Una NSA germanoeuropea
Los alemanes se han enfadado de veras. Estados Unidos lleva espiándolos desde hace décadas. Incluso han pinchado el teléfono móvil de Angela Merkel. Pero lo que es peor: el escándalo de la NSA ha revelado que los norteamericanos tienen el juguete caro y ellos no. Pero eso podría cambiar pronto. La noticia la adelantó un medio digital el pasado mes de junio: la agencia de inteligencia extranjera del Gobierno alemán (Bundesnachrienstdienst, BND) está desarrollando su propio sistema para monitorear las redes sociales en directo –incluyendo análisis biométricos a partir de fotografías– y ponerse así al nivel de los estadounidenses. El proyecto cuenta con un presupuesto de 300 millones de euros y, si nada falla, estará plenamente operativo en el 2020.
Tras el escándalo de escuchas, el Gobierno alemán no ha hecho inscribir en sus banderas la palabra “transparencia”, sino la expresión “soberanía digital”. Ése fue el término que empleó el cristianodemócrata Alexander Dobrindt, ministro de Transporte e Infrastructura Digital de Alemania, a finales de 2013: “Como alemanes y como europeos tenemos que recuperar nuestra soberanía digital”. Alemania, en opinión del politólogo Herfried Münkler, “se encuentra en una situación de impotencia” ya que, según el experto, “depende de la tecnología de espionaje de los estadounidenses”, por lo que necesita “una NSA europea para poder presentarse ante los EE UU como independiente”. El modelo de esta “NSA europea” o, mejor dicho, germanoeuropea, es el consorcio Airbus. Tras la fusión de la francesa Aérospatiale-Matra, las alemanas Dornier GmbH y DaimlerChrysler Aerospace AG (DASA) y la española Construcciones Aeronáuticas SA (CASA), Airbus rompió con la hegemonía estadounidense en el sector aeroespacial. Pero mientras se discute sobre la posibilidad de una “NSA europea”, Alemania ya prepara por si acaso su propia versión.
Stasi 2.0
Stasi 2.0A finales de julio, el Gobierno alemán proporcionó nuevos detalles sobre sus sistemas de espionaje. Lo hizo depués de que el partido de La Izquierda presentase una petición en el Bundestag, que es como en Alemania se entera uno de la mayoría de cosas importantes. Gracias a ello supimos que no sólo el BND, sino también el ejército alemán (Bundeswehr) tiene su propio proyecto para reunir y evaluar datos de los usuarios, que desarrolla el Frauenhofer-Institut (FKIE) y se llama WeroQ (Wissenserschließung in offenen Quellen). Según el Ministerio de Interior, el Bundeswehr utiliza actualmente un sotware especial para recopilar opiniones sobre “las misiones del Bundeswehr en el extranjero”. Para la captación de datos, el Ejército alemán emplea dos programas: Textrapic y Brandwatch. Este último, según la propia página web, lo emplean más de mil empresas privadas de todo el mundo.
En Alemania, un país sobre el que todavía se proyecta la alargada sombra del espionaje de la Stasi (los servicios secretos de la RDA), la Constitución prohíbe al BND vigilar a sus conciudadanos –para eso está la llamada Oficina Federal para la protección de la Constitución (Bundesamt für Verfassungsschutz, BfV)– y sólo puede recopilar y analizar la información que atañe al extranjero. Pero, ¿dónde está esa frontera en Internet? En efecto, dos de los servidores más importantes de Facebook –por citar la red social más popular– se encuentran en Estados Unidos y Suecia, así que el BND técnicamente podría espiar a todos los ciudadanos alemanes. Según el diputado de La Izquierda Andrej Hunko en declaraciones al semanario Der Spiegel, “con este truco podría espiarse cualquier comunicación digital”. Hunko también recuerda que “mediante el análisis de los participantes en una comunicación abierta a través de Twitter o Facebook pueden inferirse sus contactos y preferencias sociales”.
En cualquier caso, todo esto no es más que lo que conocemos de la vigilancia de las redes por voluntad del propio Gobierno alemán. Al Gran Hermano angloestadounidense se le unirá dentro de poco un nuevo centinela. La familia crece.