Hace pocos días se cumplían 40 años de un suceso que, como casi todo lo que hace referencia a la historia de la lucha de las mujeres, ha pasado desapercibido. Se trata de uno de esos días que jalonan nuestra historia de victorias y derrotas. El 24 de octubre de 1975 las mujeres islandesas se pusieron en huelga y más de 25.000 de ellas salieron a la calle en Reikiavik (en una ciudad que tendría entonces 100.000 habitantes). Ese día el país se paralizó por completo porque las mujeres se pararon, cerraron los bancos, los colegios, las fábricas y las guarderías, lo que hizo que muchos padres tuvieran que llevarse a sus hijos e hijas al trabajo, lo nunca visto. Aunque las mujeres islandesas habían alcanzado el derecho a voto en 1915, y había sido uno de los primeros países en conseguirlo, para 1975 sólo había 9 mujeres en el Parlamento. Después de aquella huelga muchas cosas cambiaron en la política islandesa y cambiaron para siempre; todo se debió a que las mujeres se organizaron y fueron capaces de pactar para luchar poniendo sus intereses por delante de los intereses de sus partidos, que seguramente tenían planes distintos para ellas.
Ese mismo año, 1975, y también en un país escandinavo, en Noruega, las mujeres políticas, desde la derecha a la izquierda, fueron capaces de unirse para imponer su presencia en la política. En ese año, las mujeres feministas de diversos partidos, las del Partido Laboralista, las del Partido Socialista, las del Partido Liberal e, incluso, las del Christian’s People Party utilizaron la estrategia de tachar los nombres de los candidatos masculinos en sus papeletas (como se podía hacer) e incluir los de aquellas mujeres que aparecían en las listas, aun cuando fueran de otro partido. Con este pacto entre mujeres, las noruegas obtuvieron en la primera mitad de los años setenta una amplia mayoría en los Consejos, lo que propició que desde ahí estuvieran en buenas condiciones para negociar, poco después, ser cabezas de lista de sus respectivos partidos en las siguientes elecciones.
Todos los movimientos sociales transformadores tienen un día o un suceso al que hacer referencia y que puede entenderse como fundacional, aunque en el caso del movimiento feminista, tan largo ya y tan lleno de momentos, sea complicado elegir uno. Pero quién sabe si no acabaremos refiriéndonos al 7 de noviembre de 2015 como el día en el que, por ejemplo, las mujeres españolas decidieron y exigieron convertirse en sujetos políticos del proceso constituyente que se abrirá en España más temprano que tarde. Quién sabe si ahora que vienen unas elecciones fundamentales en las que puede estar en juego la posibilidad de abrir dicho proceso, no podría ser el 7 de noviembre el momento en el que las mujeres se negaron a que dicho proceso se abriera (y se cerrara) sin ellas, sin nosotras.
El próximo sábado 7 de noviembre mujeres de todo el estado vamos a salir a la calle para exigir que el combate contra las violencias machistas se convierta en cuestión de estado. Y decimos violencias en plural porque incluimos aquí todo aquello que nos sigue convirtiendo en ciudadanas de segunda. Desde la máxima expresión de la violencia machista, como es el asesinato, hasta la brecha salarial; desde el acoso sexual en el puesto de trabajo hasta la violencia que supone la obligación de renunciar a nuestras vidas para dedicarnos a los cuidados en solitario. Salimos a la calle para reivindicarnos como sujeto de las políticas que nos afectan y no como objeto de las mismas. Para gritar que no habrá democracia si no somos sujetos políticos en igualdad; que no puede ni debe haber una nueva Constitución si ésta no nos consagra como tales.
El 7 de Noviembre contra las violencias machistas que nos oprimen, por la igualdad y la justicia, mujeres y hombres igualitarios de todos los partidos, de la sociedad civil en su conjunto, convocadas por el movimiento feminista vamos a marcar una línea que diga que hasta aquí hemos llegado en la desigualdad. A partir de ahora, tiene que ser con nosotras. No vamos a permitir que la derecha de siempre, el PP, ni la derecha nueva, Ciudadanos, sigan haciendo políticas que nos ignoran en el mejor de los casos, y en el peor que se hacen contra nosotras. Somos la mitad de la ciudadanía y tenemos derecho a la mitad de todo; a la mitad del poder por supuesto.
El sábado 7 de Noviembre es un día que hará historia. Súmate.