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Òmnium defiende la desobediencia civil en el contexto de vulneración de derechos
El vicepresidente de Òmnium Cultural, Marcel Mauri, ha defendido este jueves “la legitimidad” de utilizar en Cataluña “la desobediencia civil” en un contexto “de grave vulneración de derechos fundamentales que se produce en el Estado español”, y que “no únicamente sufre el independentismo”.
En el acto de apertura de las Jornadas sobre la Desobediencia Civil que ha organizado Òmnium Cultural en el Born Centro Cultural de Barcelona que se celebrarán hasta este viernes, Marcel Mauri ha explicado que durante los 50 años de existencia de su entidad “ha tenido que afrontar diversas etapas de represión”.
Ha recordado, en este sentido, que aunque Òmnium nació en 1961, poco después fue ilegalizada por el franquismo durante varios años por desafiar la prohibición de fomentar y enseñar la lengua catalana, “lo que no impidió que siguiéramos trabajando con los mismos objetivos desde la clandestinidad”.
Varias décadas después, ha añadido Mauri, “Òmnium vuelve a sufrir una época de intensa represión del Estado español, lo que comporta haber tenido que afrontar multas por valor de 400.000 euros, el secuestro de nuestra revista (en septiembre de 2017), varios registros de la Guardia Civil, y, sobre todo, los más de 20 meses de encarcelamiento de nuestro presidente, Jordi Cuixart”.
En este punto, el vicepresidente de Òmnium Cultural ha destacado que “en un contexto de grave vulneración de derechos fundamentales por parte del Estado español, tenemos la obligación de formarnos para ejercer la desobediencia civil”.
Mauri ha evocado ejemplos de cómo la desobediencia civil ha sido un instrumento útil para luchar contra Estados totalitarios, o para conseguir la independencia en lugares como la India, y ha subrayado la necesidad de tener “sociedades críticas”, especialmente “en aquellos países donde hay graves vulneraciones de derechos”.
El vicepresidente de Òmnium ha señalado que el presidente de la entidad, Jordi Cuixart, “aún se emociona al recordar que fue insumiso al servicio militar” y que dicha insumisión fue, en su momento, un ejemplo de desobediencia civil seguido por muchos jóvenes.
“Cuixart ahora es plenamente consciente de que es un preso político y se siente orgulloso de serlo”, ha indicado antes de mostrar a los asistentes a las jornadas el primer ejemplar de su nuevo libro, que el 8 de julio empezará a ser distribuido en las librerías, titulado “Ho tornarem a fer” (“Lo volveremos a hacer”).
Mauri ha leído una carta de Cuixart escrita desde la cárcel en la que empieza diciendo que “la solución al problema de la obediencia ciega es la desobediencia civil”.
En la misiva, Cuixart pide un aplauso para “Carola Rackete, que está plantando cara al odio del vicepresidente del Gobierno italiano, Matteo Salvini, y para Òscar Camps, que ha vuelto a zarpar (en el Open Arms) para seguir salvando vidas, pese la amenaza de una multa vergonzosa y desorbitada por parte del Gobierno de Pedro Sánchez”.
El presidente de Òmnium aboga por “revertir la situación dramática en la que nos encontramos como sociedad desde la esperanza, sin ninguna desesperación” y con “la práctica de la no-violencia, que es nuestra principal arma”.
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