El pasado jueves participé como ponentes en París, en la Asamblea Parlamentaria de la OCDE, en la que se presentó el informe 'Financing Democracy' sobre la financiación de partidos políticos y los riesgos de condicionamiento de sus políticas. Este informe arroja datos especialmente preocupantes para España: 9 de cada 10 personas desconfían del Gobierno y el 95% de la población desconfía de los partidos políticos. Son datos que no nos pueden pillar por sorpresa, pues esa desconfianza es la que nos llevó a juntarnos primero para protestar en las plazas y después a construir una herramienta política como Podemos.
En la intervención en la OCDE contamos nuestra experiencia como ejemplo de otra forma de gestionar la financiación y la transparencia. Para conseguir que la ciudadanía recupere su confianza en las instituciones hay que predicar con el ejemplo y hacer las cosas de forma diferente. En Podemos lo entendimos desde el primer momento, por eso nuestros sistemas de financiación se basan en los principios de independencia, participación y transparencia. El desarrollo de estos mecanismos en herramientas concretas constituye la mejor vacuna contra la corrupción y el fraude.
Este es el cuarto encuentro internacional sobre financiación de partidos y transparencia en el que participamos. En los últimos meses hemos viajado a Suecia, México, o India de la mano de la ONG IDEA Internacional, para compartir la experiencia de Podemos en esta materia ante partidos y organismos de todo el mundo. Nuestro sistema de financiación y transparencia es considerado como un ejemplo internacional por las innovaciones que hemos introducido en materia de rendición de cuentas y financiación participativa.
Sin embargo, estas prácticas innovadoras no han sido tan bien recibidas por el resto de partidos en España, que han activado la máquina del fango contra nosotros, insinuado o incluso afirmando que todo el trabajo que hacemos en materia de transparencia es una farsa, y que en realidad nuestra financiación proviene de dictaduras tropicales o príncipes persas. Estas infamias han sido alentadas principalmente por los medios de comunicación afines al Partido Popular, el primer partido en la historia de España que ha sido imputado por corrupción, que tiene a todos sus tesoreros imputados y al que la prensa ya se refiere con términos más propios de la criminología que de la política, como entramado o macrorredada.
Parece que niegan a aceptar que un partido político se pueda financiar sin depender de los bancos y que la transparencia deje de ser una palabra bonita para materializarse en hechos concretos. Esto rompe su sistema de valores y pervierte lo que ellos entienden por ‘’la política’’, una herramienta para el enriquecimiento personal y el expolio de lo público. Por eso no pueden hacer otra cosa que difamar, porque los tiempos han cambiado, ellos se han quedado atrás y sus viejas maquinarias no están preparadas para adaptarse. Galileo fue condenado por defender que la tierra gira alrededor del Sol. Siempre que hay un cambio de paradigma a la vista hay resistencias, las resistencias propias de lo viejo que ya tarda demasiado en desaparecer.