Vuestro trabajo nos roba nuestra dignidad
Me llamo Lucas Ayala, tengo 20 años y mido 130 centímetros. Tengo acondroplasia, para entendernos, el mismo enanismo que muchos de los bufones que pintó Velázquez.
He visto con gran pena el espectáculo cómico taurino que han programado en las fiestas de Zahínos, un pueblo de Badajoz. Y no son los únicos: cada año se celebran en España decenas de estas corridas mal llamadas cómicas pagadas con dinero público.
Me encantaría proponer a los alcaldes de estos municipios una sencilla reflexión. ¿Admitirían en sus fiestas un espectáculo en el que una cuadrilla de personas con síndrome de Down fueran revolcadas por las vaquillas para diversión del público? Estoy seguro de que no.
La acondroplasia sigue siendo la única discapacidad que provoca burla. Ojo, no quiero jugar al victimismo. Salvo excepciones, a lo largo de mi vida me he encontrado casi siempre con simpatía y apoyo. Eso sí, me he tenido que acostumbrar a miradas incómodas y faltas de respeto.
También he visto la polémica que se ha montado. Los protagonistas del espectáculo de Zahínos, que se hacen llamar Diversiones en el Ruedo y sus enanitos toreros, reivindican su derecho a ''ganarse el pan'' y a ''decidir libremente cómo trabajar“. Pero esos derechos vuestros son a costa de seguir convirtiendo nuestra condición, nuestra discapacidad, en motivo de mofa; esos derechos vuestros pasan por mostrar a los niños que acudan a estos espectáculos que una persona con una talla baja patológica, como vosotros, como yo, solo servimos para perpetuar el estigma del bufón, sirven para enseñarles a burlarse de nosotros, a humillarnos.
Vuestro trabajo nos roba a todos nuestra dignidad. Y algunos estamos dispuestos a pelear por ello. Hace unos meses fui a un plató de televisión para intervenir por otro caso parecido, 'Alquila un enano', y expliqué por qué nos ofenden estas supuestas gracias. Varios de los protagonistas se dedicaron después a mandarme amenazas a través de redes…
Afortunadamente el Ministerio de Ione Belarra, bien por ella, ha hecho lo que parece evidente que tiene que hacer: pedir que se cancele esa aberración (no le han hecho ni caso) y anunciar que van a trabajar para prohibirlo.
Lo aplaudo, pero es que además es su obligación como ministra, nuestra obligación como país. España firmó la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas. Y ya nos han reconvenido en el último examen de cumplimiento y nos han recordado que tenemos que acabar con esa basura mal llamada cómica taurina.
En Francia tenían otro espectáculo esperpéntico: lanzamiento de enanos, y por supuesto se prohibió. Los protagonistas también eran adultos libres, que cobraban.
Porque el derecho de las personas como yo, con enanismo, a nuestra imagen y a nuestra dignidad no es negociable. Y sinceramente creo que como sociedad vamos hacia ello y lo conseguiremos muy pronto.
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