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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Chusma apaleable

Ya verán qué entretenida viene la fractura del kiosco diestro a cuenta del presupuestazo. Los unos, que mano de santo; los otros, que un atraco a mano armada. Se lo dejo para luego, que antes les toca enfrentarse a lo que el editorialista de ABC llama “La fuerza legítima del Estado”. Es que, carajo, hay que ver lo tiquismiquis que se pone el personal por un quítame allá esos porrazos bien merecidos: “El español debe de ser el único gobierno de un país democrático europeo que tiene que rendir explicaciones cada vez que la policía disuelve una manifestación ilegal o que rebasa su autorización en dos o tres horas, empleando los medios antidisturbios reglamentarios”.

Se estarán imaginando de quién es la culpa, ¿no? Blanco y en botella: “El problema es el tratamiento político complaciente que la izquierda está dispensando a la violencia que desatan los grupos más extremistas”. Y aquí es donde se le hinchan las narices a Hermann Tertsch y nos vomita encima una de sus torrenciales filípicas. Tomen aire, que va para largo: “Y sobre ese relativismo absoluto, implacable y brutal, que niega la existencia de verdades, han crecido para sumarse a las lacras tradicionales de la ignorancia, la mezquindad y la envidia, todos esos monstruos que ahora nos acosan, desde la corrupción, la pobreza de espíritu, el desprecio a la excelencia, el delirio tribal, la soberbia desbocada y la impostura”.

Que sí, que sí, que eso va por ustedes, so fachas. ¿Cara de sorpresa por el apelativo? Pues el columnero del vetusto diario, Iñaki Ezkerra, lo tiene muy claro y hasta les llama a recapacitar: “Que medite esa extrema derecha, que no es del PP, sobre la responsabilidad que tiene en la descalificación populista de la clase política y en los polvos demagógicos que traen estros lodos”.

Y ahora, la otra mejilla, que también desde La Razón hay ganas de poner en su sitio a tanto Peter Pan pancartero. Primera andanada, a cargo de José María Marco: “Jugar a las revoluciones juveniles cuando ya no se es joven, escenificar compulsivamente una utopía callejera y figurarse que hacer botellón delante de unos policías equivale a cambiar el mundo son actitudes con poco recorrido político”.

Aprendida la lección, llega la puntilla, empuñada por Alfonso Ussía: “Banderas republicanas, rojas, autonómicas y alguna de Islandia, esa nación tan sosegada y contraria a la violencia. Ninguna pancarta con el mensaje «¡Queremos trabajar!». La chusma de siempre con algunos ingenuos biempensantes entre la turba”. Claro que sí. Como dijo el Gandhi del SUP, con estos, ¡leña y punto!

Queda, fuera de concurso, una ristra de ripios aceitosos paridos por quien se presenta como Monsieur de Sans-Foy. Puro sabor ultramontuno de La Gaceta: “Golpistas de nuevo cuño, / que amenazan con el puño / a las puertas del Congreso: / ¡No les hagas ni un rasguño! / Son las fuerzas del Progreso. / Entre barbas y profetas / asoman las carnes prietas / de una pícara morena... / (Que, para enseñar las tetas, / cualquier ocasión es buena)”. ¿Satírico? Más bien, sátiro. O sea, salidorro y machirulo.

Cierto, les había prometido una incursión en el cisma cavernario a cuenta de los presupuestos. Empecemos por el frente requetemarianista. Comparezca el editorialista de ABC: “El Gobierno de Rajoy ha demostrado nuevamente que tiene meridianamente clara la estrategia que precisa España para salir del atolladero de la crisis”. Que se pronuncie el de La Razón, a ver si lo supera: “Puede decirse que el Gobierno de Rajoy ha elaborado unos Presupuestos realistas y fiables, pero también decididamente sociales, como lo demuestra el dato de que el 63,6% del gasto se destina a prestaciones sociales”.

Lo dejamos en empate técnico. Ahora, véngase más a la derecha; sí, más todavía. Verán qué contraste. “Presupuestos Generales: ni austeridad ni credibilidad”, se enfurruña el editorialista de Libertad Digital. Unos píxeles más abajo, Juan Ramón Rallo cabecea cabreadísimo: “No, no son los presupuestos más austeros de la historia, sino los presupuestos más irresponsables de la historia”.

Es lo mismito que opina el patrón de los liberdigitales, Federico Jiménez Losantos, escribiendo bajo el pabellón primo-hermano de El Mundo. Con la melena suelta, claro: “Este Gobierno camello subió el IRPF más de lo que pedía el PCE, ha subido tanto el IVA y lo que no es el IVA que ha hundido la recaudación; y con la nueva subida no hay ni para pagarle la dosis a Artur Mas. Pero el camello pepero no abandona al extranjero. ¡Otro habano!”. Que sea un Farias, que no están los tiempos para derroches.