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La verdadera arma de destrucción masiva

César Moya Villasante

21 de noviembre de 2022 18:28 h

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Hace años esta frase de hizo viral por aquella situación de Bush contra Irak y donde Aznar se agarro a aquella famosa foto de las Azores en las que nos introdujo en una guerra que hoy es posible juzgar como inoportuna porque la muerte de Sadam no parece haber arreglado nada los conflictos del Oriente Medio. Aquella búsqueda infructuosa fue algo artificial pero lo que se buscaba quizá era la muerte del líder y un triunfo de un Bush que fue siempre un mediocre buscando artificio para disimulan su fracaso en el primer declive de su país como gran potencia mundial.

Pero volvamos a la famosa frase de Aznar, que es indudable que en aquel caso fue una mentira, pero hoy es una gran verdad, pero aplicada al mercado actual. Esa palabra mágica que todo lo dirige y que es la verdadera arma que va a destruir la convivencia mundial, por la lucha de poder de los grandes países por su hegemonía y, principalmente, por una falta de leyes y normas que están provocando una distribución del mundo entre riquísimos y pobrísimos.

Hace poco tiempo se publico que un 1% de la humanidad esta muy cerca de disponer ya del 50% de la riqueza mundial. Esa riqueza no es algo solo dineraria sino de muchas mas cosas, entre ellas por la moneda patrón, hasta ahora el dólar y que lo puede perder por el yen chino que hoy se cotiza a altísimo nivel solo por el país que lo dispone. De ese 50 se puede pasar al 90 en pocos años porque nadie va a evitar que un señor saque de su bolsillo 40.000 millones de dólares y compre cualquier cosa, algo que acaba de ocurrir para transformar lo comprado en una basura de poder y castigo a unos empleados que nada deben tener de culpa en disponer de un propietario nuevo con una ética que no sabe ni lo que significa.

Esa desigualdad existente producirá unos desajustes sociales en donde el hambre aumenta y el estómago, a veces, es el culpable de muchas cosas. Solo falta un líder para crear una convulsión mundial que será fácil castigar por el poder económico que si tiene armas de destrucción masiva pero que no sabemos donde puede acabar. Quizá en una masacre universal difícil de predecir. Y no exagero puesto que el exceso no proviene de este escrito, sino de esas leyes que eviten el abuso absurdo que he citado antes y que va aumentando a velocidad de crucero naciendo de la lucha entre las grandes empresas y fondos fagocitándose entre ellas. Su ultima derivada se ve venir. Algún lobby o, hasta alguna persona, que en su bolsillo tenga aun mas que el citado anterior, Elon Musk, que le doble en riqueza porque el ansia no tiene límites en personas sin control de su egoísmo. Yo me pregunto para qué se quiere disponer de esa riqueza, pero quizá es que yo soy un mindundi que solo estoy para pagar impuestos. Y los pago con gusto. Encima.

Hace años esta frase de hizo viral por aquella situación de Bush contra Irak y donde Aznar se agarro a aquella famosa foto de las Azores en las que nos introdujo en una guerra que hoy es posible juzgar como inoportuna porque la muerte de Sadam no parece haber arreglado nada los conflictos del Oriente Medio. Aquella búsqueda infructuosa fue algo artificial pero lo que se buscaba quizá era la muerte del líder y un triunfo de un Bush que fue siempre un mediocre buscando artificio para disimulan su fracaso en el primer declive de su país como gran potencia mundial.

Pero volvamos a la famosa frase de Aznar, que es indudable que en aquel caso fue una mentira, pero hoy es una gran verdad, pero aplicada al mercado actual. Esa palabra mágica que todo lo dirige y que es la verdadera arma que va a destruir la convivencia mundial, por la lucha de poder de los grandes países por su hegemonía y, principalmente, por una falta de leyes y normas que están provocando una distribución del mundo entre riquísimos y pobrísimos.