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Negar la evidencia

Manifestación contra la violencia machista. EFE/Ángel Medina G./Archivo
30 de mayo de 2021 21:47 h

Desde 2003 han sido asesinadas en España más de un millar de mujeres. Solamente en la última semana se han producido seis asesinatos. La violencia de género mata cada año en el mundo a demasiadas mujeres por el simple hecho de ser mujeres. Y cada crimen deja casi siempre niñas y niños huérfanos, las víctimas invisibles. 

A esto se le llama violencia de género o violencia machista y no cabe duda de que es una forma de terrorismo contra las mujeres. Negar esta realidad pone en riesgo su seguridad y su libertad, así como la vida de sus hijas e hijos. El discurso negacionista culpabiliza a las víctimas y alienta la violencia de género. Por eso resulta intolerable y constituye una nueva forma de fascismo a la que hay que combatir sin reparos con más feminismo. Y en esa batalla estamos las y los socialistas: en combatir con los elementos del Estado democrático y de derecho y con el feminismo ese discurso fascista del negacionismo. Les seguiremos plantando cara una y mil veces. 

El feminismo nunca ha excluido a los hombres, porque aspira a una sociedad igualitaria para todos. Y quienes lo afirman, mienten, como mienten con su discurso negacionista con la violencia de género. El feminismo lucha por conseguir la igualdad entre mujeres y hombres. El feminismo combate el machismo, venga de donde venga, no a los hombres. Por eso, la vacuna más eficaz contra la rabia que destilan las y los machistas es más feminismo. 

La violencia de género no tiene cabida en una democracia ni en la sociedad igualitaria por la que trabajamos. Por eso, nuestra obligación es eliminar esta lacra y proteger a las víctimas desde todos los ámbitos. Las mujeres, sus hijas e hijos deben saber que no están solas. Deben confiar en el amparo y protección de las instituciones, para que caiga todo el peso de la ley en el maltratador y para que reciban el apoyo que necesitan. 

Unas Instituciones que destinan presupuestos públicos a salvar vidas y que están comprometidas con el desarrollo del Pacto de Estado contra la violencia de género, un fenómeno del que cada día salen muchas mujeres valientes. 

Pero también hay otras manifestaciones de violencia de género que en ocasiones se olvidan, como la explotación sexual y el tráfico de mujeres y niñas. No son mujeres prostitutas, son mujeres y niñas prostituidas. La igualdad entre mujeres y hombres es inalcanzable mientras se compren, vendan y exploten sexualmente a seres humanos. El PSOE es un partido abolicionista y esta debería ser la legislatura que pusiera fin a la trata y la prostitución. Por eso es necesaria una ley integral contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual y contra la prostitución. Sin prostitución no hay trata. 

La mejor herramienta para combatir la violencia de género es la educación desde la cuna. Por eso también quiero poner en valor la nueva ley de Educación, que permitirá educar en valores en aras a la igualdad, como recoge el Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

También hay que continuar con la formación de los cuerpos y fuerzas de seguridad, así como de jueces y fiscales. Es urgente agilizar los trámites administrativos, judiciales y burocráticos para que las mujeres no sufran el calvario de la lentitud del proceso que se inicia cuando presentan una denuncia. La víctima no debería sufrir ese martirio en aras a salvaguardar un proceso judicial garantista. Hay que exigir que las y los profesionales de diversos ámbitos tengan más empatía, celeridad y eficacia cuando tratan con las víctimas. 

Educación, sensibilización, prevención, ayuda, protección, amparo y reparación. Ese es el camino a seguir desde varios frentes. El Partido Socialista siempre ha  apostado por la defensa de los derechos, la libertad y la seguridad de las mujeres. Aquí siempre nos encontrarán con la mano tendida. Diálogo, pacto y frente común para combatir a las y los que niegan la violencia de género. 

Porque en la lucha contra la violencia de género no existen medias tintas: o se está al lado de las víctimas o se está al lado de los agresores. El equidistante siempre está con el maltratador, precisamente por esa pasividad. El Partido Socialista siempre ha estado y estará con las víctimas. Aquellas y aquellos que defienden teorías negacionistas están al lado de los agresores. 

La España que quiere y desea el PSOE, es una España que no cede en la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres, un país que las quiere vivas, libres e iguales. 

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