Si los medios informaran de todos como de Podemos

Pablo Casado hunde al PP en la mayor crisis de su historia. Casado, El Masters, ha perdido la mitad de los diputados del Congreso y dos tercios de los senadores. Apenas nadie de la ejecutiva de Rajoy queda en pie tras la purga efectuada por Casado. Lucha fratricida y de poder en el PP que arrancaría con la sangrienta hostilidad entre las dos mujeres fuertes del partido hace bien poco: Soraya Sáenz de Santamaría y Dolores de Cospedal. El Másters se alió con la secretaria general contra la ex vicepresidenta. Ambas están fuera de la política. Cospedal por la filtración de sus conversaciones con el comisario Villarejo para encargarle unos trabajitos. Marido en ristre. La pareja Cospedal y marido fue defenestrada de un golpe. De la política, no de sus cosas. Más aún, transcurrido un tiempo prudencial, ha sido rescatada como abogada del Estado para Sala de lo Militar del Tribunal Supremo.

La purga de Casado, el Másters, ha segado a grandes voces del partido. Fátima Bañez, García Margallo, Montoro, Catalá, Méndez de Vigo. Ya no tiene cargo relevante Rafa Hernando, el Bocachanclas, a pesar de su intensa sintonía verbal con el grupo dirigente. De Guindos bien, lo tienen colocado en Bruselas, de vicepresidente del BCE, para seguir cuidando también de sus cosas. Pero ¿dónde están los Wert, las Mato que alumbraron el PP que hoy agosta el tiránico Casado? ¿Qué fue de Soria? Genio y raza del PP. Este anda cuidando de sus propios negocios alejado de su amada tierra. Toda la culpa es de Pablo, el Másters. De esta guisa suelen hablar los medios al referirse a Unidas Podemos y en particular a su principal dirigente, Pablo Iglesias. Como mínimo. Y se añaden matices.

En el PP la respuesta interna es tibia hacia el exterior. Se cuece puertas adentro y llega certera cuando, tras los aplausos, se les deja caer como ocurrió con Cifuentes y tantos otros. No hay apenas nadie en el PP que se descare en los medios criticando al líder. Quién sabe si por lo mucho que se juegan en represalias. Y porque debe haber trapos sucios de todos los colores en los armarios. Los críticos saben también que las disidencias en el PP no reciben políticas de micrófonos abiertos, y menos a toda hora del día.

Es tal el dolor de la prensa por la hecatombe electoral del PP que respetan su pena y no hacen leña del árbol caído. El PP ha perdido un centenar de sueldos públicos y 257.430 euros al mes por el desastre del 28A y merman también ingresos por el del 26M. Al punto que el partido se está viendo obligado a despedir a sus trabajadores en el Congreso y evita pagar las indemnizaciones que les corresponden por pura precariedad de medios. Prensa responsable que ama al bipartidismo como a ellos mismos.

Si la prensa informara de todos como de Unidas Podemos leeríamos y escucharíamos titulares sobre la crisis soterrada en Ciudadanos. Albert Rivera no ha logrado el triunfo previsto a pesar del enorme esfuerzo mediático y demoscópico invertido en él. Los poderes económicos y sus portavoces meditan cambios. Rivera, Naranjito o Falangito, está preocupado. No hay más que ver su agria expresión. [Nota de la articulista: para motes y acusaciones no es imprescindible apoyarse en la verdad, como el propio Rivera y otros muchos saben]. Los síntomas de la crisis de liderazgo en Cs son evidentes si se sigue el hilo. Inés Arrimadas, la Montapollos, se traslada a Madrid y será la portavoz de Ciudadanos en el Congreso. La sangría de votos sufrida en Cataluña por su partido ha aconsejado a los mentores de la formación ese cambio. Lo que pasa es que tampoco lo ven claro. Begoña Villacís, la Ultra, tiene ese asunto con su sociedad que apenas cuentan los medios y algún día algún periodista se puede poner pesado. Ignacio Aguado, el Trolas, no se termina de ver como líder tampoco. Y De Quinto, el Multimillonario, el Cocacolas, menos.

La derecha se nos ha ido de las manos, confiesa la prensa antipodemos en grandes titulares. O no. Podría. Debería. Tanto alentar a la ultraderecha y ya la tenemos en las instituciones. En confianza, son muy parecidos. Casi iguales. Y ya se ve en Andalucía. PP y Cs hacen suyo el discurso de Vox en contra de los “chiringuitos” de género en plena crisis por el Presupuesto. El primer acuerdo a la sombra de Vox es el machismo.

