Qué Europa queremos ¿la de la amplia mirada o la del ocaso?

Qué Europa queremos: ¿Una Europa que se hunde o una Europa bisagra entre el imperialismo OTAN y el gran territorio ruso, inexpugnable por su tamaño y el resto de países al oriente de Rusia, esto es, China Irán, Indonesia, etc.?

Ser un continente bisagra pienso que sería lo deseable. Pero para eso Europa debe desprenderse del yugo de la OTAN y su imperialismo, que, sin invasiones propiamente dichas se ha ido extendiendo hasta no dejarle a Rusia otra salida.

Con Finlandia, la Ucrania nazionalista, Polonia, Rumanía, etcétera, asfixiando la propia existencia del país más grande del mundo no se nos puede venir a la cabeza otra idea que la resistencia del pueblo ruso en defensa de su soberanía y cuando se habla de soberanía en un pueblo, en este caso el ruso acostumbrado a sufrir, debemos de comprender que su supervivencia como pueblo la llevan metida en los genes. En una guerra convencional no cabe en cabeza alguna que el Occidente colectivo con su punta de lanza de la OTAN pudiera llegar a Vladivostok, ni siquiera pasar de Moscú que por otra parte, ese pueblo, el ruso debería siempre de haberse considerado parte de Occidente, parte de Europa porque así lo ha sido histórica y culturalmente.

Aunque de alguna forma la Europa más occidental y sobre todo Reino Unido y Alemania siempre han querido esa caída de Rusia y esto unido a la estrategia política histórica desde los 90 de los Estados Unidos de querer dividir a Rusia en múltiples países muchos más de las 17 repúblicas en que se dividió tras la caída de la Unión Soviética, donde engañaron a Gorbachov que no veía un problema en esa división en 17 repúblicas al oriente pues sabía que esos nuevos países no se iban a integrar en la OTAN, pero si lo veía a su occidente sobre todo con Ucrania, los bálticos, Polonia, Rumanía incluso ahora Finlandia o Suecia. Engaño o no a los rusos, Gorbachov y su camarilla de Shevardnadzes y Yeltsins que junto con los oligarcas rusos agazapados hasta ese momento y con la aquiescencia de esa camarilla de políticos y empresarios no solo consentían sino veían en esa división más oportunidades de negocio.

Pero ese engaño terminó con la llegada de Vladimir Putin quien no sólo desde el punto de vista geopolítico dijo basta, sino que se trataba de una cuestión mucho más de fondo, de forma de ser mucho más existencial para la propia subsistencia de su pueblo y aun con sus primeros gobiernos de intentar una coexistencia pacífica con Occidente sobre todo con el resto de países de Europa basada en el beneficio mutuo, como China -el beneficio mutuo pacífico entre los pueblos- pero no, Europa prefirió instigada sobre todo por los países anglosajones Estados Unidos y el Reino Unido la confrontación y echar un pulso que quizás hasta 2007 creía que podría ganar, pero sobre todo a partir de 2010 y mucho más a partir de 2020 vio como tu brazo en ese pulso iba a torciéndose hasta estar cada día más cerca de tocar con su mano el tablero donde se echa el pulso y a punto de verse derrotada.

Y derrotada no solo militarmente sino también económicamente. Europa cuna de la cultura occidental se ha quedado solo en eso, una cuna de bebé o mejor dicho tras un periodo de casi dos mil años en que fue la gran cama del mundo ha pasado a ser un pobre en su lecho de muerte en el que ya avista el féretro. Geográficamente no deja de ser una pequeña península de Asia, económicamente, sobre todo en cuanto a recursos anda más bien escasa por no decir que no los tiene (petróleo, gas, minerales raros y no raros...) y políticamente arrastrada por una alianza equivocada ha pasado a ser ese muerto viviente. O se cambia la estrategia (lo grande) o cualquier táctica (lo pequeño) que se tome y además si es equivocada, va a llevar al coma permanente y el encefalograma plano.

Si Europa quiere SER, necesitaría un buen chute de antibiótico que la alejase del féretro o al menos de su lecho de muerte. Para ello tendría que deshacerse de su imperialista aliado, el de la anglosfera el de la OTAN, ser Europa en todo el sentido de la palabra; etimológicamente significaría proviniendo del griego la de grandes ojos, ojos verdaderos o amplia mirada Eu: verdadero y opsis: vista, ojos, pero si tomamos la acepción que viene de la lengua akkadia deriva de eremu que significa ocaso o puesta de sol y aquí tendríamos que elegir entre cada uno de los dos conceptos: la de la amplia mirada o la del ocaso.

Nosotros mismos.