Confluencia, más que nunca
El eje fundamental de debate sobre los resultados de las elecciones catalanas se centra, lógicamente, en la paradoja de una victoria electoral que es derrota política. A pesar de haber ganado las elecciones, los resultados de estas elecciones plebiscitarias se han vuelto en contra de los que las propusieron. Pero para el espacio político del cambio hay un aspecto de estos resultados que no debemos soslayar: ¿dónde queda la confluencia tras el resultado del domingo?
Una lectura precipitada de los resultados de Catalunya Si Que Es Pot puede llevar a la conclusión de que la suma de fuerzas no ha servido para sumar votos. Finalmente la candidatura encabezada por Lluís Rabell se ha quedado a dos escaños de los conseguidos por ICV en la anterior convocatoria. Hay quien ya está apuntando a la suma de fuerzas como causante de esos resultados, pero desde mi punto de vista es demasiado simplista acusar a la confluencia. Es más, si no hubiera habido suma, es probable que estuviéramos ahora ante un escenario de desastre en este espacio del cambio.
Los resultados de Catalunya Sí Que Es Pot no han sido buenos. No hay paliativos para esta lectura. Sin embargo, lo que yo viví en la campaña catalana ha sido una polarización muy fuerte, en la que los dos extremos del debate soberanista SI-NO se movían con comodidad. Yo mismo advertí, parafraseando a Lakoff, que Mas y los suyos habían conseguido con éxito imponer el elefante del debate sobre la independencia, y que sería muy difícil salir de ese laberinto con éxito para una fuerza que trató de llevar el debate al terreno social.
El discurso de CatSIQueEsPot trató, sin conseguirlo del todo, de salir del bucle en un contexto muy difícil,. Sin embargo, y mirando atrás, pienso que hicimos lo correcto, se intentó llevar a la arena electoral la denuncia sobre los recortes sociales, las propuestas de cambio de modelo o la verdadera renuncia a la soberanía que supone el TTIP. No pudimos con el elefante.
Me parece un enorme error buscar en estos resultados el final del proceso deconfluencia para las elecciones generales, y espero que eso no ocurra. Sin confluencia es probable que estuviéramos en un escenario catastrófico ahora mismo. Quizás por separado estaríamos más cerca de lo que ha ocurrido con Unió, que preguntándonos por qué se perdieron dos escaños.
La confluencia para las elecciones generales debe ahora acelerarse. Desde mi punto de vista no hay otra opción posible para las fuerzas del cambio, y ninguna excusa debería ser esgrimida para evitarla. Estamos frente a unas Elecciones Generales en las que el cambio sigue siendo posible, y no debemos fallar.