El cambio climático es también una cuestión sindical. Sharan Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional (CSI), suele repetir que “no habrá empleos en un planeta muerto” y que “la transformación industrial es fundamental para lograr un futuro sin emisiones de carbono y sabemos que no puede llevarse a cabo sin un diálogo con los trabajadores y las trabajadoras en los lugares de trabajo y en el marco de los planes nacionales para nuestras economías e industrias”.
Efectivamente hemos podido comprobar cómo las alteraciones climáticas que ha habido en muchos países en los últimos años han supuesto, además de la pérdida de muchas vidas humanas, daños y catástrofes para los recursos productivos. Los tifones y huracanes, las inundaciones y las sequías prolongadas han supuesto la destrucción de miles de puestos de trabajo en la agricultura, el comercio, el turismo o la industria. En el Estado Español tampoco nos libraremos de los impactos, la región mediterránea es una de las más vulnerables al calentamiento global.
Los sindicatos llevamos ya muchos años comprometidos en las negociaciones internacionales sobre clima exigiendo a nuestros respectivos Gobiernos que se comprometan en el desarrollo y aplicación de medidas concretas que reduzcan de manera efectiva las emisiones de gases de invernadero en todos los países y en todos los sectores, garantizando la creación de empleo digno a partir del desarrollo de una transición justa.
En la Cumbre del Clima de París los sindicatos agrupados en la Confederación Sindical Internacional (CSI) pediremos a los líderes mundiales que muestren mayor ambición en la lucha contra el cambio climático. Hasta ahora, con las contribuciones nacionales que la mayoría han puesto sobre la mesa, no se podrá impedir que el aumento de la temperatura global de la tierra se sitúe por debajo de los 2º, límite definido como umbral máximo por encima del cual se podrían producir situaciones climáticas desastrosas e irreversibles. Para lograrlo de París tendría que salir un tratado vinculante que garantice reducción de emisiones antes de 2020 y un mecanismo de revisión periódica de los compromisos para más adelante. Para la CSI el compromiso debe incluir la aportación de medios financieros destinados a la adaptación al cambio climático y dar apoyo a los más vulnerables.
Para los sindicatos es también esencial que se incorpore en el tratado la necesidad de garantizar una transición justa para los trabajadores. Estas medidas son fundamentales para hacer frente al reto de la transformación industrial y energética que garantice a todas aquellas personas que trabajan en sectores a reconvertir que mantendrán un empleo y un nivel de vida digno.
En ese sentido hace falta un cambio de modelo productivo y energético que impulse el desarrollo de las energías renovables, la movilidad sostenible, la rehabilitación energética de edificios, el reciclaje de residuos, sistemas de retorno de envases o el ahorro y la eficiencia energética. Estos sectores tienen que ser capaces de generar miles de empleos de calidad y ser una oportunidad para la dinamización de la economía.
Pero los resultados de la Cumbre de París dependerán en gran medida de la fuerza con la que la sociedad sea capaz de alzar su voz. Por eso se ha creado este año Alianza por el Clima, una gran coalición social formada por más de 400 organizaciones, donde participamos activamente los sindicatos CCOO, UGT y USO. Coalición Clima está convocando, al calor de una gran movilización internacional, marchas por el clima en las principales ciudades españolas. En Madrid la manifestación, con el lema Frente al cambio climático, cambiemos de modelo, se realizara el domingo 29 a las 12 h desde Cibeles a Sol. Llamamos a la ciudadanía a expresar su exigencia a los Gobiernos para que el futuro acuerdo garantice que frenamos el principal problema global al que se enfrenta la humanidad en este siglo.