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Sánchez se reúne con la hija de Allende y visita el Museo de la Memoria en pleno debate por la exhumación de Franco

Pedro Sánchez, durante su visita al museo de la memoria de Chile.

Irene Castro

Santiago de Chile —

En medio de su frenética agenda en Latinoamérica, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha introducido a última hora una visita cargada de simbolismo: cuatro días después de aprobar en el Consejo de Ministros el decreto para retirar los restos de Franco ha querido hacer una parada en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile para reunirse con Isabel Allende, la senadora socialista hija de Salvador Allende, el presidente derrocado por el régimen pinochetista.

El memorial fue levantado en 2010 bajo la presidencia Michelle Bachelet a instancias de la Comisión de la Memoria –creada en 1990 tras la caída del régimen– para honrar a las víctimas de la dictadura en un país que ya no tolera las justificaciones del régimen de Pinochet, el general golpista fallecido en 2006.

El mero cuestionamiento de la existencia del monumento a la memoria obligó a dimitir el pasado agosto a un ministro del Gobierno conservador de Sebastián Piñera. El que era responsable de Cultura, Mauricio Rojas, tuvo que renunciar después de que la prensa chilena recuperase unas declaraciones suyas publicadas en un libro en 2015 en las que calificaba de “montaje” el monumento a la memoria.

Semejante revelación provocó concentraciones en todo el país, tras las cuales el presidente Piñera aceptó la dimisión del ministro y aprovechó para recordar que su Gobierno “condena categóricamente los atropellos a los derechos humanos en cualquier tiempo, lugar y circunstancia”.

Además, hace solo tres días la Corte Suprema chilena ordenó la incautación de 1,6 millones de dólares de bienes de Pinochet procedentes de dinero robado al erario público y escondido en un banco de Estados Unidos por el dictador chileno. En junio el mismo tribunal ya había decretado el decomiso de 5,1 millones de propiedades de la familia del genocida.

La visita del presidente español a ese memorial, incluida a última hora en su agenda, es otro gesto más del Gobierno en pleno debate sobre la retirada de los restos de Franco y el futuro del Valle de los Caídos.

Sánchez ha firmado en el libro de visitas oficial del monumento, también en pleno debate sobre en qué debe convertirse El Valle de los Caídos. El PSOE apostaba por transformarlo en un lugar de concordia y reconciliación, pero Sánchez reconoció en una entrevista en eldiario.es que es complicado. El director general de Memoria Histórica, Fernando Martínez, dijo que al menos debe explicarse qué es ese lugar.

El presidente español siempre ha recordado que uno de los motivos que le llevaron a hacerse socialista fue el golpe militar en Chile.

Tras una reunión con empresarios españoles (OHL, Acciona, Aenor, o Codorníu, entre otras) y con los presidentes del Congreso y el Senado, Sánchez ha mantenido un encuentro con la senadora socialista Isabel Allende, hija del presidente chileno que se suicidó en el Palacio de la Moneda cuando llegaban los golpistas el 11 de septiembre de 1973.

La visita a Allende en la casa conocida como “la monedita” ha sido “especialmente emocionante” para Sánchez, quien recordó que, en esa casa donde vivió el presidente Allende, el despacho está igual que lo dejó antes de morir.

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