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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Feminismo publicitario o #feminismochic

El anuncio de Kaiku sin Lactosa, en el que un grupo de mujeres blancas, con estudios y muy felices bailan y cantan como si bailar y cantar y sentirte libre fuera suficiente para terminar con el sistema patriarcal, está generando cierta controversia en las filas feministas. Que si es un horror que cae en el cliché, que si es una burda broma que desvirtúa las reivindicaciones de las mujeres, que si sólo representa un modelo de mujer muy determinado….

En los últimos tiempos diarios escritos y online, revistas para mujeres e incluso revistas del corazón publican reportajes sobre “el nuevo feminismo”, la actriz Emma Watson dio un contundente discurso en la ONU en el que se definió como feminista e incidió en la necesidad de la incorporación de los hombres al feminismo, cantantes como Beyoncé proyectan la palabra feminista en sus conciertos e incluso se visten y fotografían como Rosie la remachadora, un icono feminista creado curiosamente por gobierno norteamericano en la II Guerra Mundial para animar a las mujeres a que trabajen en las industrias armamentísticas ante la ausencia de hombres.

Y es que hay símbolos del feminismo que ya son icono, algo necesario e indispensable en esta sociedad digital y de la imagen.

Pros y contras del feminismo publicitario o del #feminismochic

Que los medios de comunicación o referentes mediáticos asuman el feminismo es positivo en sí. Supone que la lucha de las mujeres tiene eco y que ha trascendido el oscurantismo al que muchas veces se ha condenado al feminismo y que se ha dejado de relacionar a éste únicamente con la imagen feminista militante que acude a asambleas y que jamás se pondría unos tacones. Implica el reconocimiento de un feminismo que no es único sino que es rico en matices y diverso.

La contrapartida es que esta visibilidad no sea únicamente un triunfo del feminismo, sino que sea una reapropiación del capitalismo patriarcal que ve en el feminismo otro nicho de consumo dirigido a las mujeres. Y este hecho per se es fatídico, porque implica asumir el feminismo dentro del capitalismo, algo absolutamente incompatible. Tampoco podemos pasar por alto que son mensajes dirigidos de forma exclusiva a las mujeres, como si el feminismo únicamente fuera un asunto nuestro y no de la sociedad en su conjunto.

Otra de las contrapartidas es que en este feminismo publicitario y chic, y vuelvo al anuncio de Kaiku, se dé por hecho que las únicas que necesitamos productos sin lactosa seamos las mujeres –lo mismo ocurre con productos light, como si las únicas que tuviéramos que adelgazar fuésemos nosotras- por lo que a pesar de asumir de forma clara reivindicaciones feministas como no me gusta cobrar menos, no quiero esforzarme el doble para ser igual que tú, se realizan dentro del sistema que el feminismo quiere dinamitar. Y esto es mucho más que una contradicción, esto es pactar con el enemigo.

Que el modelo de mujeres sea el de mujer blanca occidental de clase media, con estudios, madre y heterosexual tampoco es nada positivo. Dudo mucho que a la hora de realizar el anuncio hayan asumido de forma consciente los postulados del feminismo de la igualdad, pero únicamente se centran en reivindicaciones que tienen al hombre como referente y naturalizan el modelo de superwoman ese modelo imposible y cruel que tanto trabajo y sufrimiento genera.

Ciertamente es positivo que el feminismo haya salido de la cueva y que se haya hecho de masas. Es algo que debemos asumir y aprovechar. No podemos obviar que también tiene algo de liberador. No podemos rasgarnos las vestiduras porque el mensaje no lo emitamos las feministas y debemos de tener un poco más de cuidado a la hora de sacar el feministométro. Estos mensajes pueden servir para acabar con la demonización y que haya personas que asuman de una manera más accesible reivindicaciones muy básicas y obvias.

Ahora bien, tampoco podemos olvidar quién crea estos mensajes y debemos trabajar por desmontar la perversidad intrínseca de todo este montaje que supone el feminismo publicitario o el #feminismochic. Da la impresión de que parte de la lucha va a ir por ese camino. Así que mucha calma y mucho análisis.

El anuncio de Kaiku sin Lactosa, en el que un grupo de mujeres blancas, con estudios y muy felices bailan y cantan como si bailar y cantar y sentirte libre fuera suficiente para terminar con el sistema patriarcal, está generando cierta controversia en las filas feministas. Que si es un horror que cae en el cliché, que si es una burda broma que desvirtúa las reivindicaciones de las mujeres, que si sólo representa un modelo de mujer muy determinado….