El ministro Cristóbal Montoro es ahora mismo noticia de portada internacional. Se lo ha ganado a pulso: por primera vez en la historia, un miembro del Gobierno español acaba de admitir que será necesaria ayuda exterior para el rescate del sector financiero porque España tiene cerrado el acceso a la financiación. “No es una cifra muy alta, no es excesiva”, explicó sin concretar números el ministro de Hacienda en una declaración, esta mañana, en la que también intentó quitar importancia a la situación y negó que fuesen a llegar a España “los hombres de negro”. Es cualquier cosa salvo un mensaje tranquilizador.
Montoro ha reconocido lo evidente desde hace días, lo mismo que Rajoy hace solo una semana negó: no hay economista que hoy crea que España vaya a ser capaz de recapitalizar a la banca sin necesidad de ayuda del exterior. Ese dinero llegará con condiciones: es decir, supondrá la intervención total o parcial del país.
Las declaraciones de Montoro llegan en una semana en la que España tiene pendiente una subasta de deuda pública y en el mismo día en el que el G7 se reúne por videoconferencia (sin Rajoy) para buscar una salida a la crisis desatada por Bankia, que no solo ha colocado a España en el filo del rescate sino que está haciendo temblar la propia estabilidad del euro, hoy en cuestión.
Y mientras Montoro habla (y sube el pan), en Bankia sigue el regateo. Ante los rumores de que el Ministerio de Economía quería rebajar la inyección de capital para Bankia por debajo de lo que solicitaba esta entidad, el nuevo presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha amenazado con dejar el puesto si no le dan los 23.465 millones de euros que pidió. La deriva del caso Bankia no puede ser peor: Gorigolzarri sabe que su posición negociadora es fuerte –lo que le falta ya a España es que el nuevo presidente de Bankia dimita en menos de un mes–. Pero, si Economía cede y le da esta montaña de dinero, elevará también los requisitos para todos los demás bancos y cajas.
Hablando en plata: si el Gobierno acepta que Bankia necesita esa cantidad, el precio total de la intervención del sector financiero se elevará muy por encima de lo que el Gobierno esperaba y forzará la intervención del país. Este mes de junio va a ser brutal.