Estado en Sanidad. Es imperativo que todos los actores involucrados, desde el ámbito político hasta el profesional, se unan en un acuerdo común para enfrentar este desafío. La pandemia de COVID-19 ha dejado en evidencia la importancia de contar con un sistema sanitario fuerte y cohesionado, y un pacto de Estado en Sanidad sería el primer paso hacia esa dirección.

Europa debe de ser otra pieza clave de este puzle. Ahora que tanto se habla de los fondos europeos destinados a la salud, resulta fundamental que estos se utilicen de manera estratégica y coordinada, como una oportunidad para impulsar cambios estructurales en el sistema sanitario. Estos recursos deben ser empleados no solo como parches temporales, sino como inversiones a largo plazo que aborden la raíz del problema y promuevan la igualdad de acceso a la atención sanitaria en todo el país. Los desiertos médicos representan una urgencia en nuestra sociedad porque ponen en riesgo la equidad en el acceso a la atención sanitaria. Para revertir esta situación, es necesario actuar de manera integral, implementando medidas desde la formación médica hasta la política sanitaria. Solo a través de un esfuerzo conjunto y un pacto de Estado en Sanidad podremos garantizar que todos los ciudadanos, independientemente de su ubicación geográfica, reciban la atención sanitaria que merecen. Es hora de tomar medidas concretas y no permitir que los desiertos médicos perpetúen la desigualdad en nuestro sistema de salud.

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