Uno de cada cuatro euros de gastos de personal de Vox en 2018 se destinó al sueldo del jefe Santiago Abas Khal, El Pistolas, como verán en eldiario.es pero no en todos los medios. Lo mismo que la financiación iraní, a cargo de un oscuro grupo, que ha pasado a mejor vida en los informativos, descansando en paz, y con el peso leve del cemento armado. O lo de los negocios varios con casoplones de otro de sus dirigentes. Iván Espinosa de los Monteros ha sido socio en negocios inmobiliarios de condenados por la Gürtel y por delito fiscal. Echando a los vecinos en algún caso que está tan feo.

De Pedro, El Guapo, El Insensato sin escrúpulos, según versiones, ya nos informó a fondo la prensa. Pocos de los grandes medios en detalle. De los navajazos que llevaron a Pedro Sánchez a saltar desde la barandilla del barco acosado por garfios y sables arriba y tiburones abajo. [Otra nota de la articulista: esto nos lo contarían así los cronistas más floridos]. Ahora, de ser la información el objetivo, se hablaría más -junto a los aciertos- de promesas incumplidas, cambios de opinión, y cierta ingratitud al partido por el que llegó a Presidente del gobierno tras una justificada moción de censura a Rajoy. En una reedición del pasado, Pedro Sánchez apela a la “altura de miras” (dar a cambio de nada) a Unidas Podemos para que le dejen formar gobierno. En pack completo con Ciudadanos y PP. Y comienzan las presiones. Susana Díaz, critica “la ambición de poder” de Iglesias presentándose a ella misma como adalid de nobleza política y nula ambición de poder. Y la prensa ya encuentra hasta amenazas y chantajes. A Sánchez.

Si la prensa, radio y televisión informaran de todo como de Unidas Podemos, nos contarían cómo se formaron grandes fortunas de la nada. Y cuál es la influencia con la gestión de los asuntos de la sociedad. No hubieran parado de ahondar en la permanencia e impunidad del franquismo en España. Nos explicarían los nombramientos en la judicatura. Los créditos de los bancos y sus cláusulas. Causas y compromisos del tratamiento dado a los independentistas catalanes, tanto políticos como ciudadanos. Los conciliábulos del “a por ellos”. Cómo solventarán el espectáculo judicial del procés. Dentro y fuera de España, fuera especialmente para frenar la estupefacción

Sabríamos qué pasó con la ilegal venta de pisos de protección oficial a fondos buitre en Madrid. Porque –como ha contado Patricia López en Público– Villarejo, precisamente el comisario Villarejo, invirtió en el grupo al que Botella vendió pisos a precio de saldo. Y por qué Ana Botella, la alcaldesa, no está encausada. ¿Será porque su marido, José Mari, el Tenebroso, tiene un inmenso poder? En el fondo, cualquier ciudadano puede encontrar información si la busca y la selecciona. A veces cuesta.

Llegados a este punto de equilibrio informativo, de hablar de todos como de Unidas Podemos, igual deberíamos saber de financiaciones ilegales verdaderas. O de cargar muertos desde el Estado y su prolongación en las cloacas mediáticas a PP, PSOE, Ciudadanos, Vox, PNV y todos los demás, sin consecuencia alguna. Incluso continuando los bulos aunque hasta la Justicia haya certificado el engaño y muchos ya sepan de la mentira y la treta.

Y vendría bien una confesión en regla de la ideología y los intereses que rigen desde la prensa de ultraderecha a la felipista. De sus compromisos. De los porqué y para qué de los Inda y Claver permanentes y hasta de Federico, el Lozanitos. Por qué se equivocaron dos eternamente anónimos senadores al votar el Consejo de RTVE. Por qué el silencio sustituye al negro.

Si el periodismo español, fiel seguidor de cualquier andanza de Unidas Podemos, usara la misma regla para todos, informaría de los entresijos de la Familia Real, de sus negocios. De las y los amantes que se salen de las camas –en donde todo humano tiene derecho a explayarse como le plazca– para entrar en asuntos de Estado por las consecuencias que se derivan. De la amplia sonrisa del Jefe del Estado al ultraderechista líder de Vox cuando hasta se negó a recibir a la presidenta del Parlament catalán, Carme Forcadell.

No importa siquiera quiénes son las víctimas de la flagrante desigualdad de trato. Abrumadoramente clara en sus motivaciones. Es casi imposible ya revertir el daño causado. Solo se puede apelar ya a un examen de conciencia de cuantos han sido sujetos activos de estos hechos. Y a la reflexión ciudadana de si merece semejante castigo quien osa afectar a los privilegios de unos pocos.

Creo que con información rigurosa los ciudadanos se preguntarían cuál de todos estos asuntos, de todos estos partidos e instituciones, afecta de verdad a sus propias vidas.