Todos somos parte del problema y parte de la solución
Hasta ahora he decidido guardar silencio, creía que el ruido mediático influía de forma negativa al debate y reflexión sosegados, he criticado a los que de una forma u otra han generado ese ruido, viniera de donde viniera, por lo que no me parecía coherente por mi parte ayudar a aumentar los decibelios. Me gustaría que las reflexiones que voy a hacer a continuación se lean sin prejuicios y sin etiquetas de alguien que es amigo de fulanito o menganito, porque ello impediría que estas fueran tenidas en cuenta de manera adecuada.
El problema de la gobernabilidad de España es de los 350 diputados que estamos presentes en el Parlamento, pero las constantes declaraciones de responsables del PSOE ha provocado que el foco se haya puesto solo sobre nosotros, los diputados del PSOE, algo injusto y falso, que ayuda muy poco a solucionar la situación de bloqueo que vive nuestro país.
He vivido muchos procesos orgánicos, algunos los he ganado y otros los he perdido, algunos los he vivido siendo la cabeza, otros siendo un simple colaborador, y todas esas vivencias me sirven para poder analizar con cierta objetividad los momentos que estamos viviendo. Si algo no podemos negar es que los socialistas ponemos mucha pasión en nuestros debates, algo que se ha interpretado desde fuera más como un elemento negativo que positivo.
Cuando se viven procesos internos en cualquier organización a los que pierden se les generan sensaciones desagradables, y el primer paso para poder empezar a estar preparado para volver ser útil a la organización es superar esa situación, mientras tanto condicionará sus actitudes y su propio desarrollo.
Escuché un día a un amigo una frase basada en su propia experiencia que me hizo reflexionar y desde entonces la aplico cada día: que el rencor no te bloquee la inteligencia. Y por lo visto en este tiempo he comprobado que hay mucho rencor que bloquea muchas cabezas brillantes, como consecuencia de los constantes procesos internos que hemos vivido en el PSOE en los últimos años.
Me eduqué en una cultura política en la que al secretario general se le dejaba actuar, eso no quería decir que hubiera que asentir a todo lo que dijera, pero forma parte de esa cultura el no bloquear su capacidad de actuación. En los últimos tiempos hemos visto cómo públicamente se le llevaba la contraria al secretario general del PSOE bloqueando de facto su capacidad de actuación.
Ante eso, puedo entender que buscara legitimarse y nada mejor para ello que devolver el poder a los que le habían colocado en el liderazgo del partido: los militantes. Si me preguntan si era el momento adecuado o la mejor solución, puede que les reconozca que no, pero también es cierto que seguramente fuera el único camino.
En estos días he visto cómo algunas personas utilizaban los resultados electorales para justificar la no legitimidad del secretario general, pero por experiencia he comprobado cómo en el PSOE en los últimos tiempos –y como consecuencia de los procesos internos– no se hacen análisis sobre las causas de los resultados electorales de forma rigurosa, cada uno utiliza los datos a su antojo para atizar a quien previamente quería atizar. Eso ha llevado a incoherencias como que personas que no han dimitido por resultados parejos o peores pidan ahora la dimisión del secretario general.
Si me preguntan quién es responsable de esta situación les diré que todos tenemos parte de culpa y que es muy complicado acertar con quién fue primero: la gallina o el huevo. Y si me preguntan por la solución les diré que pasa porque cada uno hagamos autocrítica, aunque visto lo visto algunos consideran autocrítica criticar al contrario. El inicio de un proceso de reflexión adecuado pasa por eliminar los rencores y sentimientos negativos que están en el ambiente.
Vivimos una situación incomprensible, en un partido donde cualquier militante tiene derecho a ser elegido secretario general me da la sensación que unos pocos quieren quitar esa posibilidad a alguien que tiene un gran respaldo entre la militancia, como he podido comprobar en las últimas horas.
Seguramente nos pasemos los próximos días buscando responsables de la situación que estamos viviendo, en esto tampoco nos pondremos de acuerdo, pero si algo tengo claro que compartiremos todos es que quien pagará las consecuencias de esta situación es el PSOE en su conjunto y lo más grave, los ciudadanos que nos necesitan para defender y solucionar sus problemas en las distintas instituciones, por lo que haríamos bien en pensar en ellos al gestionar esta situación, de esa forma seguro que acertamos. El primer paso para empezar a solucionarlo: no ver al que piensa distinto a nosotros como un enemigo, sino como un compañero socialista que comparte con nosotros una ideología política y una forma de entender la vida.