Menos mal que no votamos a los comunistas
No votéis a los comunistas porque, cuando gobiernen, os quitarán vuestras casas (“Un desahucio cada 15 minutos”). Nacionalizarán las compañías eléctricas y os subirán el recibo de la luz (“El recibo de la luz se disparará más de un 11% en enero”). Se gastarán todo el dinero de vuestros impuestos en nacionalizar los bancos (“El Gobierno destina otros 41.000 millones de dinero público para ayudar a la banca. Los avales del Estado pasan de 217.043 a 258.000 millones”). Y arruinarán a los pequeños empresarios impidiendo que se puedan financiar “(La financiación a las empresas desciende un 10% y también toca mínimos de toda la crisis”).
El comunismo corrupto utilizará los bancos donde tenga influencia para dar préstamos a sus amigos o familiares (“Recarte se interesó en Caja Madrid por una operación denegada a unos socios suyos de Libertad Digital”; “Bankia cede la gestión de su negocio inmobiliario al fondo buitre del hijo de Aznar”; “Blesa negoció un contrato de intermediario para Aznar en una empresa armamentística”).
Como resultado de todo ello, vendrán tiempos de pobreza y hambre (“La crisis obliga a 'millones de personas' a alimentarse de la basura, según la Fadsp”).
Además, os quitarán las libertades, como hicieron en Rusia, os multarán si os manifestáis (“Multas de 600.000 euros por convocar una protesta en Twitter ante el Congreso”) o incluso comprarán un camión para disolver con chorros de agua las manifestaciones ciudadanas “(La Policía comprará un camión antidisturbios lanza agua”).
Por supuesto, los comunistas intentarán controlar a través del Estado tu vida privada y tus principios morales (“150 organizaciones suscriben un pacto contra la reforma de la Ley del Aborto”; “La asignatura de Religión 'resucita' en las aulas”).
Menos mal que, al final, no votamos a los comunistas. De la que nos hemos librado.