Tiene razón el presidente del Banco Central Europeo cuando dice que las cosas el Gobierno ha hecho las cosas rematadamente mal en Bankia. Ahora resulta que el plan de saneamiento diseñado por sus nuevos gestores, con el visto bueno del Ministerio de Economía, puede provocar más problemas que los que viene a resolver.
La consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, lo expresaba de manera muy gráfica esta mañana en una entrevista en Los Desayunos de RTVE. La cuestión es que la fuerte inyección de dinero público solicitada por Bankia y aceptada por el Gobierno -muy por encima de las exigencias legales establecidas por el último decreto ley de saneamiento financiero, convalidado esta semana en el Congreso- sitúa al resto de entidades financieras en inferioridad de condiciones respecto a Bankia. Dancausa ha llegado a decir que se produce una situación de competencia desleal, porque Bankia va a disponer de una situación saneada a base de dinero público que le va a permitir llevar a cabo una política de crecimiento mucho más agresiva que al resto del sector.more
Algo parecido señala el expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, en el documento que entregó a los consejeros de Caja Madrid, antes de la reunión del consejo de administración que la caja que todavía preside celebró el miércoles pasado y hoy ha revelado la SER, cuando dice que el plan de recapitalización “es magnífico para Bankia pues va a tener múltiples y mullidos colchones para posibles pérdidas futuras…pudiendo provocar unas consecuencias negativas para el resto del sector financiero que van a tener unos porcentajes de cobertura muy inferiores”.
Y lo ha señalado también Alfredo Pérez Rubalcaba que hoy se ha preguntado por qué hay que aceptar la cifra propuesta por los nuevos gestores de Bankia y que si ese criterio se aplica a toda la banca “tendremos un problemón que no existe”.
Y es que los 23.000 millones de euros que el Estado va a inyectar en Bankia suponen que esta entidad va a tener cubiertos el 50% de sus riesgos inmobiliarios. Lo grave del caso es que no parece que esa cifra haya sido en ningún modo refrendada por el Banco de España que en las dos últimas semanas ha sido mantenido absolutamente al margen de todo lo referido a Bankia. Ha sido directamente el Ministerio de Economía quien ha dados por buenos los saneamientos exigidos por Goirigolzarri (quien sabe si ante el riesgo de que el recién nombrado presidente tirara la toalla si el Gobierno no ponía el dinero que pedía).
El problema es que este se convierte en el nuevo estándar para todo el sector, porque cualquier entidad que esté por debajo de ese nivel de provisiones será penalizada en los mercados. Hay quien calcula que extrapolar el criterio aplicado en Bankia al resto del sistema financiera haría necesaria una recapitalización adicional de 100.000 millones de euros.
Como es evidente que la mayoría de los bancos no disponen de recursos propios ni pueden acudir al mercado de capitales a conseguir el dinero, se lo pedirán al Estado.
Y ya me dirán de dónde vamos a sacarlo, o sea, un problemón.