Save The Children, proteged a los niños. Es duro tener que analizar el último informe de una ONG que lleva este hombre. Pero, cuando además lees su ultimo informe sobre pobreza infantil en España y contrastas los datos que contiene con el último informe de Unicef en esta materia, aparte de ser duro, es profundamente triste.
Según este informe, en el año 2013, el número de niños en España en riesgo de caer en la pobreza o en la exclusión social era de 2.826.549. Uno de cada tres menores en nuestro país.
Así mismo, el número de menores bajo el nivel de la pobreza se ha disparado. Según los informes de Eurostat, ha aumentado en casi 250.000 desde el año 2011 hasta 2013. Nada menos que un 10% desde que el Gobierno de Rajoy y el Partido Popular llegaran a La Moncloa.
Algo está pasando. Juzgo que, para cualquiera, se hace necesario preguntarse si es posible que exista alguna relación entre las políticas de austeridad que está desarrollando este Gobierno y el innegable incremento de la pobreza infantil del que nos están alertando diferentes ONG que trabajan a pie de calle.
Con los datos en la mano, con la evidencia dura, triste y objetiva que hay tras las páginas de todos estos informes, se puede deducir con rotundidad que este Gobierno, con su Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, como responsable en la materia, no solo no han arreglado el problema, sino que sus políticas de austeridad, extrema para algunos, lo han puesto mucho peor.
No es una valoración política, es la constatación palmaria de lo que dicen los datos de fuentes suficientemente acreditadas y solventes, a nivel nacional e internacional, como las que he expuesto anteriormente.
La Ministra de Servicios Sociales, Ana Mato, debiera saber que no todas las familias de este país tienen la suerte de que les regalen viajes a Eurodisney o de que un misterioso amigo de papá les pague los gastos de la comunión o de la fiesta de cumpleaños.
Al otro lado de la densa nube de confeti en la que viven la Ministra y este Gobierno, hay niños que llegan al colegio sin desayunar, o que no pueden recibir vacunas opcionales porque sus padres no disponen de medios económicos. Lo que cabe proponer de manera urgente a este Gobierno es que tomen nota de medidas como las que ha puesto en marcha la Junta de Andalucia que ha garantizado por decreto tres comidas al día en los comedores escolares de la Comunidad.
La protección a la infancia no debería ser una asignatura optativa para ningún Gobierno. Es una obligación de futuro y un deber que tenemos como país. Nos encontramos en el ecuador de la legislatura, se acabó el tiempo de los anuncios, es el tiempo de analizar resultados y éstos lamentablemente en esta materia, son los que son.
Lo que cabe, por tanto, pedir a este Gobierno y al Partido Popular es que dejen de carcomer las ayudas que habíamos creado para ayudar a familias monoparentales, las familias numerosas, con miembros discapacitados a través de la Ley de la Dependencia, o las becas. Cabe exigir que dejen de recortar las ayudas para la compra de libros de texto un 40% como lo han hecho en Castilla y León.
Lo que cabe denunciar es que dejen de cargarse los comedores escolares allí donde gobiernan, subiendo el precio de los menús que muchas familias no están pudiendo permitirse y que es la garantía para muchas de ellas de que sus hijos, al menos, hagan una comida al día en condiciones, porque en casa, llevan meses sin ingresar un euro y la cosa no da para más. Esto está ocurriendo en Murcia, en la Comunidad de Madrid, en Galicia, en Castilla La Mancha o en Extremadura tal y como vienen denunciando muchas asociaciones de padres y madres.
Quienes llevan tiempo practicando recortes en esta materia debieran ponerse en la piel de muchos padres y madres que esta noche tendrán que elegir entre cenar ellos o comprar mañana el material escolar que sus hijos necesitan para que éstos no tengan que avergonzarse delante de sus compañeros de clase; pero no son estos niños quienes deben avergonzarse sino quienes con sus recortes y políticas de austeridad están provocando estas situaciones.
Tal vez, con un poco de humanidad y sinceridad la derecha que gobierna nuestro país debería replantearse lanzar mensajes como “En la buena dirección” cuando los datos y la calle constatan que sus políticas de austeridad extrema no solo no han frenado el grave problema de la pobreza infantil, sino que están haciendo que esta crezca. Y esto, para cualquiera que no viva envuelto en una densa nube de confeti, es ir “en la mala dirección”.
Y, sobre todo, lo que cabe exigir a este Gobierno es que dejen de pensar tanto en el no nacido y empiecen a responsabilizarse del bienestar social y las condiciones de vida de casi 3 millones de ya nacidos en España que están al borde la pobreza y la exclusión social.