Sumar, ¿qué primarias y para qué?
El proceso político de Sumar ha sabido generar una gran ilusión es nuestro país que, incluso, se ha traducido en una incuestionable movilización popular. La asistencia a los denominados actos de escucha está siendo muy importante, desborda la capacidad de los lugares donde se realizan y todo ello con la participación también de muchas personas ajenas a las organizaciones políticas.
En el marco de este proceso de participación política se han escuchado propuestas lanzadas en positivo, pero también otras que no lo son tanto. Izquierda Unida trasladó el pasado 14 de enero una nítida y novedosa propuesta de primarias, aprobada posteriormente en la reunión de su máximo órgano de dirección y debate, la Coordinadora Federal. Su contenido textual es el siguiente:
1.- Puesta en marcha de una Mesa de Organizaciones Políticas con representación de todas las organizaciones que quieran participar en el proceso de Sumar en particular y de la construcción del proyecto de país en general.
2.- Puesta en marcha de unas primarias proporcionales, con censo específico y por circunscripciones para confeccionar las próximas candidaturas a las elecciones generales. Esta es la mejor manera de generar un proceso de participación y refrendo popular’.
Hicimos esta propuesta tras haber valorado positivamente el citado proceso de escucha desarrollado hasta ese momento, la participación en él de miles de personas y los pasos dados para construir un proyecto de país de forma participativa.
Esta es la principal novedad de lo que hasta ahora había ocurrido en el desarrollo práctico de Unidas Podemos. ¿Por qué novedad? Las respuestas pueden ser múltiples y hasta generar alguna diferencia con otras compañeras de este mismo espacio político, pero creo sinceramente que para conocer dónde está situado cada cual hay que saber lo que hasta ahora se ha defendido como mecanismos democráticos de toma de decisiones.
Unidas Podemos siempre ha sido una coalición electoral clásica, básicamente de cuatro actores, Catalunya en Comú, Podemos, Alianza Verde (antes Equo) e Izquierda Unida. Esta coalición jamás generó un mecanismo participativo, ni para la toma de decisiones, ni para la elección de candidaturas. Cada organización cuenta con sus propios mecanismos, pero no había uno común. A partir de 2016 Izquierda Unida siempre planteó elementos para mejorar la participación en lo que pudo ser un espacio político más amplio, pero que se quedó limitado a una coalición.
¿Qué elementos eran esos? Pues básicamente aquellos claramente dirigidos a la participación popular y a avanzar en los mecanismos democráticos de toma de decisiones. En relación con lo primero, propusimos crear Asambleas de Unidas Podemos en los barrios, ciudades o territorios que se valorasen. Su utilidad iba dirigida a hacer trabajar a cada militancia de las diferentes organizaciones en ámbitos no solo institucionales, como pueden ser las movilizaciones o elementos concretos en los municipios.
Esta propuesta nunca se concretó. Ninguna otra organización quiso ponerla en marcha. Es cierto que debería sacarse a Catalunya en Comú de este debate, puesto que ya han generado un sujeto político con sus propios mecanismos de participación y de toma de decisiones donde intervienen todas las organizaciones en Catalunya.
En 2019 volvimos a proponer unas primarias conjuntas y con censo único para que las candidaturas municipales que se concretaran pudieran tener un refrendo popular. A pesar de que este mecanismo quedó reflejado en el ‘Acuerdo Marco’ correspondiente a esos comicios, desde Podemos se negaron en todos los territorios y municipios a hacer primarias conjuntas. La justificación fue que no eran necesarias, es decir, consideraron que era mejor que cada organización hiciese sus propias primarias y luego se cruzaban las listas. Andalucía fue el único caso donde se intentó, pero se hizo votando en cada una de las organizaciones y luego cotejando los resultados.
Por lo tanto, lo que ya planteamos en Unidas Podemos y planteamos ahora para Sumar son mecanismos que permitan generar participación popular y generar movilización ciudadana. Puede afirmarse que las coaliciones tienen una legitimidad cubierta: la de los partidos. Esto querría decir que las coaliciones están integradas por partidos políticos con sus propios mecanismos de participación democráticos. Sin embargo, entendemos que sumar a una coalición un proceso de movilización popular requiere de mecanismos de participación en el debate, en la elaboración de propuestas y en la elección de candidaturas. Por ello, las primarias son un buen mecanismo para articular la participación popular, y no solo la de los partidos.
Si compartimos ese objetivo, lo que debería ser razonable, es posible enfocar la última parte del debate: ¿Qué tipo de primarias se pueden proponer? Es obvio que el modelo que defendió Podemos en 2019 no es viable hoy, es decir, que cada organización haga sus primarias y luego se cotejen resultados. Lo lógico sería articular un proceso abierto en el que se inscriban personas que vengan de los partidos o sin adscripción partidaria. Para ello se debe configurar un ‘censo nuevo’ donde se puedan inscribir las personas durante un periodo de tiempo concreto (en el plazo de un mes, por ejemplo)
¿Quién puede inscribirse? Lógicamente todas las personas que puedan votar y que acrediten su identidad con el Documento Nacional de Identidad. En definitiva, construir un censo que dé garantías a los y las participantes y a las organizaciones.
¿Qué sistema de primarias? En este punto deberíamos afrontar un debate que tiene que ver con el objetivo de articular la participación de las personas, por lo tanto, apostar por sistemas proporcionales y no mayoritarios. Izquierda Unida plantea unas primarias con sistema proporcional puro de listas incompletas. Este sistema permite un reparto proporcional y que se puedan presentar listas que no tengan el número completo de candidatos necesarios. Por ejemplo, si en Madrid cabría presentar 44 nombres para diputadas y diputados, una o varias candidaturas pueden formalizar una lista incompleta con 5, 10, 20 o una sola persona.
Las primarias deben ser un proceso de movilización en el conjunto del territorio. Para ello, lo mejor es que se realicen por circunscripciones y que la gente elija a sus representantes en cada una de ellas y pueda valorar las propuestas políticas.
Para que este proceso sea transparente y garantista hay que establecer de común acuerdo un calendario con fechas concretas y un Reglamento. Este último debería regular, entre otros puntos principales, el periodo de inscripción en el censo, de reclamaciones si las hubiere, las fechas para la presentación y proclamación de candidaturas, la regulación de la campaña electoral, las fechas tanto para la votación online como presencial, además de establecer los colegios electorales o lugares de votación y, por último, la proclamación de los resultados.
En definitiva, desde Izquierda Unida afrontamos el reto de generar un proceso de movilización popular que permita presentar un proyecto de país que defienda a las familias trabajadoras y al pueblo, frente a la reacción de las élites para mantener sus intereses. Este proceso debe garantizar la participación de los partidos, respetar su bagaje político, su mochila y cuidar su visibilidad, pero también siendo capaces de ir más allá de esos mismos partidos. Es la gente la que debe ser protagonista de un proceso popular para seguir haciendo de nuestro país un lugar donde vivir mejor. Tenemos muy claro no solo representamos al pueblo, sino que ‘somos pueblo’.
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