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¿Cuál es el perfil político de los electores más jóvenes?

Los jóvenes constituyen un electorado muy codiciado por los partidos políticos. No porque sean un importante caladero de votos, pues demográficamente los electores de menos edad tienen un peso declinante en nuestra sociedad y, además, se abstienen en mayor medida que el resto de electores. Pero sí en términos cualitativos, ya que contar con su apoyo le sirve a una fuerza política para proyectar una imagen de dinamismo social.

En este sentido, y dado que el grupo de los jóvenes es uno de los más castigados por la crisis, cabe plantearse con qué opción política se identifican, cómo se posicionan ideológicamente y cuáles son sus actitudes hacia la política. El análisis del barómetro realizado por el CIS en octubre, nos da algunas claves del perfil político de los jóvenes de edades comprendidas entre los 18 y los 24 años:

1. Liberales y progresistas: Puestos en la tesitura de tener que autodefinirse en términos políticos, tan sólo un 7,3% se identifica con la etiqueta de “apolítico”. Casi la mitad se reparte entre los que no tienen ninguna identificación política/“no sabe” (18,3%), los que se consideran “liberales” (16,4%) y los que se consideran “progresistas” (10,5%). En comparación con el conjunto del electorado, los jóvenes se identifican más con la etiqueta liberal y menos con la de conservador y socialista. Llama la atención, por otra parte, que frente al binomio “liberal-progresista” por que el que se decantan los electores más jóvenes, los de mayor edad (65 y más años) lo hagan por el binomio “conservador-socialista”.

2. Más a la izquierda que el resto de votantes: En una escala de 1 a 10, donde 1 es extrema izquierda y 10 es extrema derecha, la media de autoubicación ideológica de los jóvenes es 4,38, mientras que en el conjunto del electorado es 4,62. Los jóvenes de entre 18 y 24 años son el grupo que más a la izquierda de la escala ideológica se sitúan. Y, por el contrario, los que tienen 65 o más años (con una media ideológica de 5,16) son los que se posicionan más a la derecha.

3. Ni con los populares, ni con los socialistas: Frente al amplio apoyo que, al grito de “no nos falles”, recibió Zapatero en 2004 del electorado joven, ahora el grupo de edad en el que el PSOE recibe menos votos potenciales es en el de los jóvenes de entre 18 y 24 años. Pero los populares también registran un nivel de apoyos muy bajo en este grupo. Los jóvenes se muestran muy críticos con los dos grandes partidos. Y la puntuación media que reciben tanto Mariano Rajoy, como Alfredo Pérez Rubalcaba, en este segmento es más baja que la que le otorga el conjunto del electorado. Todo lo contrario de lo que le ocurre a IU que tiene en este segmento de edad, su principal fuente de votos potenciales.

4. Débil identificación partidista: Casi la mitad (47,5%) de los jóvenes de entre 18 y 24 años no siente simpatía por ningún partido, mientras que en el conjunto del electorado el porcentaje de los que no se sienten cercanos a ningún partido se reduce al 35,3%.

5. Menor importancia a la religión que a la política: Al igual que en el conjunto del electorado, los aspectos (de un listado de 7) a los que mayor importancia conceden los jóvenes en sus vidas es a la familia, el trabajo, los amigos y el tiempo libre. Le siguen, y a gran distancia, las actividades asociativas. Pero las diferencias vienen en los dos últimos puestos de ese ranking, pues mientras en el conjunto del electorado encontramos que la política es el aspecto al que menos relevancia se otorga, en el caso de los jóvenes es a la religión. Si bien es verdad que aquí, y atendiendo sólo al criterio de edad, podemos establecer una brecha generacional entre los electores que tienen menos de 44 años (para las que le religión es menos importante que la política) y los que tienen más de 44 años (quienes, por el contrario, atribuyen una mayor relevancia a la religión que a la política). Y, en particular, con los electores que tienen 65 y más años, pues éstos colocan la religión en el quinto puesto de importancia, por delante de las actividades asociativas y de la política.

6. Indiferentes ante la política institucional, pero políticamente activos: A los jóvenes, los principales sentimientos que les suscita la política son desconfianza e indiferencia (seguido de aburrimiento e irritación). En este ámbito, se observa una pauta diferente respecto al conjunto del electorado (en el que la desconfianza y la irritación son los principales sentimientos que les genera la política). Los jóvenes muestran un mayor nivel de indiferencia y, por el contrario, un menor nivel de desconfianza e irritación hacia la política que el resto de electores. Si bien, esa indiferencia de los jóvenes hacia la política (en genérico) va acompañada de una mayor dosis de “activismo político” (en lo concreto), que el que muestran el resto de electores. Pero no en forma de participación institucional -a través de partidos u organizaciones políticas-, sino en forma de acciones políticas de carácter reivindicativo y menos convencional. De este modo, los jóvenes han participado en los últimos meses más que el conjunto de electores en huelgas y manifestaciones, así como en foros de debate político en Internet.

7. Internet como fuente de información política: Los electores más jóvenes, respecto al total de electores, leen con menos frecuencia las secciones políticas de los periódicos y siguen con menor asiduidad las noticias (y tertulias políticas) en la televisión o en la radio. Sin embargo, usan con mayor frecuencia Internet para obtener información política que el conjunto del electorado. Casi el 40% de los que tienen entre 18 y 24 años utiliza regularmente Internet para informarse acerca de la política o la sociedad (mientras ese porcentaje desciende al 30% en el conjunto del electorado).

Los jóvenes, por tanto, tienen un perfil político que se aleja mucho de los estereotipos que abundan sobre ellos (como el de apolíticos, pasotas o no comprometidos). Creen en mucha menor medida que los electores de más edad que el voto es la única forma de influir en lo que hace el gobierno. Y es que una cosa es que los jóvenes se desentiendan de la política tradicional y otra que no participen políticamente en la sociedad.

Los jóvenes constituyen un electorado muy codiciado por los partidos políticos. No porque sean un importante caladero de votos, pues demográficamente los electores de menos edad tienen un peso declinante en nuestra sociedad y, además, se abstienen en mayor medida que el resto de electores. Pero sí en términos cualitativos, ya que contar con su apoyo le sirve a una fuerza política para proyectar una imagen de dinamismo social.